Doce Notas

La bohème, en versión escénica de Álex Olle, llega al Liceu

lirica  La bohème, en versión escénica de Álex Olle, llega al Liceu

© Yasuko Kageyama

La música de Puccini quedará en las manos del director Giampaolo Bisanti y la Orquesta Sinfónica del Liceu, donde también participará el Coro del Teatre acompañado del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana y Veus- Cor infantil Amics de la Unió

Ollé presenta una relectura de la obra de Puccini y sitúa la escena en un barrio popular en el extrarradio de una gran ciudad. En un contexto dominado por los efectos de la industrialización, la preeminencia de los valores burgueses y un clima intelectual monopolizado por el positivismo laico, materialista y científico, la obra acaba siendo un canto a la vida en la que también se habla de la fragilidad de la felicidad.

En el libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en Scenes de la vie de bohème de Henri Murger, los personajes sortean las dificultades económicas y las inclemencias del tiempo con humor e ilusión. La historia de amor trágica entre uno de ellos, Rodolfo, aspirante a poeta, y Mimì, una vecina bordadora, articula un camino donde la pasión, la juventud, el arte y todas las emociones que dan sentido a la vida y a la muerte se fusionan.

Anita Hartig, Maria Teresa Leva, Adriana González –Mimì-, Atalla Ayan, Giorgio Berrugi –Rodolfo-, Valentina Nafornita i Katerina Tretyakova – Musetta-, Roberto de Candia i Damián del Castillo – Marcello – pondrán voz a algunos de los protagonistas que recuerdan con nostalgia su pasado. Un elenco de lujo dirigido por el maestro Giampaolo Bisanti y que también cuenta con la participación del Cor de Cambra del Palau de la Música CatalanaVeus – Cor infantil Amics de la Unió y la Orquestra Sinfónica y Coro del Gran Teatre del Liceu.

A finales del siglo XIX y en plena sintonía con otros movimientos de la época, como el naturalismo, que marcaba una nueva etapa para la novela, la ópera también se adentra en una fase realista. Como la fotografía o la crónica periodística, una obra lírica debía ser el reflejo de la verdad, a fin de poder comprender de esta manera la naturaleza humana y el espíritu del tiempo. Puccini también participó del entusiasmo verista y La bohème es su ópera que con más convicción muestra la realidad del mundo sin fantasías. La ópera, que inicialmente fue recibida con tibieza, ha alcanzado un éxito tan grande que no ha dejado de ser representada, a veces con un respeto escrupuloso hacia el libreto, pero a veces aplicando unas licencias modernizadoras o abstractas.

En la producción que se presenta ahora en el Liceu, estrenada en 2016 en el Teatro Regio de Turín, Àlex Ollé decidió que la mejor manera de representar la obra no era forzando la abstracción o el maximalismo tecnológico, dos recursos que forman parte de su estilo, sino volviendo a la crudeza del naturalismo intrínseco. La bohème de Ollé, pues, a pesar de que presenta detalles actuales -el poeta Rodolfo escribe en un ordenador portátil, por ejemplo-, no rehúye el fondo del paisaje ni de la historia original. Fiel a la letra y al espíritu de la obra, Ollé propone una versión que recrea el ambiente miserable, aunque lleno de ilusión del París bohemio, y el contraste con el lujo de la ciudad opulenta que se reúne para cenar en el moderno café Momus. Como consecuencia, el desarrollo de la obra para una gran atención al detalle. En La bohème, y especialmente en el primer acto, hay acciones que pasan fuera de la sala de Rodolfo y Marcello: Ollé opta por ensanchar el espacio, abrir el plan y mostrar también los pisos superiores, la puerta de entrada, la calle. De este modo, el ambiente de París se abre y se muestra más completo, más perfilado, natural y realista.

En este marco definido, cada progreso argumental, cada matiz del diálogo, cada expresión gestual añade más significado a la historia y consigue lo que necesita una obra maestra como La bohème: una integración perfecta de libreto y partitura que permite que la música, a la vez, brille con una luz intensa. La Orquestra Sinfónica y el Coro del Gran Teatre del Liceu, el Cor Cambra del Palau de la Música Catalana y Veus – Cor infantil Amics de la Unió, dirigidos por el maestro Giampaolo Bisanti desgranarán los secretos de esta partitura fascinante que contiene grandes momentos musicales como las célebres arias del primer acto Che gelida manina, en que Rodolfo calienta la mano de una Mimì que ha venido a la casa de los artistas a pedir cerillas. Después que el poeta se presente a Chi son? Sono un poeta, lo hace la chica, cantando Mi chiamano Mimì, una página llena de ternura y donde se ve reflejado el idealismo que rodea la trama. Durante el segundo acto, Musetta entona llena de seducción el Quando m’en vo, un aria exuberante para soprano en el despliegue de pasiones.

Liceu, espacio seguro  
El Gran Teatre del Liceu ha trabajado desde el inicio de la pandemia en poder habilitar una serie de medidas que garantizan la seguridad sanitaria dentro del Teatre y que se actualizan según la evolución de la pandemia. El Teatre cuenta con un protocolo que tiene la finalidad de dar cumplimiento a la normativa del departamento de Salud y las condiciones específicas del Procicat en equipamientos culturales. El Liceu ha obtenido la certificación ‘Global Safe Site’ de Bureau Veritas, que valida la correcta implementación de las medidas de seguridad y prevención frente la COVID-19.  
Con las nuevas medidas sanitarias anunciadas por el Gobierno de la Generalidad de Cataluña respecto a los aforos en los eventos culturales, La bohème cuenta con un aforo máximo del 70%, asegurando que se mantiene la distancia de seguridad de un sillón entre los grupos de espectadores.
El público asistente en La bohème, My Fair Lady y Lucia di Lammermoor podrá visitar de forma gratuita en la Sala Miralls la instalación Last Hope, obra del artista Chiharu Shiota.
Como es habitual, los abonados tienen un 20% de descuento por la compra de localidades adicionales nos los espectáculos de la temporada.

www.liceubarcelona.cat

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