Doce Notas

‘Cause I’m a voodoo child, lord I’m a voodoo child’

libros  Cause Im a voodoo child, lord Im a voodoo childHéctor Martínez González es ingeniero e historiador (rara mezcla, conozco ingenieros musicólogos pero no historiadores) y nos lleva concretamente a La Luisiana, primero francesa después española, siempre mestiza. Allí convivieron en cierta armonía las creencias católicas con el animismo africano y la inmersión espiritual en la naturaleza de las naciones indígenas. Tenían un enemigo común: primero la pérfida Albion, después los ya independientes EEUU.

El resultado no pudo ser más explosivo y rico en lo cultural y religioso: sincretismo y convivencia de razas y culturas.

La Luisana pasó de Francia a España en el tratado de Fontainebleau, después a los EEUU que se la comprarían a España como una finca cualquiera. Mientras tanto consiguieron convivir españoles (que ya tenían las Antillas y La Florida) franceses incluso llegados de Canadá (acadios) indígenas americanos y esclavos y libertos afroamericanos. Al calor de los cultivos del algodón y la caña de azúcar. Lo llenaron todo de supersticiones, conjuros, esoterismo, revoluciones, paganismo convertido en catolicismo, vudú…y…música.

¿Qué música? De entrada los tambores y shouts africanos, canciones de trabajo, música francesa principalmente de bandas, cajun, zydeko, canciones españolas y música militar también...y blues, mucho blues.

El mejor compañero del blues primitivo fue el vudú. Aparece en forma de trance repetitivo en lo musical y en las letras. Conjuros, males de ojo, huesos de gato negro, personajes femeninos y masculinos que ejercen de oficiantes de esta doble religión, blues y vudú, rituales conjuntos.

Quizá la leyenda más extendida del blues, protagonizada por Robert Johnson responda a estas mitologías iniciales. ¿Sucedió de verdad que en un crossroads se encontró con Belcebú y le dio el poder de tocar la guitarra de esa forma? ¿De componer esas letras? Cómo será el asunto de confuso que aún anda Eric Clapton desentrañando esos arcanos musicales.

Un libro magníficamente documentado, escrito, editado y además acompañado de dos inmensos documentos sonoros en forma de CD con la música y las letras que generaron estas ideas y estas técnicas musicales- spanish tinge, ragtime, bluenotes, shouts, bottleneck…- que han llegado hasta nosotros desde mediados del siglo XXI y que siguen fecundando la música popular norteamericana y occidental en general.

Una edición que no debe faltar en la biblioteca de ningún aficionado al blues y el jazz.

Muy grato de leer, va al punto siempre, y la escucha que acompaña está muy bien elegida. Muy recomendable. En su tienda de libros habitual.

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