
© E.Moreno Esquibel
Entre Sevilla y Triana, la «zarzuela sevillana» del compositor donostiarra sube por primera vez al escenario del Teatro de la Zarzuela, en los casi 72 años transcurridos desde su estreno
La obra fue estrenada el 8 de abril de 1950 en el Teatro Circo Price de Madrid. Antes de su recuperación, sus últimas funciones databan del año 1955. Más de medio siglo en el olvido. Su partitura original, que se creía perdida desde aquellas últimas funciones, fue recuperada en 2007 por el director musical Manuel Coves y el propio Curro Carreres en los archivos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con anotaciones manuscritas del propio compositor como valor añadido. Es a partir de ese momento cuando se recobra esa joya escondida de Sorozábal que culminaría con el montaje de la producción que ahora se presenta en La Zarzuela. Fue en 2012 en el Teatro Arriaga, coproducida con el Teatro de la Maestranza de Sevilla, los Teatros del Canal de Madrid y el Teatro Campoamor de Oviedo.
Todo un acontecimiento
Su llegada al Teatro de la Zarzuela es por tanto todo un acontecimiento, y como tal sin duda se vivirá en las tablas del escenario y en las butacas de la sala. García Calvo volverá a ocupar el podio del foso del coliseo que compartirá con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, Titular del Teatro, y estará también al frente del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y de un doble reparto:
El papel de Fernando, ese Marino que dejó Sevilla y con el que un año atrás Reyes vivió una historia de amor de la que sigue prendada, lo interpretan los barítonos Ángel Ódena y Javier Franco; las sopranos Carmen Solís y Berna Perles encarnan a la joven Reyes, que sin que Fernando llegara a saberlo, dio a luz a un niño fruto de aquella relación; los tenores Andeka Gorrotxategi y Alejandro del Cerro hacen las veces de José María, enamorado de Reyes y rechazado una y otra vez por esta, que despechado desvela públicamente la existencia del hijo de aquella; el tenor-actor Ángel Ruiz y la mezzosoprano Anna Gomà dan vida a Angelillo –aspirante a torero–, y Micaela –prima de Reyes–, que mantienen una relación amorosa alegre, fresca y hasta saludable; la emoción llega como un torbellino con el cantaor Jesús Méndez, quien precisamente interpreta a un cantaor vecino del barrio donde la acción se desarrolla; la cantante y actriz Gurutze Beitia asume el rol de la madre de Micaela y tía de Reyes, viuda para más señas; el actor José Luis Martínez es Míster Olden, dueño del barco en el que un año después regresa Fernando a Sevilla sin saber lo que allí le espera; el actor Manuel de Andrés será el glosopeda, vecino casado con Isadora; los actores Antonio MM y Resu Morales, el Señor Mariano y Doña Benita que han criado como suyo al hijo de Reyes, ocultando la verdad al vecindario; también tendrán presencia y voz en el relato los actores Rocío Galán, como Isadora, David Sigüenza, como ese mozo jovenzuelo que es Escardillo; Lara Chaves, que se meterá en la piel de la cantaora Esperanza Moreno, la nueva amante de Fernando; o el actor Alberto Caballero, que será el laborioso alfarero.
Y todos ellos se moverán, se emocionarán, se divertirán y sufrirán a lo largo y ancho de la espectacular escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, con el vestuario de Jesús Ruiz, la iluminación de Eduardo Bravo y la coreografía de Antonio Perea que desarrollarán los propios protagonistas junto con 13 figurantes bailarines.
Respecto a la recuperación
Respecto a la recuperación, Curro Carreres señala que “el trabajo dramatúrgico con las versiones originales ha sido escrupuloso […] y se ha hecho con el mayor respeto y amor […]. El resultado es un melodrama o comedia dramática de grandísimo interés”. Para Carreres, esta historia de una madre soltera estrenada en plena dictadura franquista nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre los avances vividos en nuestra sociedad hacia la igualdad entre hombres y mujeres, “de ahí que el machismo imperante, las masculinidades tóxicas del pasado, sean presentados desde la perspectiva actual de las necesarias lecturas de género”.
En cuanto a la música, Guillermo García Calvo sostiene que “desde la primera nota del preludio –un si natural en trémolo–, Sorozábal nos trasporta a una Andalucía de ensueño. Cuerdas y vientos entonan justo después al unísono la melodía que más tarde Reyes cantará con las palabras: «¡Que sepa todo el mundo / la verdad bien clara! / ¡Ese niño es mío; / es de mis entrañas!»”. El director argumenta el hecho de que Sorozábal impone su genio artístico y musical siempre mimetizado con el ambiente que le propone cada libreto: de esta manera, el director de orquesta explica que “si en ‘Katiuska’ enseguida nos seducían los giros melódicos de la música rusa interrumpidos por los números de cabaret parisino, en ‘La del manojo de rosas’ el carácter castizo de Madrid se hace música y en ‘La tabernera del puerto’ escuchamos las olas del mar, en este nuevo título encuentra para sí mismo un lenguaje andaluz con ritmos y armonías flamencas. Las sevillanas, el zorongo, la farruca y el pasodoble nos cuentan la historia bailando, con una poesía y una autenticidad increíbles, como si las hubiera escrito un García Lorca”.
https://teatrodelazarzuela.mcu.es
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