Doce Notas

Aprende a estudiar música

 

Abordar el estudio musical de una obra de forma eficiente, así como implementar mejoras técnicas con rapidez, requiere de una serie de habilidades psicológicas que son desconocidas por gran parte de la colectividad de cantantes e instrumentistas. La frustración ante la ausencia de avances, la errónea idea de que todo tiene que salir a la primera, la gestión nociva de un fracaso y, en definitiva, las prisas, dificultan nuestros progresos y merman nuestra motivación en el estudio. Las claves del aprendizaje musical. Guía para mejorar con tu instrumento musical y en el canto de Rafael García Martínez, ofrece soluciones y herramientas para superar las dificultades personales que imposibilitan la consecución de un estudio eficaz.

Rafael García es Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia. Su área de investigación se centra en los procesos psicológicos relacionados con la mejora del estudio musical y la preparación de las actuaciones, cuya síntesis se encuentra en este manual. También es profesor de Técnica Alexander. Ma non troppo ya editó en el pasado otras obras de García entre las que se encuentran: Entrenamiento mental para músicos (2017), Cómo preparar con éxito una audición o concierto (2015) y cnica Alexander para músicos (2013), que junto con esta, forman parte de la colección Taller de Música: un compendio de obras de autoayuda de diversos autores dirigidos a músicos y estudiantes.

Las claves del aprendizaje musical se divide en dos partes: la primera, más breve, nos introduce en la autorregulación del aprendizaje musical, esto es, aprender a aprender. La segunda, es una invitación al autoconocimiento, la reflexión y la práctica que propone actividades relacionadas con la experiencia del estudio musical al final de cada capítulo. Como manual de autoayuda y solucionario de problemas, ofrece respuestas a cuestiones ordinarias, algunas son: ¿cómo manejar un infortunio que merma tu disfrute musical?, ¿qué cualidades psicológicas y físicas esenciales concurren en una buena ejecución?, ¿qué se necesita para desarrollar un criterio musical propio?, ¿cómo fortalecer tu concentración y entrenar tu oído?, etcétera.

Basado en la adaptación al ámbito musical del modelo de autorregulación del aprendizaje de Barry Zimmerman, García reduce a tres, las fases de la autorregulación: fase previa o de planificación, que consiste en organizar el estudio y disponer el cuerpo y la mente para hacer música; fase de realización o ejecución, en la que la concentración y el control permiten seleccionar los procedimientos más adecuados para el aprendizaje; y, por último, la fase de reflexión o evaluación, que consiste en aprender de la experiencia a través de la autoevaluación de los resultados musicales.

García dedica el libro a su hermano, nueve capítulos que pretenden inculcar un método para alcanzar un estudio de calidad, “este implica tener presente cómo funciona realmente nuestro cerebro, nuestras emociones y nuestra conducta”, en palabras del autor. El fin es la excelencia musical, y focalizarse en alcanzarla es el camino para conseguirla. García recomienda huir de la perfección, darse tiempo y fijarse metas pequeñas y alcanzables. También incide en la importancia de la motivación y en el desarrollo de la resiliencia, que se consigue pensando en positivo, como fortaleza para afrontar los fracasos.

Dentro de las estrategias de mejora propuestas por el psicólogo valenciano destacan la utilización de un diario musical que refleje por escrito conductas, opiniones, dudas, objetivos y reflexiones sobre el proceso de estudio y las actuaciones. La alternativa a dicho diario es un planning u organizador del tiempo de trabajo, del cual se incluye un modelo de plantilla. Otras estrategias son el empleo de la posición de descanso constructivo (posición semi-supina) previa al estudio para generar unas condiciones corporales y mentales que lo faciliten, fortalecer la concentración con series numéricas, entrenar el oído comparando diferentes versiones de una obra musical y refinar las sensaciones internas trabajando frente al espejo.

Con una magnífica presentación, semejante a los otros libros que integran la mencionada colección, destacan las tablas resumen y los esquemas visuales, muy útiles para facilitar la compresión de la densa información. Todos los capítulos contienen numerosas citas inspiradoras de personajes célebres como Yehudi Menuhin, Pablo Ferrández, Grigory Sokolov, Anne Sophie Mutter e incluso Pitágoras. Lo que convierte al manual en una especie de cargador motivacional para músicos al estilo de la marca Mr. Wonderful, eso sí, con un embalaje más solemne. El único pero a este impecable trabajo es la necesidad del empleo de color en algunos gráficos, como en el de la división del estudio diario en el capítulo cuatro, que en blanco en negro no se puede apreciar en su totalidad.

Quizás el manual acaba resultando algo reiterativo, inevitable ante la temática escogida, sin embargo, cada capítulo incorpora algún aspecto novedoso de utilidad que puede incluso emplearse como fuente de inspiración: “la música llega de tal forma al corazón y al intelecto, que de forma inexplicable produce espirales de magia, regocijo y admiración”, elogio de García.

 

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