Cortesía FIS
El espectáculo llega al 68 FIS con la música de la Orquesta Sinfónica del Sodre pero grabada, obvio, no ha dinero suficiente para traer además del elenco de bailarines y técnicos una orquesta sinfónica. Con estos mimbres y un espacio escénico eficaz (cierto constructivismo ruso le viene muy bien) de Hugo Millán llega fácilmente al público que conoce los temas tratados, los personajes y la música -rusos y franceses, pero muy española- en un espectáculo de cierta duración, noventa minutos.
El espectáculo, de un nivel interpretativo muy alto, mantiene al espectador pegado a la butaca a pesar de ciertos “valles” un poco largos. Tiene una serie de picos coreográficos muy eficaces y muy conseguidos: pelea con los molinos, pasaje de la quema de libros por parte de la Inquisición, mujeres plañideras, pelea de los contendientes por la esposa en la venta, pelea de mozos en entrenamiento militar…que la coreógrafa desarrolla con exhaustividad al usar la totalidad de la pieza musical elegida, lo que ralentiza un tanto el desarrollo de acciones que precisarían de un ritmo mayor.
El final, sobrecogedoras imágenes detrás de una gasa mientras danza la muerte con un vestido verde de impresionante vuelo, queda un tanto desdibujado…quizá sea momento de oscuro total y ya…el espectador respira y aplaude. Sin ninguna imagen más. Bueno, es una elección.
El nivel interpretativo, ya mencionado, es impresionante. Máxime en escenarios como el del Palacio de Festivales de una amplitud extrema…escenario que han de ocupar y recorrer los intérpretes, muchas veces en puntas, ya que dirección y coreógrafa han elegido trabajar dentro de la disciplina neoclásica del ballet…con elementos contemporáneos pero con predominio de las técnicas dancísticas tradicionales.
No es extraño este gran nivel, ya que el Ballet Nacional Sodre es quizá la organización creadora de danza más importante en el cono Sur Americano, además, teniendo cerca Buenos Aires tiene, seguro, actuaciones aseguradas a parte de las que haga en su sede de Montevideo.
Un gran espectáculo que recuperaría en España espectadores para la danza, problema que pude abordar en entrevista con el propio Igor Yebra la mañana posterior a la representación y que paso a transcribir.
¿Cuándo nace en ti la vocación de bailarín?
Fue natural pero un poco tardía, quería ser futbolista – del Atlétic, claro- y mi familia era propicia a las artes: música, danza, arte. Con 13 o 14 años descubrí este arte y las piezas encajaron.
Cómo se conjugan en tu carrera la variedad de disciplinas de danza que practicas?
Mi afición por las artes es multidisciplinar, toda manifestación expresiva me gusta, me gusta saltar limitaciones, probar. Me gusta la idea de “inspiración” total, he probado incluso con el teatro. Prefiero abrir puertas.
¿Coreógrafo o bailarín?
Depende del momento, me gusta mucho también la docencia con niños, la danza es una expresión vital y deben conocerla. Ayuda a plantearse nuevos retos vitales y asumir con normalidad las “equivocaciones”.
Dar clase, organizar representaciones ¿qué es más complicado?
Todas las facetas tienen su grado de complejidad. En mi caso al tener escuela y compañía en España, más de quince años, muchas materias las tenía interiorizadas, me siento ahora como un “gestor cultural” con cien personas a su cargo y la responsabilidad de dirigir una Compañía Nacional de Uruguay, una institución que tiene ya 85 años y debe mucho al impulso de Margarita Xirgu.
Danza en Europa y América ¿cuáles son las principales diferencias?
Se parte de diferentes escuelas, diferentes públicos, cada continente tiene raíces propias, pero en Montevideo y Buenos Aires la influencia es muy europea frente a la Norteamericana, más tendente a lo espectacular individual.
Por fin la difícil: ¿qué retos tiene la danza en España?
La danza precisa de una gran reorganización en España, un fuerte plan estratégico que lidere la Compañía Nacional de Danza y sea el faro de muchas otras organizaciones. Necesita continuidad en las políticas para que esta renovación y organización pueda llegar a escuelas y conservatorios.
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