
©Jean Pierre Maurin/Opéra National de Lyon
En su última opera buffa, Gioachino Rossini, junto con el libretista Jacopo Ferretti, partieron del famoso cuento infantil, despojándolo de su lado más fantasioso: la malvada madrastra fue reemplazada por el mezquino padrastro Don Magnífico; el hada madrina desaparece, dejando a Alidoro como ‘padrino’ de la desdichada criada; y al icónico zapato lo sustituyen por un simple brazalete. Sin embargo, el director de escena danés Stefan Herheim devuelve al cuento su fantasía -más cercana al universo de Lewis Carroll que al de Charles Perrault– con una hilarante, imaginativa y colorida producción, en la que el mismísimo Rossini baja en una nube para dirigir su ópera…
Un doble reparto dará vida a los peculiares personajes de La Cenerentola, encabezado por las mezzosopranos Karine Deshayes y Aigul Akhmetshina, en el papel titular.
Les acompañan los tenores Dmitry Korchak y Michele Angelini (Don Ramiro); los barítonos Renato Girolami y Nicola Alaimo (Don Magnífico); y Florian Sempey y Borja Quiza (Dandini); los bajos Roberto Tagliavini y Riccardo Fassi (Alidoro), las sopranos Rocío Pérez y Natalia Labourdette (Clorinda) y la mezzosoprano Carol García (Tisbe)
La dirección musical correrá a cargo de Riccardo Frizza, que ya dirigió en el Teatro Real las dos versiones de Tancredi, también de Rossini, en 2007. Contará con el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, que volverán a interpretar La Cenerentola 20 años después.
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