Galardonado con el prestigioso premio de composición Dutch Rogier van Otterloo Award 2017, Jesse Passenier también es pianista, vibrafonista, percusionista, arreglista y director de orquesta. Ha estrenado obras por encargo de instituciones y conjuntos como la Holland Opera, la WDR Big Band, el Dutch Wind Ensemble o la South Netherlands Philharmonic, entre otros, y es director artístico de la Fluid Orchestra.
En constante búsqueda de colaboraciones especiales, Passenier ha trabajado con artistas y conjuntos internacionales y holandeses como Kurt Elling, Vince Mendoza, Quincy Jones, Jacob Collier, Jörg Achim Keller, Jules Buckley, Reinier Baas, Eric Vloeimans, Morris Kliphuis, Ruben Hein, Janne Schra, Dudok Quartet Amsterdam y Van Amsterdam Duo.
Ocupa el cargo de profesor principal de composición y arreglos de jazz, coordinador maestro de jazz y director artístico de Fringe Orchestra en el Conservatorium Maastricht.
Con Fight for Light, Jesse Passenier propone una reflexión musical sobre las realidades a las que se enfrenta la sociedad actual, explorando los límites de la música clásica y el jazz, y uniendo ambos géneros a través de la música sinfónica.
El disco incluye tres obras de Pessenier: Piano Concerto No. 1 “Levensdrift” y Vibraphone & Marimba Concerto No. 1 “Becoming the Colour”, están escritos para solista de jazz y orquesta, y combinan la tradición sinfónica del concierto para solista y orquesta, con armonías, improvisaciones solísticas, ritmos y acompañamientos propios del lenguaje jazzístico. El pianista de jazz finlandés Kari Ikonen y el vibrafonista holandés Vincent Houdijk, que actúan como solistas de las obras para orquesta, protagonizan también “Unravelling Confusion”, un dúo para vibráfono y piano con el que concluye la grabación.
Passenier ha querido contar para su nuevo trabajo discográfico con la Orquesta ADDA Simfònica y su director titular Josep Vicent, porque “él es el director de orquesta perfecto para este proyecto, y la persona ideal para conectar solistas y orquesta, por su formación como percusionista y su experiencia con la clásica, el jazz y el Latin”.
¿Qué mensaje quiere transmitirnos con su disco Fight for Light, Works for piano, mallets & orchestra?
Fight for Light es un llamamiento al respeto, la inclusión y la conectividad, una celebración de nuestra variada diversidad. En este álbum, estoy escribiendo sobre la luz, que interpreto como energía, fuerza y bondad; en otros momentos, se trata de la revelación del color, la búsqueda de claridad y la creación de espacios comunes de entendendimiento y cordialidad. Vivimos tiempos de creciente aislamiento, división y confusión; mientras componía Fight for Light durante el primer confinamiento en 2020, esta realidad se hizo más evidente. Así que Fight for Light nace de mi necesidad de dar una respuesta musical a ese escenario… Es, en definitiva, una contrarreacción.
¿Cómo describiría las obras que conforman el disco? ¿Qué elementos destacan en cada una de ellas?
El disco es una colaboración con la excepcional ADDA Sinfónica, la orquesta de la provincia de Alicante, dirigida por su director titular Josep Vicent, quien consiguió interpretar los conciertos de forma más musical de lo que jamás me habría atrevido a soñar. Presentamos tres obras, dos conciertos solistas para solista y orquesta, y un dúo donde se reúnen ambos solistas. Con el primero, el Piano Concert No. 1 “Levensdrift”, busco capturar la energía de la inspiración. Una pieza sobre cautivar la imaginación y sacar lo bueno de las personas, motivándolas a soñar, cuidar y crear. “Levensdrift” significa literalmente “impulso primario de vivir” en holandés. La pieza se abre con un pasaje del que emerge la urgencia de ese impulso primario del que habla el título. Energía y poder se traducen en pasajes vívidos y rítmicamente abrumadores para el piano y la orquesta. En contraste con esto, los pasajes posteriores presentan sonidos más delicados, que interpretan el mundo interior, y la textura que resulta de las diferentes líneas musicales entretejidas son la imagen del proceso creativo.
La segunda obra, Vibraphone & Marimba Concerto No. 1 “Becoming the Colour”, pone el foco en el vibráfono (claro y en ocasiones, también cálido) y el sonido amaderado de la marimba. “Becoming the Colour” es una forma poética que hace referencia al juego de la luz, la reflexión de la luz y la activación de tonos de color, que se capturan en armonías espectrales, alineadas con matices centelleantes y fluidez en el movimiento.
La tercera y última composición, el Duo for Vibraphone & Piano “Unravelling Confusion”, ilustra una discusión sobre el poder de las narrativas. Busqué reflejar esto creando una conversación musical entre los dos solistas del proyecto, el vibrafonista de jazz holandés Vincent Houdijk y el pianista de jazz finlandés Kari Ikonen, en la que se alternan momentos de encuentro y desencuentro. Esta pieza es, sin duda, la más jazzística, pero cuando aparece el movimiento lineal contrapuntístico moderno, uno se da cuenta de que nunca hemos abandonado realmente el contexto clásico, y el tema inicial de la obra parece presentarse como una canción impresionista.
¿Cómo definiría su lenguaje compositivo?
Yo diría que es un lenguaje que podría haberse derivado del mundo clásico, o del mundo del jazz por igual. O ambas cosas. Mi lenguaje se encuentra en algún lugar entre compositores clásicos como George Gershwin, Leonard Bernstein, Maurice Ravel, Frederic Mompou, Sergei Prokofiev e Igor Stravinsky. Al mismo tiempo, diría que también se encuentra en algún punto entre compositores de jazz de la talla de Bill Evans, Chick Corea, Gil Evans, Bob Graettinger, Jens Winther y Vince Mendoza. Esencialmente, partiendo desde estos dos mundos, de la clásica y el jazz, se puede llegar al mismo idioma. Tiendo a describir mi música como un romanticismo tardío que se acaba encontrado con el impresionismo y la big band contemporánea. Siempre hay un fuerte enfoque en la armonía, en estructuras verticales bastante complejas y en capas. Es un punto de partida importante para mí, después del cual el desarrollo melódico y el ritmo impulsan la continuación de mi proceso de composición.
¿Se puede -salvo en las contadas excepciones de Gunther Schuller, Gil Evans o María Schneider- juntar las dos orillas musicales, USA y Centroeuropa, respecto a grandes formaciones musicales clásicas?
Sí, de hecho, creo que podemos reunir las tradiciones y los lenguajes musicales de ambas orillas respetando ambos lados, adaptándolos a medida para que se empoderen mutuamente. En este álbum, me esfuerzo por fortalecer y continuar las tradiciones tanto del concierto orquestal solista como de la improvisación de jazz, y creo que encontré una manera suave y no conflictiva de hacerlo. Estás mencionando tres voces artísticas estadounidenses muy singulares que encontraron su camino en esto. Espero que mi sonido sea igualmente único, y al mismo tiempo siga siendo emocionalmente comprensible para el oyente.
¿Si además introducimos la corriente minimal, donde nos llevaría esta propuesta?
Es interesante que lo menciones. Creo que tengo una doble respuesta para esto. En lo que respecta a mi lenguaje compositivo, se podría decir que es un camino verdaderamente diferente del que plantea la música minimalista. En la corriente minimal toda idea de desarrollo se toma de manera diferente; Se trata de micro-desarrollo y creación de una estructura en gran parte repetitiva que nos pone en un estado más de tipo meditativo. Yo estoy más cerca de la línea de compositores que escogen el continuo desarrollo motívico, que buscan un arco dramático que equilibra la sorpresa y el reconocimiento. Pero, por otro lado, y volviendo a la pregunta anterior, creo que se podría considerar a la música minimalista como una posible respuesta a la unión de ambas orillas musicales del Atlántico. Al menos inicialmente, se podría decir que fue una corriente estadounidense y que, con gente como Steve Reich, Terry Riley y Philip Glass como figuras de referencia, ha ampliado la tradición clásica europea.
¿Dónde quedaría la obra de Gershwin y Bernstein en este contexto?
Esos son grandes ejemplos para mí. En la música clásica de las Américas ya encontramos numerosos compositores, como los dos grandes nombres que has mencionado, pero también otros como Ástor Piazzolla, que han encontrado vínculos únicos entre los géneros de sus tierras nativas, ya sea jazz, latin o tango argentino, y la tradición clásica europea. Y ahora, todo su trabajo está influyendo nuevamente en la generación actual, incluido yo mismo, mientras que podemos considerarlos compositores clásicos. Ellos han roto fronteras antes de nosotros.
¿Si confrontamos pequeños combos de jazz y ensembles clásicos? Con el rock ya se hace – Costello, Ian Anderson- ¿Que podría pasa? ¿Corea-Burton se adelantaron a su tiempo?
El álbum Native Sense de Chick Corea y Gary Burton fue, de hecho, la principal inspiración para el dúo que escribí en Fight for Light, su colaboración fue genial y una mezcla perfectamente equilibrada de elementos clásicos y de jazz. Pero, por supuesto, hubo más personas como ellos que vieron estas posibilidades, incluso antes, como el saxofonista Paul Desmond, usando hermosas fugas en su quinteto de jazz a principios de los años 50. Actualmente también encontramos ejemplos extraordinarios. Solamente en los Países Bajos, podría nombrar, entre otros, a los saxofonistas Jasper Blom, que dedicó un álbum a la exploración de la música gregoriana y la improvisación de jazz; o Dick de Graaf, que creó proyectos que circundan la música de Johann Sebastian Bach y Franz Schubert.Y ya que me preguntas acerca de ensembles de música clásica que integran elementos jazz en su trabajo, creo que merece la pena destacar la Neue Musik, y su amplio abanico de músicos de jazz y clásica contemporánea que se encuentran mutuamente en la improvisación.
Esta Third Stream hasta ahora ha sido un magnífico diálogo entre el jazz y clásica centroeuropea. ¿Por qué no aparece esta tendencia en el sur de Europa: Italia, Francia y España?
Este punto sigue sorprendiéndome, porque, si me permiten centrarme en España, en mi experiencia, el oído del público español se encuentra bien entrenado y, musicalment, es emocionalmente inteligente. Por los comentarios que recibo, tengo la impresión de que la gente puede seguirme, mi música es apreciada y parece llegar a los corazones de las personas. Así que creo que el público está abierto a ello. Sin embargo, lo que ilustras podría tener que ver con la posterior llegada del jazz a España, tanto en la presencia en vivo de la música como en la educación. Es obvio que España se ha puesto al día rápidamente; Basta con mirar la cantidad y diversidad de jóvenes artistas de jazz, todos de alto nivel, que están surgiendo en este país, así como también los fantásticos festivales de jazz que tenéis. Eso me dice que probablemente sea solamente una cuestión de tiempo hasta que esta Third Stream tenga un rol más destacado en el panorama musical español.
Con Falla hubo un cierto acercamiento a comienzos del siglo XX y ahora la magnitud del flamenco jazz desde Paco de Lucía y Pedro Iturralde es muy importante. ¿Sería este un camino?
Sí, aquí en España podemos encontrar hermosas obras que mezclan flamenco y jazz, así como compositores extraordinarios que unen la música contemporánea clásica con el flamenco; basta con mirar la música del gran Mauricio Sotelo. Con el flamenco como eje, el jazz y la música clásica tienen una buena oportunidad de encontrarse a través de esta ruta diferente e intrigante. Y veo también otros compositores que ofrecen tales oportunidades; es posible que hayas notado mi mención de Frederic Mompou, cuyo lenguaje armónico parece sorprendentemente cercano al mío a veces. El suyo es un modismo que, si fuera sacado del contexto clásico y tocado por una gran banda, incluso un conocedor del jazz podría pensar accidentalmente que fue el arreglista de jazz Gil Evans quien lo escribió. Mientras no pensemos en limitar lo que significa clásico, ni tampoco jazz, podremos encontrar el campo extendido donde el jazz y la clásica se encuentran.
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