Doce Notas

El legado de Luciano Berio en seis cápsulas: Un recuerdo al futuro

libros  El legado de Luciano Berio en seis cápsulas: Un recuerdo al futuroLa editorial Acantilado acaba de publicar Un recuerdo al futuro, la traducción al castellano del libro que vio la luz luego de la muerte de Luciano Berio que contiene las seis conferencias que el italiano impartió in Harvard entre 1993 y 1994.

Que un escrito de interés eminentemente musical-musicológico, de una de las figuras más punteras de la vanguardia europea y con la densidad de los textos que aquí encontramos sea publicado dentro de los títulos de Acantilado, es tan solo una muestra de cómo el pensamiento y el talento creador de Berio ha sobrepasado la esfera de la música clásica contemporánea, marcada por su fuerte tendencia al hermetismo, mostrándose muchas veces endogámica y hasta autocomplaciente.

La fama de Berio se puede entender por sus interesantes propuestas musicales, siendo su serie de Secuencias sin duda las más relevantes. Y al lado de esto podemos ver reconocido su talento por el premio del León de Oro de festival de Venecia por su trayectoria en conjunto, y manifestado en sus aportaciones teóricas como este conjunto de seis conferencias.

Recopiladas de manera póstuma por Talia Pecker Berio, a lo largo de esta seria de conferencias podemos ver al Berio compositor detrás del escritor, preclaro en la estructuración del discurso en algo que puede ser tan inabarcable como formas, –procesos o formaciones– desde los más variados puntos de vista y moviéndose dentro de un amplísimo arco temporal, de aquello que, sin saber muy bien conceptualizar, sabemos que es música.

La primera de las conferencias, con el sugerente título de “Formaciones” –concepto que funciona como hilo conductor del discurso de la serie de charlas– se ocupa de varios elementos y relaciones dentro de nuestro paradigma musical, e incluye ideas tan interesantes como la relación de Berio con la música, su realización y conceptualización, el texto (desde un punto de vista de conceptualización estética), el leguaje y la consideración de la música en relación y en torno a este, el significado y los instrumentos.

La segunda de las conferencias nos lleva al terrero de las interpretaciones, abordado por el italiano desde el concepto de traducción, sirviéndose de ejemplos repartidos por los más variados escenarios históricos y performativos o a través de las más variadas situaciones en torno al lo musical. Todo esto va, enfocado desde una perspectiva postmoderna, a mostrarnos la concepción beriana de la música como “lenguaje de lenguajes”.

Para una época como la nuestra, en un espacio performativo legitimado como de alta cultura como lo es la música clásica, donde se consume mucha música de otras épocas, el asunto de la conservación de las tradiciones musicales es clave. En este tercer apartado nuestro autor enfoca el asunto no desde lo que se conserva, sino desde lo que se ha querido conservar, siendo también este uno de los apartados donde se permite hacer referencias a sus propias obras musicales.

Para el siguiente apartado Berio nos reserva uno de los temas más atractivos de la creación contemporánea, el concepto de obra abierta, vinculado en el discurso con los procesos de aleatoriedad, lo que sirve como conector para hablar sobre asuntos concretos relacionados con el proceso de la composición.

Luciano Berio, dentro de su producción no evito las músicas escénicas, concretamente la ópera, y de ello se ocupa en el quinto apartado. Se detiene aquí en la relación entre la música escrita y su correspondencia escénica en tanto que dispositivo visual. Dedica aquí un espacio a la consideración de la ópera hoy, comentando su propia experiencia con el espectáculo.

Para el último de los apartados se nos reserva uno de los asuntos quizás más espinosos, el del análisis en torno a la música, deteniéndose en lo semiológico y abriendo el compás para reflexiones sobre análisis, música y la relación entre ambos. Sobrepasando la “conclusio” general del texto, el libro, más allá de sus aportaciones concretas, termina mostrándonos de una manera efectiva el pensamiento de Luciano Berio, desde lo más estrictamente musical o lo más filosófico, desde lo más alejado cronológicamente a lo autorreferencial.

Sin duda la mejor aportación de este texto no son tanto las reflexiones de Berio sobre las más diversas formas y formaciones, sino la oportunidad de mirarnos en ellas, a modo de espejo, para valorar nuestras concepciones, que no por no intelectualizadas dejan de existir –siempre–, acerca de ese poliédrico “aquel” que llamamos música.

 

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