
Espartaco. ©Marc Haegeman
Según el propio Grigorovich, Espartaco, “se expresa por medio de la danza clásica, pero no a la manera de Petipa, sino siguiendo unas formas más complejas que, partiendo del modelo de éste, han evolucionado influidas por el ballet moderno y por la vida misma”.
La exigente coreografía pide a sus bailarines, además de una depurada técnica, una extraordinaria fortaleza física y una gran expresividad corporal para reforzar la teatralidad de esta obra que se ha convertido en buque insignia de la compañía.
En cuanto a la música, creada por el compositor ruso Kachaturian predominan los tintes dramáticos para subrayar las escenas de lucha. Según el propio compositor, la concibió «en lenguaje contemporáneo, con un acercamiento moderno a los distintos aspectos músico-dramáticos”, para dar vida a la historia de un personaje por el que sentía especial fascinación.
Tres repartos se alternarán en las representaciones, que comenzarán el próximo día 5 y estarán en escena hasta el día 10 de septiembre, siempre a las 20 h. El papel protagonista estará interpretado por Ivan Vasiliev, Pavel Dmitrichenko y Egor Khromushin.