Doce Notas

Capriccio, de Richard Strauss se presenta por primera vez en el Teatro Real

lirica  Capriccio, de Richard Strauss se presenta por primera vez en el Teatro Real

Rompiendo con la ausencia de 8 años de Richard Strauss, la nueva producción de Capriccio supone también el estreno en el Teatro Real de la última ópera del compositor bávaro, con una puesta en escena del celebrado Christof Loy y dirección musical del experto straussiano Asher Fisch.

Capriccio, última ópera de Strauss, con libreto de Clemens Krauss y del propio compositor inspirado en una idea de Stefan Zweig, propone una reflexión sobre la importancia que debe tener en la ópera la palabra en relación con la música.

La partitura, escrita durante la segunda guerra mundial, parece ajena a las heridas de Europa, recreando una velada de esparcimiento, a mediados del siglo XVIII, en el ‘château’ de una condesa viuda, cuyas atenciones disputan un poeta y un compositor…

La orquestación, compendio de la maestría de Richard Strauss, acompaña brillantemente la prosodia y el contenido semántico de las palabras proyectando sus multiples sentidos

El debate histórico alrededor de la importancia relativa que debe tener en la ópera la palabra con respecto a la música constituyó una fuente de fascinación para Richard Strauss durante toda su vida. En Capriccio, ahonda en el tema valiéndose de un libreto excepcional fruto de una sugerencia de su apreciado Stefan Zweig, quien encontró una breve comedia en la British Library que serviría de inspiración para la que sería la última ópera del compositor alemán; comedia, por cierto, de la que ya se había servido Antonio Salieri. A partir de ella surgió una historia no falta de ironía, protagonizada por una condesa –símbolo del arte– cuyos afectos se encuentran divididos entre dos pretendientes, un poeta y un compositor. ¿A quién elegir? Lo cierto es que Strauss puso especial empeño en la inteligibilidad del texto cantado y, a su vez, no escatimó recursos musicales, desplegando una paleta de armonías y texturas incomparables. Capriccio es, sin duda, una síntesis apabullante de todo lo que el músico había logrado hacer mejor en su carrera, algo de lo que él mismo fue consciente: orgulloso de su obra, rehusó la sugerencia de su libretista de embarcarse en un nuevo proyecto. Sencillamente, no vió cómo podría superarse.

El reparto está encabezado por Malin Byström en el papel de la Condesa Madeleine; Josef Wagner en el de Conde; Norman Reinhardt en el de Flamand; André Schuen en el de Oliver; Christof Fischesser en el de La Roche o Theresa Kronthaler en el de Clairon.

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