Doce Notas

Núria Sempere, nueva directora general de la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC)

 

entrevistas  Núria Sempere, nueva directora general de la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC)

Núria Sempere. Cortesía ESMUC

El Patronato de la Fundación para la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) nombró el pasado mes de diciembre a Núria Sempere y Melissa Mercadal como máximas responsables del centro público de enseñanza superior de música. Sempere ocupa el cargo de directora general y Mercadal el de directora académica, dividiendo el puesto que Josep Borràs ostentó hasta finales de año. Por primera vez en 18 años, los dos máximos cargos de la ESMUC son ocupados por mujeres.

Aficionada a la guitarra, Núria Sempere toca una vez por la semana. Empezó con el instrumento a los 6 años en el colegio. Nunca fue una estudiante brillante pero sí disciplinada y concluyó su formación como guitarrista en el Conservatorio de Barcelona. Allí descubrió que quería profundizar en las materias de historia y estética y se matriculó en la universidad en Historia del arte. Posteriormente, cuando se introdujo en la gestión de escuelas de música, empezó a especializarse en gestión pública e hizo un Máster en Dirección Pública. También fue la presidenta fundadora de la Asociación Catalana de Escuelas de Música. En la ESMUC ha impartido las asignaturas de Desarrollo profesional, Gestión de centros educativos, Gestión de proyectos comunitarios y Gestión del patrimonio musical.

¿Qué requisitos tiene que cumplir un buen director de un centro como la ESMUC?

Lo primero es el compromiso con el servicio público. La ESMUC es el centro público que tiene la responsabilidad de garantizar los grados y los másters de la formación especializada en música. Tiene que ofrecer una formación integral que a la vez se comprometa con la excelencia formativa, interpretativa y de resultados; pero a la vez tiene que conseguir que el centro se convierta en un dinamizador tanto de ecosistema educativo como del ecosistema cultural.

¿Qué formación se necesita para poder gestionar correctamente un centro educativo de estas características?

Difícilmente se puede ser el director general de una fundación sin tener cierto conocimiento musical, pero esto no es suficiente. Es necesaria una formación en dirección pública complementaria que pueda conciliar las necesidades disciplinarias o educativas. También puede ser de ayuda una formación universitaria más clásica en Historia del arte o investigación en el sentido más tradicional. Para mí estos tres ámbitos formativos han sido esenciales, pero no suficientes sin una experiencia profesional de conocimiento experto sobre instituciones de educación musical. Dirigir es en sí una profesión y es una profesión que en el siglo XXI no se puede hacer con una inspiración visionaria.

¿Por qué motivo surge su compromiso con hacer accesible la enseñanza a todos los alumnos?

Una vez empecé a trabajar en el ámbito de las escuelas de música estuve muy preocupada por la democratización del acceso a la práctica musical. Esta preocupación fue dada por mi propia experiencia y educación musical. Estudié en el Conservatorio de Barcelona, por entonces, más centrado en la música, el repertorio y la técnica que en el alumno. Éramos depositarios de un conocimiento experto que debíamos escribir. Fruto de esa trayectoria académica, cuando empecé a trabajar como docente en una escuela de música, decidí cambiar el enfoque. Me di cuenta de que lo verdaderamente importante es que sea mucha la gente que tenga acceso a la práctica artística. Y que de esa mucha gente, los que tengan interés, talento y vocación, realmente estén acompañados para hacer sus estudios superiores; pero que el centro de la enseñanza sean ellos mismos y que la música sea siempre el entorno que permita el crecimiento personal.

¿Qué objetivos a corto plazo se marca como directora de la ESMUC?

A corto plazo hay unos objetivos que tienen que ver con los valores del centro y otros objetivos que tienen que ver con la organización. Para mí la idea más fuerte de todas consiste en poner el alumno en el centro de toda nuestra actividad sin renunciar a la lógica disciplinaria. Partiendo de ahí, los objetivos a corto plazo serían, por un lado, ordenar y refundar los valores de transparencia, de participación e incrementar la presencia de mujeres; y por el otro, intentar remover todos los obstáculos organizativos. Este es un centro muy grande que tiene 225 docentes y 36 personas de personal no docente. Tenemos que empezar a hacer presupuestos participativos muy claros para que todo el mundo sepa el porqué de cualquier decisión que se toma en la escuela.

¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la ESMUC?

Son muchos los desafíos. Entre los de orden interno está generar bienestar en el profesorado. Como en el resto de centros públicos, los recortes de los últimos años han generado mucha decepción. Tenemos que recuperar la ilusión que teníamos en el año 2011 cuando todo estaba por hacer y empezábamos a plantearnos un centro con otros pilares. Otro de los desafíos es remover los obstáculos para la investigación. Tenemos el reto en todos los conservatorios españoles de comenzar a generar esto que los europeos llaman la investigación performativa. Nuestra investigación todavía es muy deudora de la investigación clásica universitaria y tenemos que trabajar en ello para que podamos ser incluidos como centros de investigación. Por otro lado, tenemos una responsabilidad inmediata de generar un perfil de graduado capaz de transformar el entorno y de inferirse en el mundo profesional con unas competencias nuevas: futuros docentes que sean excelentes intérpretes con una vocación y capaces de influir sobre el sistema a través de sus competencias pedagógicas.

¿Cuáles son las titulaciones más demandadas por el alumnado?

Las más demandadas son interpretación clásica, interpretación contemporánea y jazz. También pedagogía y sonología.

¿Hay alguna titulación en riesgo de desaparecer?

En riesgo de desaparecer no. Las titulaciones menos demandadas son las menos conocidas, por ejemplo, Promoción y gestión. Todavía es difícil que los estudiantes a los 17 años opten por matricularse en este grado. Creo que es una cuestión de madurez. Tiempo después se dan cuenta de que la Promoción y Gestión es una de las profesiones que necesita conocimientos musicales expertos, pero muchas habilidades en otros ámbitos que no son el estrictamente musical. También la música antigua está desplazando a muchos alumnos al máster.

¿La ESMUC tiene planeada la inclusión de alguna nueva especialidad en los próximos años?

Nueva especialidad no, pero estamos estudiando la posibilidad de incluir algunos ciclos formativos de técnicas aplicadas a los instrumentos.

¿Se van a reforzar las actividades extra-curriculares como los cursos de verano?

Sí, enseguida podremos dar las informaciones de los cursos de verano que están sobretodo dirigidos al sistema educativo. El objetivo principal es formar a docentes de primaria, secundaria, de escuelas de música y también de conservatorios. Con estos cursos de verano podemos ayudar a capacitar a docentes e incentivar a los respectivos ayuntamientos para que incluyan otras especialidades.

¿Hay planes de abrir el acceso a determinadas actividades para alumnos ajenos a la ESMUC?

La formación continuada está abierta a cualquier alumno externo. Esta formación la realizan principalmente graduados y profesionales del sector que quieren profundizar en aspectos concretos. Hay muchas asignaturas colectivas que también se abren a personas interesadas, como Historia de la cultura, Historia de la música o Historia del jazz. Tenemos algunas personas espontáneas que se incluyen en los grupos para aprender y participar. Sin embargo, creo que deberíamos dar a conocer más estos cursos de extensión. Me lo apunto como asignatura pendiente.

¿La ESMUC tiene un programa específico de preparación del alumnado para su salida al mundo laboral?

Programa específico como tal no, pero tiene algunas asignaturas que preparan al alumnado. Esta inserción en el mundo laboral es gradual, todos los alumnos tienen la asignatura de Desarrollo profesional, algunos de ellos prácticas en empresas y los graduados, durante los cuatro primeros años, reciben un cierto acompañamiento para que puedan inferirse en el mundo laboral. Tenemos una inserción laboral del 75%, que es uno de los aspectos mas valorados de la ESMUC.

¿Cuál es el perfil más frecuente en el alumnado?

La mayoría son graduados procedentes de conservatorios profesionales y una minoría de escuelas de música o profesores particulares. Todos son estudiantes con mucho talento y con unas grandes habilidades interpretativas, además de mucho nivel instrumental.

Y por el contrario, ¿cuál es el perfil que busca la ESMUC en el alumnado?

Este es el perfil que buscamos, pero yo le añadiría que sea punto de partida y no llegada. Muchas veces hay tan pocas plazas por especialidad que la prueba de acceso se convierte en una meta. Nos gustaría que realmente fueran jóvenes con mucha ilusión por aprender, curiosos por todos los lenguajes y músicas sin jerarquías. Buscamos la ilusión, la curiosidad, la pasión por la música y por los entornos; que sean arriesgados artísticamente, que no quieran reproducir, que quiera innovar, que sean comprometidos con sus compañeros, pero también comprometidos con el tipo de proyectos que pueden cambiar nuestro mundo, que pongan su talento al servicio de un ecosistema en el que la música y las artes llegue a ser un mundo mejor.

¿Por qué recomendaría la ESMUC a un estudiante de música?

La ESMUC ofrece la posibilidad de inferirse en grandísimos proyectos que se exhiben en los grandes equipamientos del país, como los auditorios de Lleida, Barcelona y Girona, sin olvidar esta lógica de interrelación disciplinaria y de vocación, para que no se convierta solamente en un instrumentista de altísimo nivel, sino que tenga toda la mochila cultural que le permita tomar decisiones. Aparte, la ESMUC tiene unos docentes espectaculares de gran prestigio en el ámbito profesional y con compromiso docente.

¿Ha supuesto el éxito de Rosalía un cambio para el centro?

No sé si ha comportado un cambio, la verdad es que un orgullo enorme sí. Rosalía hizo la segunda parte de su carrera con nosotros. La felicité enseguida cuando le concedieron los Grammys. Le pedí entonces una cosa que para mí es muy importante, que los jóvenes de hoy conozcan que al lado de su talento hay un enorme esfuerzo formativo y una base educativa muy sólida. Me dijo que lo transmitiría. Rosalía fue una estudiante excelente en todos los ámbitos que hizo la carrera con mucho esfuerzo y es muy importante que los jóvenes de su generación sepan que su éxito también viene de aquí, de haber estudiado, de haber hecho una carrera y de haberse graduado con todas las de la ley.

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