Doce Notas

ESTHER FERRER PREMIO NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS 2008

portada  ESTHER FERRER PREMIO NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS 2008

Esther Ferrer. Enero 2008 © Eduardo Momeñe.

Hace ya un par de años que al parecer se barajaba su nombre para este galardón, pero para los que seguimos desde hace décadas su trabajo se nos queda corto, tanto el premio como lo tarde que llega. Esther Ferrer merece un reconocimiento mucho mayor pues su dimensión internacional es superior a la de muchos otros de nuestros artistas internacionales, el problema es que la performance es un «arte» que no se cotiza en el mercado y es difícil de valorar. Los que desde hace años si han sabido valorarlo son las nuevas generaciones de artistas que han encontrado en ella la mejor de las maestras que podían soñar para adentrarse en este arte cuyo objeto primordial no es otro que uno mismo, o como habitualmente suele definirse como un arte ligado a la vida.

Ella que no quiere saber nada de la utopía ha hecho de su propia vida uno de sus ejemplos más inalcanzable: la negación de toda representación en cualquiera de sus manifestaciones artísticas, sean estas objetuales o performativas. Las acciones o las cosas son lo que son pero no representaciones. Anarquista declarada que no cree en ficciones de ningún tipo –prefiere llamarlas dios y patria–, cree firmemente en la fuerza de la acción y por ello ha ido registrando en su curriculum, como si de un diario se tratara, cada una de las performances, talleres o exposiciones que ha hecho a lo largo de toda su vida.

Su última intervención en Madrid fue el pasado 28 de octubre dentro del I Curso de Comunicación musical, Crítica y Cambio cultural que organizó Doce Notas, en colaboración con el Goethe Institut. Participó dentro de la actividad paralela que organizamos en relación con los Encuentros de Pamplona 1972 como ejemplo de Cambio Cultural. Esther Ferrer estuvo en los encuentros como grupo ZAJ, junto a los compositores Juan Hidalgo y Walter Marcheti. La conferencia-performance que nos regaló, dedicada a la crítica del arte, fue una obra maestra de interpretación, pese a no tener nada que ver con ninguna técnica teatral. Yo invitaría a muchos profesionales del teatro a tener en cuenta su magisterio.

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