Se ofrecerán 13 funciones, nuevamente con el director musical del Teatro Real, Ivor Bolton al frente con un doble reparto y con el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real y de los Pequeños Cantores de la JORCAM.
La creativa y sorprendente puesta en escena del director australiano Barrie Kosky, estrenada en la Ópera Cómica de Berlín en 2012, devuelve a La flauta mágica su carácter de espectáculo popular, divertido y estimulante. La producción, inspirada en la imaginería de Buster Keaton y en el cine mudo de los años 20, carece de decorados y en ella los cantantes interactúan con las proyecciones de una ingeniosa película de animación llena de ritmo, humor e imaginación.
Según ha explicado en la presentación de la Flauta Mágica, Tobias Ribitzki, responsable de la reposición, «es difícil la puesta en escena porque hay muchas ideas, pero lo importante es abrir la ópera al gran público, que sea entretenida y al mismo tiempo incida en pensamientos más profundos. El homenaje al cine mudo ayuda a resolver el problema del carácter mágico de esta opera porque esta ópera es mágica de muchas maneras. El cine mudo está presente también en la interpretación de los personajes que remite también al Berlín de los años 20, donde hay personajes arquetípicos que pueden estar en la comedia del arte».
Ivor Bolton recordó que la Flauta Mágica «es un singspiegel que se sitúa en un contexto muy diferente al de las óperas de corte. Tiene un carácter muy familiar, Mozart tenía relación con los miembros de la compañía, que también eran actores además de cantantes y esto funciona muy bien en la ópera».
El éxito de esta propuesta escénica y dramatúrgica radica en su enorme facilidad para comunicar con el público, su humor, su derroche de creatividad y la complicidad del espectador a través de un universo visual en el que los personajes mozartianos de hace dos siglos llegan al público convertidos con naturalidad en referentes tan cercanos para nosotros como un galán tipo Rodolfo Valentino (Tamino), una seductora pizpireta como Louise Brooks (Pamina), un malvado como el terrible Nosferatu (Monostatos) o un hilarante, torpe e ingenuo Buster Keaton (Papageno).
Un doble reparto se alternará en las representaciones, dando a vida a los personajes principales: Andrea Mastroni y Rafal Siwek (Sarastro / Orador), Stanislas de Barbeyrac, Paul Appleby (Tamino), Albina Shagimuratova, Aleksandra Olczyk y Rocío Pérez (La Reina de la Noche), Anett Fritsch y Olga Peretyatko (Pamina), y Andreas Wolf y Joan Martín-Royo (Papageno). Completan los papeles protagonistas Ruth Rosique (Papagena) y Mikeldi Atxalandabaso (Monostatos), que cantarán con ambos repartos.
Coincidiendo con las funciones de La flauta mágica, el Teatro Real ha organizado una serie de actividades paralelas relacionadas con la ópera de Mozart y el cine mudo de los años 20 que inspiró la dramaturgia y propuesta escénica de la producción que se verá en su escenario.
Las funciones de La flauta mágica están patrocinadas por la FBBVA como parte de su programa de Música, que se concibe como un recorrido completo por las distintas formas en que la sociedad puede beneficiarse y disfrutar de esta manifestación artística.
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