Vayamos a la música que contiene este disco. La idea del contraste entre en violín barroco y el actual o moderno es muy buena. Hermoso contraste no exento de la dureza por el paso de la luz y el brillo, Barroco, a la oscuridad de una música introvertida, moderna, del siglo XX, no únicamente atonal.
El primer estilo – Barroco- está representado por Biber, Castello, Corelli, Telemann. Piezas para violín y harpsichord. Muchas de ellas para danzas.
El estilo moderno – piezas para piano y violín- comienza por Webern, lo que marca de entrada un modo de ver la música, la vida y la expresión más introspectivo, poco baile hubo en los comienzos del siglo XX. Más cercano a acontecimientos cercanos, expresiones y territorios: José Luis Turina, Josep María Guix y Arvo Part, con su gran contribución minimal y extremadamente espiritual.
Sabías elecciones. Para más detalle, la interpretación es magnífica en fraseado, tensión y pulso. Huye del – tan a gusto clásico- vibrato, lo que le da una sonoridad más variada y, en mi opinión, actual, abierta a otras sensibilidades y edades.
La grabación de hizo en el Auditorio de Vic en julio. Una resonancia natural que seguro no consiguen las máquinas y consolas de grabación de muchos estudios. La producción de Paco Moya, impecable.
No queda más que rendirse a la «magia» de esta joven intérprete y volver a buscar un directo en su web.
Espléndida forma de comenzar este incierto 2023.
Muy recomendable, pruebe en su tienda habitual o en www.lbsclassical.es y a disfrutar mientras se pueda.
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