Doce Notas

El FeMAP desborda de público los escenarios pirenaicos

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O Vos Omnes

El encanto rural y bucólico de los pequeños escenarios que acogen las propuestas musicales de este festival – muchos de ellos situados en recónditos parajes de Pirineo catalán – se han visto desbordados por la afluencia de un público que, cada año más fielmente, sigue con gran interés la programación del certamen. Una realidad que, turbulencias políticas al margen, augura un exitoso aval a este singular proyecto artístico y patrimonial de cara a su décimo aniversario.

Un encomiable debut discográfico

Sin ocasión de haber escuchado el registro, el pasado 11 de agosto pudimos asistir a la presentación del primer trabajo discográfico del conjunto vocal O Vos Omnes que lidera Xavier Pastrana. El concierto, que llenó hasta el último banco del templo de Sant Joan de Berga, nos permitió disfrutar de una espléndida formación de cámara, de afinación impoluta, voces compactas, nitidez de líneas y pureza de sonido. Todo ello realzado por un sutil trabajo de las texturas, la retórica musical y de las dinámicas que avala la iniciativa y el interés artístico del proyecto.

El programa pivotó alrededor de las sobrias polifonías barrocas de Heinrich Schütz, interpretadas con gran vigor expresivo por la formación catalana. También tuvimos la oportunidad de escuchar una obra, Oració a la Senyora Nostra, encargada ex profeso al compositor catalán Joan Magrané, una pieza mucho más afortunada que su reciente debut operístico en Peralada. Se trata de una composición sacra a ocho voces con un delicado trabajo de las disonancias, acaso un tanto reiterativas, pero con pasajes de hondo calado expresivo que van encadenando las frases del texto y tejiendo sutilmente las texturas de las voces. Una propina musical del ilustre compositor alemán concluyó una hora de música francamente excepcional.

Trío en las alturas

A más de 2.500 metros de altura, el refugio de Niu de l’Àliga, situado en la cima del Pirineo central catalán, acogió la propuesta musical de Newman Trio el pasado 12 de agosto. Un programa, discretamente ejecutado, que comprendió un trío para cuerda de Boccherini, un sugerente diálogo entre invenciones de Bach y pasajes de György Kurtág, y, para finalizar, el Trío para cuerda op. 9 núm. 3 en Do menor de Beethoven. Esta última fue la única pieza que consiguió levantar un poco el vuelo expresivo de la velada, por lo demás marcada por una interpretación más bien plana y rudimentaria, aunque generosamente aplaudida por un público que, desafinado las alturas, abarrotó la sala principal de este refugio de montaña.

Un feliz hallazgo

A los pies del monumental macizo del Pedraforca, en la entrañable iglesia de Sant Sadurní de Maçaners, el conjunto valenciano Música Trobada nos descubrió, a muchos de los asistentes, la deliciosa música del maestro de capilla de la Catedral de Valencia Pasqual Fuentes Alcàsser (1721 – 1768), el pasado martes 13 de agosto. Con un programa íntegramente dedicado a este consumado compositor, pudimos gozar de una música de una gran frescura, fluida y desenvuelta que entronca con la tradición del tardo- barroco italiano pero que ya nos anticipa algunas soluciones del lenguaje clásico.

El magnífico conjunto instrumental historicista, conducido desde el clave por Francesc Valldecabres e integrado por Carlos Montesinos (violonhelo), Enric Llorens y Víctor Yusà (violines), supo imprimir vitalidad y dinamismo expresivo a los villancicos, antífonas y lamentaciones cantadas por los cumplidores cantantes Pilar Moral, Aurora Peña y Hugo Bolívar. Un trabajo divulgativo que cabe aplaudir y que supone un importante impulso para la recuperación del valioso legado patrimonial que atesoran los archivos de nuestras iglesias y catedrales.

No obstante, el intento de hacer comulgar en las notas del programa este delicioso repertorio con los postulados feministas a la moda, resultó tan sobrero como oportunista. Más allá de morbosos ensayos que destapan antiguas prácticas abusivas en el seno de la iglesia católica, el buen arte se justifica por sí mismo; no hay que confundir – ni que mezclar – la ética con la estética, de lo contrario nos quedaríamos huérfanos de casi todo.

 

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