Doce Notas

Manuela, el vuelo infinito

opinion  Manuela, el vuelo infinito

Esta historia está contada desde una narrativa que no hace concesiones a lo convencional, no cae en el victimismo ni en los estereotipos o etiquetas que hemos ido creando como sociedad incapaz de mirar a lo diferente. Cruda, real, verdadera, sin tapujos o paños calientes; vital, como Manuela, y es que de ella surgió el punto de partida de esta aventura

La función comienza con un prólogo y un epílogo musical que enmarcan la historia de esta mujer increíble, infinitamente generosa y feliz por seguir aquí, aunque no tanto por el cuerpo en el que le ha tocado vivir esta segunda vida. Para realizar esas acciones cotidianas a las que no damos importancia, quizá porque parecen poca cosa, Manuela necesita ayuda, pero su tesón y esfuerzo han dado sus frutos llegando a superar expectativas y salirse de lo que se esperaba normal en su situación. Así que en lugar de poner el foco en lo que no puede hacer, mira hacia lo que sí puede hacer: dar besos y abrazos. A lo mejor deberíamos besar más, abrazar más, ahora que podemos hacerlo.

Salimos sobrecogidos de la función, un silencio reflexivo; no me atrevería a decir que es una lección de vida, cada uno lleva su mochila, pero, lo que sí puedo afirmar es que no sé si podría llevar la mochila que lleva Manuela.

Voces distintas que son una misma, voces presentes y voces en off de aquellos que estuvieron y están con Manuela, nos narran su visión de esta tragedia. Prestemos este espacio para oírlas en primera persona.

Aún podemos asistir la próxima semana, hasta el 26 de octubre, a las funciones de la Sala Cuarta Pared.

Ficha artística: PRODUCCIONES INCONSTANTES. Autoría y dirección: Emilio del Valle. Asistencia a la dirección artística: Elena de Lucas. Interpretación: Manuela Vos, Luna Mayo, Jorge Muñoz, Elena de Lucas. Diseño de iluminación: José Manuel Guerra. Diseño de escenografía y de vestuario: Inconstantes Teatro Creación audiovisual: Jorge Muñoz. Música original: Montse Muñoz Coreografía: Lorena Fernández. Comunicación: Manuel Benito Fotografía: María Alperi. Vídeo: Koala Producciones. Distribución: Carlos Carbonell (Crémilo). Dirección de producción: Noelia Fernández y Salvador Sanz. Una producción de: Producciones Inconstantes, Escena Miriñaque y Tranvía Teatro.

Más información

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Entrevistamos, al hilo de este espectáculo, a Emilio del Valle (Autor y director), Montse Muñoz (Música original) y Manuela Vos. (Interpretación)

Entrevista con Emilio del Valle

Todo esto parte de la pregunta que Manuela Vos le hizo a Montse Muñoz sobre si necesitabas una tetrapléjica para tus funciones. ¿Cuándo te paras a pensar en la posibilidad?, ¿cuándo tu cabeza te dice, “pues sí, necesito una tetrapléjica”?

En realidad, yo creo que la cabeza tiene sus propios mecanismos, va funcionando ella sola. Cuando llega esa pregunta, lógicamente digo “no”. Era evidente, estaba haciendo Coriolano, después de Shakespeare, no necesitaba nada, tenía el reparto completo. Vuelve a insistir, “bueno, ¿qué?, ¿hacemos algo?”. Estaba con otras cosas y vuelvo a decir “no”; desde ese tono de la amistad. Durante todo ese proceso en mi cabeza se fue posando la idea sin que yo me diera cuenta. Cuando estrené Coriolano, ya supe que íbamos a hacer algo. Hablé con Manuela: “ahora sé lo que quiero hacer y sé cómo lo quiero hacer; lo que hace falta es que tú me digas que sí, porque para que hagamos algo juntos, quiero contar esta historia y que tú estés en el escenario. Contar esta historia sin filtros, sin miedos”.

Yo sé cuál es mi reto, generar una cierta poesía, una metáfora de esta historia, que consiga comunicar algo a un bloque amplio de gente. Y necesitaba conciliar este reto con el de Manuela.

¿Ya habías pensado que querías la música en directo?

No, lo de la música en directo, no. Sabíamos que queríamos música y que Montse llevaría la dirección musical. Lo que ocurre es que llegamos muy tarde con las bases grabadas y cuando las escucho, después de llevar ya muchos ensayos con Montse tocando, lo primero que pienso es que quiero eso, lo que he tenido durante los ensayos; es mucho más bonito, mucho más interesante. Así es como se incorpora a la escena. 

¿Qué ha supuesto para ti, con toda tu trayectoria teatral y ya unas cuantas producciones, hacer esta? ¿Qué hay de diferente con las anteriores?

No es la primera vez que trabajamos con un actor o una actriz tetrapléjico; Manuela no es actriz, colabora. Es diferente en cuanto a las prevenciones que tienes que tomar, tener en cuenta ciertos aspectos logísticos, como ir a buscarla, por ejemplo. Eso ya lo teníamos presente.

Lo que tiene de novedoso es la experiencia personal. Yo ya conocía a Manuela antes del accidente, sabía todo lo que había logrado y verla ahí…, te da un vuelco en la cabeza, una  vuelta de tuerca completamente. De pronto te enfrentas a tener que mirar a alguien, y dices, “lo primero es que no se me note”; lo segundo, contárselo: “no quiero que se me note”; lo tercero es que se me deje de notar. Empiezas a normalizar y cuando llevas un mes, dos, cuatro meses trabajando hasta cambiar el pis cada dos por tres se hace rutinario. De esto hay que hablar, y hablar de cómo normalizamos la relación con la diferencia. Entonces todo cobra sentido.

El teatro no deja de ser un espacio muy expuesto a las miradas. A mi edad ya he aprendido a distanciarme y entender que hay gente a la que le puedes gustar más o menos, les va a interesar o no les va a interesar tu nueva producción. Eso pasa con cualquier tipo de propuesta.

La nuestra es esta, no hay otra manera de contar la historia. La ponemos encima del escenario con la mayor limpieza y con la mayor honestidad. Estoy muy, muy contento porque la experiencia ha sido riquísima, maravillosa; incluso cuando ha habido alguna dificultad. Viajar es una movida. Altera todo tu criterio de producción: hay que salir una hora antes lo normal…, empezar por recoger a la gente…, a Manuela, todo tiene que tener un sentido. Además, que llegue al teatro lo más puntual posible, no antes como ella quiere; prefiero que esté después con los amigos a que se canse antes de la función.

Manuela ha convertido el proceso en un carrusel de sonrisas permanentemente. Es una tipa divertida, Jorge es un tipo muy divertido, Luna es una tipa muy divertida… increíbles. Para mí, a estas alturas lo que me interesa es que la experiencia de trabajo sea creadora, sea bonita, que no me genere lastres.

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Montse Muñoz. Música original

Ya has hecho muchas producciones con Emilio, dedicándote a la parte musical, ¿qué ha supuesto esta última de diferente con respecto a las anteriores?

En primer lugar, una aclaración. Es verdad que hace más de 30 años que trabajo con [in]constantes teatro, con Emilio del Valle y siempre me he encargado de la parte musical. No siempre ha sido composición original y en directo, a veces ha habido que grabarla, o me he cargado de buscar a los músicos, depende de la producción.

La diferencia en este caso es que hay un factor personal muy profundo, porque conozco a Manuela, somos amigas desde hace más de 20 años. La he conocido “antes de”, he compartido con ella momentos familiares muy íntimos, hemos viajado juntas, nuestros hijos han sido amigos,… en definitiva, una amiga muy querida. Hacer un montaje sobre esta última etapa de su vida, sobre esta tragedia, ha supuesto emocionalmente un tránsito muy duro y he aprendido muchísimo.

Todo empezó casi medio en broma medio en serio, estando Emilio en 2 ó 3 montajes, en su más puro estilo, me escuchó y no me dijo nada. Se lo volví a decir una segunda vez porque Manuela insistió. A la tercera me dijo “lo tengo en mi cabeza”, y cuando llegó el momento en el que ya estaba un poco más maduro dijo que llamara a Manuela.

A nivel musical no tiene nada que ver con lo primero que tuve en la cabeza, con lo que quería hacer.

¿Esperas a que Emilio cree la historia, cree el texto y luego ya tú compones?

En un primer momento lo que hago es acompañar en las entrevistas grabadas, que empezaron hace más de un año, hago de nexo entre ellos; Emilio y Manuela se conocían gracias a mí, pero el resto del equipo no. En este caso el texto de la dramaturgia es de Emilio del Valle, pero se hizo muy estrechamente con Manuela.

Me pongo manos a la obra, pero el resultado final no tiene nada que ver lo que yo pensaba en un principio. Ni siquiera tenía en mente estar en escena, pensaba haber hecho una secuenciación por etapas de la música para que lo pudieran disparar o hacer de una forma muy simple. El actor y la actriz, incluso Manuela, que pudieran, en un momento dado, con su mano, disparar una tecla en un ordenador. Eso era lo que estaba rondando por mi cabeza. Pero ocurren dos cosas en mitad del proceso: le preguntamos a Manuela, para que ella se sintiera identificada de alguna manera con el sonido, con el ambiente sonoro que va a escuchar. Nos interesaba alguna melodía, algo que a ella le resultara muy íntimo. Lo primero que dice, lo que le viene a la cabeza es una nana holandesa que le cantaba a sus hijos cuando eran bebés.

Esto te sobrecoge. Una melodía muy sencilla, como cualquier nana. A partir de ese momento todo se da la vuelta. En vez de primar lo que yo quería, tomo lo que ella siente suyo. Juego con esa melodía musical, la voy manipulado; está en modo mayor, la armonizo, la paso a modo menor y hago variaciones sobre el tema, improvisaciones. Emilio decide que la música tiene que estar en directo y acompañando, es mucho más interesante, hay más piel, más contacto con la historia.

De momento, aunque más adelante seguramente me tendrán que sustituir, estoy en escena. Lo que sí queda es que hay un pianista en el escenario. Las bases electrónicas son un encargo a mi hijo, Andrés Gosálvez, músico, compositor y productor.

¿Sobre las bases electrónicas compones o trabajas la música del espectáculo?

Sí, sirven de prólogo y de epílogo; lo que hacemos es improvisar sobre esa base electrónica y después yo hago variaciones sobre la nana holandesa, en directo.

Es muy curioso, pero en todo este proceso, aunque no termines de asumirlo, lo tienes muy llorado; y hemos sido Manuela y yo las que menos lágrimas hemos derramado. Somos las únicas que hemos mantenido la entereza, salvo en momentos muy, muy puntuales.

¿Qué te queda del proceso?

Lo que me queda es una profunda admiración. No termino de conocer lo extraordinaria que es mi amiga Manuela, lo increíble que era antes, y lo que no puedo explicarme cómo es ahora. Sobrepasa los límites normales que estamos acostumbrados, es una ternura, una admiración, una mezcla sobrecogedora.

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Manuela Vos. Interpretación.

Te has enfrentado a multitud de retos. ¿Cómo te has enfrentado a este nuevo desafío, estar en una producción, estar delante de un público?

Empezó con una cena, donde un grupo de amigos, incluido Emilio, y yo, le dije: “oye, ¿no quieres una tetrapléjica en una de tus obras?”, y me dijo: “a lo mejor “. Eso fue el año pasado, en primavera más o menos. En ningún momento pensé que iba a ser una obra sobre mi vida después del accidente. Entonces empezamos a quedar cada dos semanas para hablar. Esas sesiones se grabaron y hablábamos sobre mis sentimientos, mis experiencias, sobre todo lo que me ha pasado, Eso fueron ocho meses. Después, Emilio escribió el guión.

Pero, ¿qué ha supuesto este nuevo desafío? Porque, ¿no habías hecho teatro antes?

Bueno sí, había hecho teatro cuando tenía 20 años. Hice las pruebas para la Escuela de Arte Dramático, pero también hice las pruebas para el Conservatorio Superior de Música de Amsterdam, y me cogieron en todo, tuve que elegir. Elegí música.

Sí, porque te defines como amante de la música. ¿Tocas algún instrumento?

Sí, bueno, soy flautista profesional, pero claro, ya es compilado. Eso es lo que yo he estudiado, también un máster en Inglaterra, y estuve en dos producciones, así que todo, todo, nuevo no era.

Entonces quizá, ¿una manera de retomar un pasado?

Sí, quizás una manera de revivir eso otra vez, además, todo tiene muy buen rollo. Creces en los ensayos, no lo piensas demasiado, te aprendes tu texto, ya está, esperando que no se note demasiado que tú no eres realmente profesional y ellos sí. Me han ayudado en todo momento, ellos tienen las claves, esas técnicas que yo no tengo, no he estudiado para eso. Preguntas y te ayudan.

¿Cómo te ves en el futuro, después del paso por esta experiencia?

Pues lo he pensado, pero bueno, todavía tenemos más funciones y esperamos que salgan más. Eso espero yo.

Tengo que decir que desde que ha pasado el accidente, yo creo que es la época más feliz que he conocido, porque lo buscas, ¿no? Porque yo era una persona super activa, estaba en un momento muy feliz de mi vida. Lo tenía todo y ya tenía un montón de experiencias, aventuras en el saco; tenía tres hijos que ya se habían convertido en tres hombres maravillosos, quiere decir que ese trabajo ya estaba hecho también.

Estaba escalando, haciendo montes, eso que cuando estás criando niños no puedes hacer. Ahí estás anclada, pero yo quería estar, lo he disfrutado mucho. La época de crianza se termina, llega un momento en que pasan de ti, es lo normal, lo sano. Ves que tienes tiempo para ti. Era un momento fenomenal en la vida, y claro, llega un trauma enorme. Sobre todo por el amor a la montaña, que aparte de mis hijos y mi hermano, era lo más grande. Cuando pierdes eso, que volver a montaña imposible, es una pérdida muy grande; e intentas no pensar en ello, pero deja un hueco tan importante que es muy complicado, una inmensa pérdida.

Ahora estoy bien otra vez. Estos meses han sido un regalo. Por la mañana de 9 a 10 rehabilitación, luego a los ensayos, volvía, comía, descansaba un poco, a entrenar y a la cama. Así, casi como antes, una vida muy activa y además haciendo cosas que me gustan.

Se lo dije a Emilio, “estoy viviendo ahora una época muy bonita”. Y claro, yo quiero seguir con esto, yo quiero más.  Esperamos que este espectáculo dure.

¿Qué mensaje te gustaría dejar?

Yo siempre digo que si soy un ejemplo para la gente y les ayuda, pues bien, si así lo quieren llamar. Pero yo soy yo, no me veo como una persona tan espectacular, tan fantástica, porque yo busco simplemente una forma para sentirme “yo otra vez”.

Yo no soy más que otra persona que pueda tener una lesión como la mía. Cada uno busca a su manera. Si otra persona se queda en su casa, viendo la tele, con su familia, o salir simplemente en el fin de semana a tomar algo, si eso es para ellos sentirse uno mismo, es igual de valioso.

Si podemos contribuir de cualquier forma, espero que esto sirva para que más chicas se aficionen al ciclismo paralímpico, porque somos muy pocas; soy la única en la selección española. Eso sí me gustaría.

Ya que estoy mucho en los medios, si eso ayuda a las chicas, genial. A pesar de ser muy complicado, porque necesitas muchísima ayuda (yo necesito dos personas para ponerme en la bici, son mucha gente detrás).

Cuando gané el campeonato del mundo me preguntaron qué es lo primero que pasaba por mi cabeza; y lo primero que pasaba por mi cabeza, es, “esto es para vosotros”, ¿sabes?, pensando en mi familia. Sin ellos no estaría aquí, no hubiera sido posible. Hay muchísima gente detrás de esta medalla.

En cuanto al espectáculo, si tú trabajas mucho, si te esfuerzas mucho, puedes llegar a hacer muchísimo, más cosas de lo que tú piensas, incluso de lo que piensan las fisios. Ellas dicen que he roto todos los esquemas. Pero yo digo que eso ha pasado porque yo necesitaba pensar que podía hacer más; porque te frenan un poco, quizá por miedo. Nunca me han enseñado cómo ponerme el abrigo y lo he conseguido.

Hablas de que te consideras una persona normal.

No solamente, lo quieres, quieres ser normal. A priori la gente se asusta. Pero aquí dentro estoy yo, igual que antes, yo no soy tonta porque no siento el cuerpo.

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