Doce Notas

Poliédrico Tete

libros  Poliédrico TeteTete, era mucho Tete. Le vi en directo al menos seis veces: Madrid, San Sebastián, Valladolid, quizá Vitoria. Nunca me defraudó, tengo incluso alguna foto con él en alguno de los conciertos de Valladolid. Creo que la primera vez fue con Sonny Stitt en el Teatro Calderón, primeros ochenta. Tengo varios de sus discos, la “rareza” discográfica es Breakfast in L.A. con Chick Corea. La musical el doble del Central con Javier Colina, el primero le donaré seguro, el segundo no.

El libro -que he devorado del tirón en pocos días- nos describe a Tete músico, a Tete persona y a Tete personaje. Los tres de novela. ¡Músico ciego que quería aprender en el conservatorio de los años cuarenta! ¡Si a Iturralde en Madrid le dijeron que era catedrático de un instrumento que tocaban los “payasos”!. Una historia de superación, sacrificio, sinsabores, desprecio, costes económicos con el paso de las partituras a Braille. Pudo con todo, desde los comienzos. Y se convirtió en, seguramente, el mejor pianista de jazz de Europa por musicalidad, swing, ritmo, digitación, imaginación…y les ha habido muy buenos en el viejo continente.

Tete persona: ciego, de familia musical -no hay peor cuña que la de la propia madera, dicen- enemistado con su padre y protegido por su madre, con una vida sentimental complicada, con dos matrimonios y varias relaciones sentimentales muy importantes fuera del matrimonio. Una hija del primer matrimonio que le dio un nieto con intereses musicales. Un carácter al menos controvertido, aunque con un toque de humor, contaba chistes sobre su propia condición de invidente, y de remate el cáncer final.

Tete personaje: de la música, de la vida cultural de Barcelona, de la industria musical, del jazz europeo, de la farándula social asociada a los músicos que trabajan fundamentalmente de noche en las ciudades. En todos los frentes tuvo rifirrafes. La verdad, siempre fue sonriente y amable en los conciertos que pude presenciar. Si salía algo especialmente bien tenía el tic de arrascarse la nariz, le humanizaba ya que musicalmente era un “marciano”, y además leo que practicaba al piano pero no ensayaba. Hay testimonios complicados de imaginar para el aficionado. Relaciones complicadas con promotores de conciertos, músicos de jazz, cantantes, managers. ¿Quizá su condición de ciego le hacía ser desconfiado y un tanto distante en el trato? Puede…hay otros casos parecidos.

El libro tiene una magnífica estructura: prólogo de Paquito D´Ribera, primera parte a cargo del autor exponiendo ya parte de todas estas cuestiones, segunda parte coro de voces de músicos, promotores, amigos, managers, colaboradores.

Tercera parte: discografía completa. Cuarta parte: partituras, bibliografía y agradecimientos.

Todo muy claro, con algunas imágenes históricas, lectura amena y muy rítmica…un gran libro que se une a la biografía que hizo hace unos años Miquel Jurado, especialista en músicas afroamericanas y en…Tete.

Una pena que en España seamos así, en esto los catalanes no son mejor que nosotros los mesetarios: no somos buenos en reconocer públicamente a nuestros grandes creadores. No tiene un museo en condiciones, solo un “racó” en la sede de la ONCE en Cataluña…ya se pueden preparar los que vienen detrás…

En fin, merece mucho la pena por las aportaciones no solo musicales, si no las vitales y sociológicas, lo que Ortega denominaba “circunstancias”, compren, sin duda.

www.librosdelkultrum.com

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