Doce Notas

¡Tócala otra vez! Partituras para todos los amantes de las bandas sonoras

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En el principio fue solo la imagen, no había diálogos cuando el cine empezaba a dar sus primeros pasos, pero eso no es lo que aquí nos interesa. Lo que realmente estuvo ahí desde los inicios fue el piano. Era muy complicado e incluso extraño ver imágenes en movimiento sin ningún tipo de sonido o melodía que las acompañara.

Hoy en día cada vez se ofrecen más conciertos donde el repertorio está centrado únicamente en las bandas sonoras de las películas más representativas, como El Señor de los añillos o Harry Potter. El mismo Auditorio Nacional ya interpretó en 2015 la banda sonora de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, añadiendo la proyección de la película, muy al estilo de los comienzo de este séptimo arte. No podía tardar que salieran a la luz partituras que hicieran posible reproducir estas melodías que todos llevamos en la cabeza.

Este libro cumple fielmente su objetivo: “recopilar y arreglar piezas musicales, creando nuevas partituras para piano”. La idea de mantener la sonoridad original está muy conseguida, además de que la mayoría de las piezas son de un nivel muy asequible incluso para aficionados. Es digno de señalar la claridad en las melodías y la simplicidad en algunos acordes, así como las posiciones de los mismos, consiguiendo que las manos y los dedos vayan solos a las teclas. El cifrado americano también ayuda a una mejor agilidad en la interpretación.

Siguiendo la misma línea que las anteriores publicaciones de esta misma colección, alguna de ellas ya reseñada en nuestra revista, como por ejemplo, Éxitos latinos. Partituras para aficionados al piano, Miguel Ángel Fernández nos ofrece una edición en espiral, muy cuidada en tamaño algo mayor que A4 y con papel especial. Para los pianistas es un hándicap pasar la página, que el libro no se caiga o, como recuerdo de mi época de estudiante, tener recurrir a las interminables hojas fotocopiadas y pegadas en modo acordeón desplegable. Incluye también con un código QR que enlaza con un vídeo en el que podemos escuchar la composición interpretada por el propio autor; esto no es solamente útil para saber cómo suena sin tener que tocarla, sino que puede aclarar dudas en cuestiones de lectura musical, fraseo o estilo. Aunque a veces es mejor explorar el etilo de cada uno, lo que uno siente, dejarse llevar un poco más allá de la partitura.

La elección del repertorio no deja lugar a dudas de que también está muy pensada, incluyendo títulos más clásicos como Doctor Zhivago (Maurice Jarre)
o Memorias de África (John Barry); otros totalmente pegadizos como Piratas del Caribe (Klaus Badelt) o La Pantera Rosa (Henry Mancini). No podían faltar Jurassic Park, Indiana Jones o Star Wars todas de John Williams. Tampoco podía faltar un título de uno de los grandes, Gabriel’s Oboe de la película ya considerada casi como mito, La misión de Ennio Morricone.

No procede ahora poner aquí todos los títulos, pero sí alentar a un segundo tomo, ya que me gusta mucho la idea de acercar a los más jóvenes esos títulos tan lejanos ya en el tiempo y poco vistos o escuchados. Quizá también poder descubrir piezas de películas que todavía no hemos visto porque son un total de 44 títulos.

Aquel pavor inicial se convirtió pronto en fervor y hoy en día no entenderíamos nuestro quehacer diario sin el cine y sin la música. Así que no hay mejor manera que poder interpretar estos títulos,  disfrutar y sentirse parte de este espectáculo tan maravilloso. Para profesores, para alumnos, para estudiantes, para aficionados y para todos. ¡Estupendo regalo para estas fechas y para empezar un año de cine!

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