Doce Notas

PIOTR ILICH CHAIKOVSKY

La capacidad de análisis, estructuración y desarrollo de la partitura de Eschenbach son encomiables. Alarga algunas veces los tiempos, dotando al lenguaje sonoro de una profundidad y densidad mayores. Estamos ante una lectura homogénea, magistralmente conducida. Predomina la idea del último movimiento, la tragedia al final de una vida cargada de incertidumbres, amores incomprendidos y prohibidos. El lamento a modo de réquiem pone broche final a su sinfonía más autobiográfica. Piotr nos dice adiós para quedarse, a la vez, con nosotros para siempre.

La cuerda baila con la madera, el metal permanece rotundo y preciso y la percusión resulta sobresaliente en el tercer movimiento. El alma rusa, la tradición popular y la melancolía de Chaikovsky quedan reflejados en Dumka, con la destreza original de Eschenbach desde el piano.

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