Doce Notas

Hora de hablar con propiedad: El contratenor, de Miguel Ángel Aguilar Rancel

libros  Hora de hablar con propiedad: El contratenor, de Miguel Ángel Aguilar Rancel

En la introducción a su libro The supernatural voice de 2014, Simon Ravens llamaba la atención sobre lo delicado que puede resultar dentro de la investigación el enfocarse en algo siendo parte interesada. En las ciencias sociales, siempre orientadas a fenómenos que nos atraviesan cómo, conductas, la música o nuestra percepción de la historia (por citar algunos objetos de estudio) este asunto reviste especial importancia.

Por otro lado, en lo que ha venido a llamarse las Prácticas Históricamente Informadas una de las señas de identidad más inmediatas a día de hoy es sin duda la presencia de lo que entendemos o etiquetamos como contratenor. Sin embargo, el que se encuentre recurrentemente en escenarios performativos históricos no ha ido acompañado de un discurso riguroso –ni mucho menos consistente– desde la investigación.

La pertinencia del tema, junto con la observancia a las particularidades de hablar de algo que ahora mismo está en un primer plano en las músicas históricas son las primeras razones –que no las únicas– para leer El contratenor. Historia y presente de una tipología vocal, de Miguel Ángel Aguilar Rancel, prologado por Arturo Reverter (que suma lustros al frente del programa Ars canendi de Radio Clásica).

Sin duda la más sólida aportación de este texto es poner al día a sus lectores sobre las cuestiones estrictamente fisiológicas relacionadas con la fonación de esta tipología vocal y la consecuente discusión entre la correspondencia de ello con los testimonios históricos conservados. En cualquier caso, es un libro más abarcador que exhaustivo, sin que se pueda decir que falte al rigor de manera alguna, y es que, luego de una puesta a punto de gran amplitud sobre temas transversales y aquellos que son clave, las discusiones sobre casos concretos y sus consideraciones necesitan desde luego más espacio.

Después de una primera parte que se dedica a asuntos transversales, generales y fisiológicos, el libro “aterriza” en un recorrido histórico sobre la tipología vocal que le da nombre. Para quien se haya hecho alguna vez preguntas como “¿eso (esto) es falsete?”, o “¿esta línea es para voz «masculina»?”, en primera, segunda o tercera persona, los apartados centrales resultarán de especial interés, en tanto que se ocupan de casuísticas que abarcan el amplio margen temporal que va desde el siglo XIV hasta nuestros días, pasando por escenarios relevantes –por el lugar que ocupan dentro del repertorio frecuentemente programado– como la música de Purcell, el barroco francés o la ópera barroca italiana.

Sería muy difícil quedarse con una sola aportación acotada de entre los contenidos que revisa el libro de Aguilar, porque es precisamente su vocación de hacer una gran revisión del tema lo que lo hace importante para el crítico, interesante para el público e indispensable para el contratenor porque, a estas alturas, ya era hora de hablar con propiedad sobre el contratenor como tipología vocal.

______________

Salir de la versión móvil