Doce Notas

Santiago de Masarnau: estreno mundial

opinion  Santiago de Masarnau: estreno mundial


El pasado 8 de marzo, con ocasión del Día Internacional de la Mujer, del 175 aniversario de la Sociedad de San Vicente de Paúl en España y de la recuperación de la música de Santiago de Masarnau, quien introdujo dicha sociedad en nuestro país, tuvimos ocasión de presenciar el concierto ofrecido por el galardonado Ensemble VokalArs, que se cuenta entre los diez mejores de España, acompañado por la pianista María Ángeles Ayala y dirigido por Nuria Fernández Herranz.

El evento contó con la presencia de Juan Manuel Buergo, presidente de la Sociedad San Vicente de Paúl, y la coordinación y notas al programa corrieron a cargo de la musicóloga Beatriz García Álvarez de la Villa.

El acto se encuadra en una serie de conciertos que tienen la figura de Santiago de Masarnau como centro y que pretenden recuperar una parte importante del rico patrimonio musical español del siglo XIX; en este caso, relacionado con la música coral religiosa. El sábado 29 de marzo, a las 20 h., en el seno del Festival de Música Antigua y Sacra Ciudad de Getafe, y en la Iglesia de la Inmaculada de la misma población, se volverá a interpretar el mismo programa, que supone el “estreno mundial” de algunas de las obras, como se informó en el propio concierto.

La sobria y prístina tradición polifónica vocal del Renacimiento (Masarnau escribió sobre el organista y gran teórico renacentista Francisco de Salinas) y el melodismo vocal romántico son fundamento para las obras corales de Santiago de Masarnau. En su Misa para 3 voces de mujer (que se estrena ahora para coro de voces de mujer y se estrenó para coro de voces mixtas en 2017 por Isaac Fernández de la Morena, director de la Coral Polifónica Montpellier), encontramos un ejemplo de melodismo desnudo de ornamentación profusa y de toda exhibición pero que cede su espacio privilegiado al texto litúrgico y su larga tradición, palabra revelada por Dios a David en muchos casos.

En el muy lento y solemne Kyrie alienta la plegaria “Señor ten piedad” y casi parece una introducción que preludia un Allegro, en este caso el vivo y alegre Gloria, el “himno angélico” con el que se anuncia el nacimiento. El Sanctus, que representa la unión de la iglesia triunfante con la militante, es en Masarnau plasmación del don divino de la melodía inspirada y confirmación de que al compositor le importa sobre todo la inteligencia del texto, constantes que también apreciamos en los restantes cantos que cierran el ordinario de la misa.

Las piezas de La Charité, tres en francés y tres en latín, fueron publicadas en Francia en 1864 para voces femeninas y demuestran que la intensidad expresiva no está reñida con el didactismo y la sencillez. En el caso de las tres primeras, se percibe cierta gradación en la mencionada intensidad, que culmina con la soledad de María. En el caso de las tres piezas en latín, parece ser este el lugar en que encontramos más pasajes imitativos, que, como en todos los casos, también fueron interpretados por el Ensemble VokalArs con gran precisión y detalle, atención al matiz y afinación impecable, una experiencia que por sí sola valdría también para reafirmar a Masarnau en el puesto de uno de los mejores compositores del romanticismo español por derecho propio y para concederle el título de “compositor de Dios”, como se ha llamado a Tomás Luis de Victoria.

En perfecta consonancia con dos tríadas de cantos dedicados a la Virgen asistimos, en el mismo concierto, al estreno del Ave María de Guillermo Morphy (1836-1899), crítico y musicógrafo, secretario de Alfonso XII y gran defensor de la música y músicos españoles del siglo XIX (entre otros motivos, por su ayuda a Tomás Bretón a estrenar algunas de sus obras). El Ave María que escuchamos fue compuesto en 1893 y dedicado a la escritora y dramaturga Rosario Zapater; la pieza entra en el torrente de la tradición coral europea como ya lo hicieron las del maestro de Guillermo Morphy: el cosmopolita y políglota Santiago de Masarnau. La interpretación del Ensemble VokalArs recogió sabiamente los cambios de ritmo armónico y el contraste de carácter general de la pieza con respecto a las anteriores, confiriendo cierta variedad a la unidad del programa.

Sofía Vela (1828-1909), reconocida compositora e intérprete de su tiempo, fue elogiada por Baltasar Saldoni, entre otros, y retratada por Federico de Madrazo. Sabemos gracias a las notas al programa, que debemos también a Beatriz García Álvarez de la Villa, organizadora del evento y doctora en musicología, que “Sus Salves, Alabanzas y Misereres se interpretaron en importantes templos madrileños”. El hecho de que las dos obras marianas que escuchamos las debamos a una “figura injustamente olvidada” aumenta el valor de esta interpretación magistral del Ensemble VokalArs, que supo captar el contraste entre partes intensamente emotivas y algunas otras de mayor recogimiento contemplativo.

La musicóloga Gemma María Salas Villar recoge una anécdota sobre las “amistades musicales” de Masarnau que cuenta cómo este cedió un tema de vals al mismo Chopin, a petición de este último, que quiso desarrollarlo de otra forma. Pues bien, otro conocido compositor de óperas y también amigo de Masarnau como fue Rossini (1792-1868), quien también estaba en la opinión de que la música coral tenía una dimensión moral y educativa, compuso sus Tres coros religiosos, los cuales fueron interpretados por el Ensemble VokalArs sin que la teatralidad de los solos mermara la sacralidad de las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, de las cuales toman su nombre las tres piezas.

El Himno a San Vicente de Paúl (1865) de Masarnau encarna la idea, muy acendrada en Masarnau, de que el objeto principal de la música es conmover y que para ello no es necesaria la sobreabundancia de elementos musicales, sino solo unos pocos con la sencillez, austeridad y claridad melódica como exponentes.

El 29 de marzo, en la mencionada Iglesia de la Inmaculada de Getafe, el Ensemble VokalArs volverá a interpretar el mismo programa, que a buen seguro volverá a ser recibido con gran aplauso y agradecimiento por parte del público. El estreno mundial de algunas de las obras de Santiago de Masarnau, escoltado por algunas otras figuras importantes en la música de su tiempo, gracias al trabajo de investigadores, musicólogas e intérpretes, y al patrocinio de la Sociedad San Vicente de Paúl, presidida por Juan Manuel Buergo, constituye una importante contribución no solo para volver a situar a Santiago de Masarnau en el lugar que le corresponde en la Historia de la música española sino también para destacar la importancia de esta en el concierto de las potencias musicales europeas del siglo XIX.

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