Doce Notas

Armonía, un acto de amor

El beso y el mordisco

El texto es un majestuoso viaje por diferentes lugares y épocas, principalmente entre los siglos XV y XVII, como si de un museo se tratase, el autor nos marca un recorrido guiado por diferentes estancias, invitándonos a degustar cada una con las características que son propias de una visita a un museo, donde normalmente el ritmo es marcado por el visitante, no por el libro, no por la música.

Con una escritura muy personal, marcada por momentos de grandísimo rigor científico que combina con cierto romanticismo y poesía, Calderón nos narra, con un lenguaje al que ya no estamos acostumbrados en textos de este tipo, la evolución de la armonía desde su lado más objetivo o científico hasta la herramienta que “besa y muerde” en que se convirtió más tarde. Es una audaz investigación donde conviven textos de investigación de corte doctoral con mucha reflexión, filosofía, amor y pasión, un libro que resume la esencia de la música, tan científica, tan emocional.

Toma el monocordio como guía para la argumentación y explicación, su evolución en las diferentes épocas, así como se busca un significado del instrumento, el cual parece que pretende estar al servicio de la ciencia más que al de la música, si la entendemos más como arte que ciencia claro. Ya en el s. V a.C., Pitágoras emplea dicho instrumento para descubrir que al usarse en ciertas proporciones obtenía diferentes sonidos, comienza a afianzarse el concepto de consonancia.

A través de diferentes portales (andaluces – Ramos de Pareja, venecianos – Zarlino y parisinos – Mersenne) el autor nos ayuda a comprender cual ha sido la evolución del estudio de la armonía con el empleo del monocorodio y el nacimiento de los diferentes temperamentos, justa, mesotónicas e igual.

El trabajo detallado y minucioso de los tratados y de las investigaciones de Ramos de Pareja, Zarlino y Mersenne es abrumador, el autor nos abre una ventana al taller de cada uno de ellos para entender su modo de acercarse a la armonía y al monocordio. La ambientación, descripción y la atmósfera creada propicia que el lector pueda dejarse llevar y pensar que ha viajado unos siglos en el tiempo, que está en la mente de cada teórico o está haciendo pruebas entorno al monocordio para ordenar su hipótesis de afinación. El libro viene acompañado con un soporte digital a través de la web de la editorial donde uno mismo puede comprobar y verificar las investigaciones de cada época y autor.

Cabe destacar la profunda y detallada investigación que incluye entorno al término “instrumento científico” cuyas características deben ser su capacidad de observar, medir y experimentar, junto a las posteriores conclusiones observadas de nuevo gracias al monocordio, donde Calderón afirma que “las verdades de los músicos prácticos {…} no deben verse separadas de las verdades que razonaban los teóricos especulativos, pues las unas estimulaban a las otras {…}”.

En el libro también se nos plantea el porqué de la separación actual entre música y ciencia, si realmente estuvo unida desde su nacimiento a la reflexión filosófica, porqué tal separación y cuándo se produjo. Hay numerosos ejemplos de cómo la música ha servido a la ciencia y prueba de ello es el interés de filósofos y científicos como Descartes, Kepler, Newton, Galileo, etc.

El texto concluye con un hermoso diálogo entre algunos personajes de Galileo, en concreto Salviatti, Sagredo, Simplicio y el autor mismo sobre el descubrir de cada intervalo, pero sobre todo buscando explicación al porqué dichos sonidos nos hacen sentir. Pues al final de todo, lo importante es escuchar y llenarse de emociones, por eso la música entra en contacto con la ciencia pero se convierte en arte, en pasiones, en sentimientos, imágenes, momentos, colores, pero especialmente en nuestro caso en besos y en mordiscos.

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