

Esa-Pekka Salonen © Nicho Soedling
Y si a ello nos atenemos, el director finlandés Esa-Pekka Salonen está cobrando una sustancial ventaja. En efecto, de los dieciséis conciertos, Salonen protagoniza cuatro al frente de Philharmonia Orchestra (18 y 19 de marzo, y 12 y 13 de junio). Puede ser una casualidad, pero es significativa. Este lujoso panel de directores se completa con nombres rutilantes como Christoph Eschenbach, con Philadelphia Orchestra; Riccardo Chailly, con Gewandhausorchester Leipzig; Kent Nagano, con Sinfónica de Montreal; y Neville Marriner, con Academy of St. Martin in the Fields y con Cadaqués, el pasado noviembre. Estos grandes vienen a la temporada dos veces, siguiendo la norma de ofrecer dos conciertos, uno por cada serie del ciclo.
En el capítulo de contenidos, puesto que se trata del ciclo clásico y privado por excelencia de la capital, hay que reseñar la excelente presencia de Schoenberg, con tres obras en el periodo considerado (incluyendo sus monumentales Gurrelieder), y Mahler. Reseñable es el monográfico Mendelssohn (bicentenario obliga) de Chailly y, por supuesto, repertorio que nunca falla.