Doce Notas

El Liceu recupera una aplaudida producción de Les Contes d’Hoffmann

opinion  El Liceu recupera una aplaudida producción de Les Contes dHoffmann

© David Ruano

La producción de Laurent Pelly y Christian Räth, que evoca los sobrios e inquietantes ambientes inspirados en la obra del pintor simbolista Léon Spilliaert, gracias a una lograda escenografía de paneles móviles (Chantal Thomas) y a la sombría iluminación de Joël Adam, fue ya muy bien recibida en 2013, con en reparto que nos permitió gozar aún de una Natalie Dessay en el declive de su carrera artística. Para la presente ocasión, los responsables del coliseo catalán han hecho el esfuerzo de reunir un espléndido y equilibrado reparto de intérpretes internacionales, complementado con la excelente prestación de cantantes de la casa.

En la función del pasado 31 de enero, John Osborn brilló en el exigente rol protagonista, encarnando al atormentado poeta romántico con un canto sólido, expresivo y elegante en todo momento, a lo cual cupo sumar una entregada caracterización escénica. Su compañero del alma, Nicklausse, así com el papel de la musa, fue resuelto con envidiable gracejo y eficacia canora por la mezzo catalana Carol García. El colosal bajo Aleksander Vinogradov fue otro de los grandes triunfadores de la velada por su profunda y siniestra recreación de los cuatro malvados de la obra , esto es: Lindorf, Coppélius, Doctor Miracle y Dapertutto. Por lo que al trío de amores imposibles hoffmannianos se refiere, pudimos disfrutar de la espléndida caracterización de la Olympia de Olga Pudova, de agilidades impecables en su popular y comprometida aria del primer acto; con la Antonia de la irresistible Ermonela Jaho se alcanzó uno de los momentos culminantes de la representación, gracias la unción lírica, refinada e íntimamente expresiva de la soprano albanesa; mientras, por su lado, la mezzo Ginger Costa-Jackson administró con resolución y eficacia la frívola liviandad de la cortesana Giulietta. Completó el decálogo de amores frustrados, la delicada y elegante Stella de Elena Sancho Pereg.

Completaron el extenso cast de comprimarios los magníficos cantantes catalanes Carles Daza (Schlémil / Hermann), Roger Padullés (Nathanaël), Laura Vila (voz de ultratumba) y Francisco Vas (Spalanzani), así como también los espléndidos Vincent Ordonneau (Andrès / Cochenille / Pitichinaccio) y Alexey Bogdanov (Crespel / Luther). Al aplaudido reparto de intérpretes solistas cabe sumar la excelente prestación del coro y la orquesta titulares, a quienes la epidemia, lejos de amedrentar, parece haber estimulado. Todos ellos estuvieron dirigidos desde el podio por la experimentada batuta del maestro Riccardo Frizza, quien desplegó una lectura briosa, fluida e hilvanada, atenta en todo momento a los detalles y a las sutilezas expresivas de la rica partitura de Jacques Offenbach.

A destacar, en el programa de mano – disponible en la web del teatro-, el erudito artículo del musicólogo catalán Oriol Pérez, así como la siempre agradecida cronología liceísta, rica en anécdotas, del maestro apuntador Jaume Tribó.

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