
© Miguel Barreto
Yolanda Auyanet inició sus estudios en el Conservatorio Superior de Las Palmas de Gran Canaria y los terminó en el Conservatorio del Liceo de Barcelona. Después, se exilió voluntariamente a Italia, donde a la edad de 23 debutó en Bari con el papel de Musetta.
En su amplio repertorio se incluyen los papeles de Violeta (La traviata), Gilda (Rigoletto), Marie (La hija del regimiento), Lucia di Lammermoor, Mimí y Musetta (La bohème), Micaela (Carmen), Elisabetta (Roberto Devereux), Leonora (Il trovatore), Isabel de Valois (Don Carlo), Maria Stuarda, Anna Bolena, Lucrezia Borgia y Norma. Además, ha sido dirigida por Zubin Mehta, Alberto Zedda, Evelino Pidò, Bruno Bartoletti, Alan Curtis, Maurizio Benini, Jordi Savall, Lorenzo Viotti, Alain Lombard y Daniel Oren, entre otros.
Con una carrera a cuestas de casi 30 años ahora se encuentra en Madrid cantando Norma, papel que debutó en Suiza en marzo de 2016 y ya ha cantado en Palermo, Niza, Stuttgart y las Islas Canarias. Auyanet encabeza el primer reparto de la producción dirigida musicalmente por Marco Armiliato y escénicamente por Justin Way. Cantan con ella Michael Spyres (Pollione), Roberto Tagliavini (Oroveso), Clémentine Margaine (Adalgisa), Berna Perles (Clotilde) y Fabián Lara (Flavio). Las funciones de Norma continuarán en el Teatro Real hasta el próximo 19 de marzo.
¿Cómo es Norma?
Norma es una mujer llena de contradicciones y complicaciones, de problemas personales que no sabe cómo resolver. Es una mujer como puede ser cualquier mujer normal. Una mujer que tiene unos deseos y unas responsabilidades, y que no logra conjugar unas y otras. Una mujer atormentada, una mujer enamorada, una mujer madre, una mujer amante, una mujer despechada. ¡Lo tiene todo! Yo creo que es el personaje vocal y dramáticamente más complejo de la historia de la ópera.
¿Cuáles son las principales exigencias del papel?
Además de las dificultades que ya tiene en sí el belcanto intrínseco, la complicación suya personal exige un color diferente en cada momento. El número musical con el que empieza, el recitativo y el “Casta diva”, es una de las obras más conocidas del mundo de la lírica y eso hace que haya una exigencia y una tensión mayor a la hora de cantarlo. A veces parece que el papel de Norma se reduce al “Casta diva”, y realmente ese es solo el principio. Luego tiene dos horas de cantar sin parar, ¡y de cantar cosas muy difíciles! También están las comparaciones con sopranos míticas de la historia de la lírica como son la Callas y la Caballé, que quieras que no están ahí siempre sus interpretaciones memorables del personaje de Norma.
¿Qué momento de la ópera es para ti el más especial?
Para mí el más especial es el recitativo del inicio del segundo acto, cuando ella ha decido matar a sus hijos para hacer daño a Pollione. En él se aprecian esos cambios de estado de ánimo de los que hablaba. Norma pasa de un momento de ternura hacia los hijos a la locura, quiere matarlos por despecho, pero luego se da cuenta de que no puede hacerlo y decide sacrificarse. ¡Es un momento terrible y al mismo tiempo tiene una música sublime!
Si tuvieras en tu mano el poder de cambiar el final de Norma, ¿cómo concluiría?
El deseo de todos sería que, ya que se han reencontrado Norma y Pollione, se salvaran, pudieran huir y vivir felices con sus hijos. Lo más normal es que él, en plena crisis de los cuarenta, abandonara a Norma con sus niños, se fuera con Adalgisa a Roma y se comprara una moto (risas).
¿Qué prefieres, escenografías de época o ambientadas en la actualidad?
Personalmente me gustan las escenografías de época porque es muy bonito ponerse esas ropas. El mundo de las princesas y de los cuentos está en mi educación y en mi infancia, entonces lo de ponerme vestidos de época pues me gusta mucho. Aun así, a mí lo que me interesa es que la puesta en escena tenga un sentido y una coherencia. Si yo la entiendo y soy capaz de transmitir al público lo que quiere el personaje y lo que quiere el director de escena, da igual la época en la que sea.
¿Cuál es tu opinión sobre la escenografía propuesta por Justin Way?
Creo que es una propuesta muy bonita que conjuga muy bien lo que son los deseos del publico tradicionalista, que quiere ver vestidos de época y decorados de época, pero al mismo tiempo tiene ese toque de modernidad al trasportar la función de Norma al siglo XIX, que fue cuando se estrenó. Es una propuesta que se adhiere muy bien a lo que es la ópera, creo que va muy bien a la música y respeta muchísimo la idea de la Norma primigenia.
¿Qué óperas y zarzuelas eran tus predilectas de niña?
Como mi padre era un forofo de la ópera y cantaba en un coro, en casa ponía mucho Aida. ¡El día de Reyes me despertaba con su marcha triunfal! Junto con Simón Bocanegra son las óperas más representativas de lo que yo oía en casa. Con el tiempo yo también me he convertido en verdiana, porque Verdi es el autor operístico que más me gusta. Lo cierto es que de pequeña no prestaba mucha atención a la música que ponía mi padre porque la ópera me parecía un poco rollo. La escuchaba sin atención, pero la escuchaba y se me quedaba ahí grabada.
De zarzuela escuchaba más números sueltos. Me gustaba muchísimo “la Primorosa” y me ponía a imitar a las sopranos a veces y a cantar, ¡mis padres se morían de risa!
¿Cuándo tomaste la decisión de dedicarte profesionalmente al canto lírico?
Pues la verdad es que yo estudiaba piano en el conservatorio, pero no pensaba dedicarme a la música, quería estudiar medicina. Un día en un concierto del coro en el que cantaba mi padre, en el que cantaban coros de ópera y había algunos solistas que hacían arias, a pesar de que yo había escuchado ópera en casa desde pequeña, ese día en particular no sé qué pasó, fue como una especie de rayo que me cayó encima, me quedé totalmente fulgurada por aquello que estaba oyendo y decidí que quería cantar. Tendría yo 15 o 16 años y dije “cuando tenga 17 – no me preguntes por qué a esa edad – cuando tenga 17 voy a empezar a estudiar canto” ¡Y así hice!
Antes de lanzar una carrera internacional como soprano los primeros roles que cantaste fueron de mezzosoprano, ¿cuándo y por qué se produjo el cambio?
Empecé en el conservatorio como mezzosoprano porque cuando mi primer profesor me oyó cantar dijo que tenía unos graves curiosos, no podían ser sonoros, pero mi zona grave le pareció muy oscura y carnosa. Antes de irme a estudiar a Barcelona debuté como mezzosoprano en el estreno de una zarzuela canaria en las Palmas. Luego, cuando me fui a estudiar a Barcelona, empecé como soprano lírica.
Un día por casualidad me puse a cantar la Traviata en una fiesta con mis compañeros del conservatorio y con mi profesor, el barítono polaco Jerzy Artysz, que hasta lo sigue siendo. Y después de escucharme dando el mi bemol final, mi maestro se me quedó mirando y me dijo: “mañana me traes esto, me traes Lucia, me traes Sonámbula”; y así me metí con el repertorio de lirico ligera.
¿Cómo describirías actualmente tu vocalidad?
Actualmente soy una soprano lírica en un repertorio de soprano lírico-spinto por edad y por carácter. No pretendo para nada ser algo que no soy. No soy una soprano dramática, ni una soprano spinto; yo soy una soprano lírica.
¿Cómo te ha afectado personalmente la pandemia de la Covid-19?
Uff… ¡Pues como a todos! Me ha afectado muchísimo porque de estar continuamente moviéndome y enlazando una producción con otra pues de repente pasé a nada, a cero. Los cantantes vivimos de cantar y si no cantamos no ganamos dinero. En mi caso ha sido sobre todo la cuestión psicológica de no tener trabajo, no tener un motivo para cantar y no tener ganas de cantar. La verdad que los primeros meses de confinamiento fueron de bajón. Aunque estaba muy bien acompañada estaba lejos de mi hija. No poder ir a donde estaba ella fue bastante duro.
A partir del verano me puse las pilas y empecé a estudiar minuciosamente intentando quitar algún vicio que con el tiempo se va cogiendo y no tienes tiempo de quitártelo porque siempre tienes cosas que estudiar y que hacer. Lo positivo de la pandemia es que me ha servido para hacer limpieza.
¿Qué opinas de cantar con mascarilla?
Es horrible, ¡qué voy a opinar! Es incomodísimo y muy frustrante porque es como tener un filtro delante. ¡No sabes lo que estás haciendo! Es un esfuerzo terrible. Nosotros necesitamos el periodo de ensayos para medir lo que podemos y no podemos hacer con la voz, y con la mascarilla no puedes medir nada.
Prácticamente llegas a los ensayos con orquesta, que es cuando ya te la puedes ir quitando, como si no hubieras hecho nada. Hablo de la cuestión vocal de cada uno. Obviamente has trabajado mucho en la escena, pero vocalmente no has podido medir bien, porque no has podido cantar bien con todas tus posibilidades. Es como reducir un poco tu periodo de puesta a punto y entonces llegas con la lengua fuera a los ensayos con orquesta. Pero es lo que hay en este momento y no podemos hacer otra cosa que seguir hacia delante los que podemos, que por desgracia no somos muchos.
¿Ópera o zarzuela? ¿Qué prefieres cantar?
Por costumbre y porque estoy más entrenada, ópera.
La ópera y la zarzuela que primero te vienen a la cabeza.
En este momento histórico mío Norma y Doña Francisquita.
Recientemente en una entrevista con Codalario has mencionado que te gustaría abordar repertorio de Strauss en el futuro, en especial la Mariscala del Caballero de la Rosa. ¿Qué es lo que más te atrae de la música del alemán?
De la música de Strauss me atrae su romanticismo y su capacidad de unir la palabra con la música. Me llama mucho la atención porque yo no concibo la ópera sin la parte actoral y creo que la música de Strauss, y en particular El caballero de la rosa, es un gran ejemplo de teatro con música. ¡Es una música maravillosa y me encantaría poder cantarla!
Solamente has publicado dos discos, ¿tienes en mente grabar algún otro en el futuro?
No soy yo muy discográfica y tampoco me lo han propuesto más veces. No hay más discos porque no me lo proponen y no soy de las personas que se lanzan a ese tipo de proyectos. ¡No sabría ni por dónde empezar! Me lo tendrían que proponer, me lo tendrían que organizar, porque yo soy un poco gandula y perezosa para esas cosas. Si me lo propusieran estaría encantada de hacerlo, pero no soy propositiva en ese sentido.
¿¡Y la página web para cuándo!?
(Risas). Yo soy un poco antigua, ¡ya tengo una cierta edad! La verdad es que no estoy muy puesta en todo lo que son las herramientas que ahora mismo hay en la red para hacerse publicidad y darse a conocer. ¡Pero prometo que en breve la haré!
¿Quién es tu cantante favorito?
Cesare Siepi.
¿Cuáles son tus pasatiempos?
Me gusta leer, aunque últimamente estoy leyendo poco. También me gusta mucho hacer cosas con las manos, me gusta hacer punto de cruz, que también hace mucho tiempo que no hago. Aunque la vista ya no es la que era antes, me gustaría aprender a coser porque me lo paso muy bien haciendo remiendos.
Y cuando dejes de cantar, ¿Qué te gustaría hacer?
Mi sueño, si pudiera hacerlo, es tener una casita en el campo y recoger a todos los animales abandonados que me encuentre.
¡Muchísmas gracias, Yolanda, por concedernos esta entrevista!
Gracias a ti.
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