Doce Notas

Manuel Martínez Burgos estrena Geroglífico D’amore, “una oda al misterio del amor”

contemporanea  Manuel Martínez Burgos estrena Geroglífico D’amore, “una oda al misterio del amor”

Manuel Martínez Burgos en el Campo San Francisco de Oviedo. © Creatio Artis

La Orquesta y el Coro de la Comunidad de Madrid interpretarán por primera vez la nueva composición de Manuel Martínez Burgos, Geroglífico D’amore, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez en la sala sinfónica del Auditorio Nacional. “En pocas palabras, Geroglífico D’amore es una oda al misterio del amor” comenta Manuel Martínez Burgos. Esta obra surge por encargo de la Comunidad de Madrid. “Anualmente la Consejería de Cultura de la capital realiza un encargo a un compositor y este año me eligieron a mí”, señala el catedrático.

Martínez Burgos es catedrático en la ciudad de Oviedo desde el pasado septiembre. Es un hombre con mucha cultura, cinco títulos – pedagogía, musicología, composición, guitarra y dirección de orquesta – y formación en filología. “Todas las carreras que he estudiado las he relacionado con composición”, declara el catedrático. Terminó su primer título, el de guitarra, con tan solo 21 años. Desde entonces ha ido ampliando su conocimiento con miras al infinito. Para él no hay una meta y no va a parar.

Desde 2004 es Doctor en Composición por la Universidad Autónoma de Madrid. Su tesis doctoral sobre la técnica compositiva de Albéniz obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado. Y sí, Martínez Burgos es extraordinario; considerado como el compositor español más premiado de su generación, le avalan 20 galardones nacionales e internacionales. Ha ganado muchos premios, pero reconoce su impericia en la gestión de sus relaciones públicas. Hecho, que afirma, le ha llevado por “la vía de los concursos”.

Inició su formación en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y años más tarde viajó a Alemania, Francia y Estados Unidos, donde amplió sus estudios. Actualmente es profesor tutor de Composición en el Conservatorio Superior de Música de Oviedo y en la Universidad de Oxford, donde trabaja en la realización de un segundo doctorado sobre la prosodia.

Martínez Burgos ha compuesto numerosas obras, pero habla de dos. “Before Silence resume una primera etapa de mi vida, hasta que cumplí 40 años. Además, obtuvo el Primer Premio de la Fundación BBVA en 2012”, sostiene el compositor. Por otro lado, Iniciations, premiada por la Universidad de Oxford, fue estrenada hace dos meses en Polonia. “Como en composición siempre estás aprendiendo, me quedo siempre con obras recientes, lo último es lo que más me gusta”, explica el catedrático.

La carrera de compositor tiene “varias facetas”, comenta Martínez Burgos: los concursos, la edición de partituras con editoriales y las relaciones con las orquestas. “En las dos últimas no he sido muy bueno”, reconoce. Para Martínez Burgos “los concursos son un buen medio de presentación hacia el público. Son especialmente interesantes aquellos que implican el estreno de la obra”. Pero hay que recordar que “el final del proceso es que la obra llegue al público”, señala el catedrático.

Esta tarde estrena Geroglífico D’amore, obra en la que Martínez Burgos lleva trabajando un año. La dedica a su mujer, quien le ha acompañado en el proceso compositivo. “Es una obra sincera. Surge en un momento en el que ya no me interesa tanto cubrir un expediente con cierta corriente estética; lo que quiero hacer es algo que sea bello y que guste al público”, confiesa el compositor. Creada para coro y orquesta, Geroglífico D’amore está organizada en movimientos y cada uno está dedicado a un tipo de amor: el amor a la familia, a uno mismo, a los amigos, el religioso y el erótico. La forma musical es una “especie de cantata” construida sobre textos de la tradición griega y latina que hablan sobre el amor en la época antigua.

Geroglífico D’amore surge del paralelismo entre la construcción semántica del griego y del castellano. “La lengua griega, que es riquísima en matices y en detalles, tenía una palabra concreta para el amor religioso, ‘agape’, y para el amor a uno mismo, ‘philautia’. Nosotros siempre tenemos que añadir un sintagma a la palabra ‘amor’”, relata el compositor. A su vez, avanza que “el movimiento cúspide es el dedicado al amor erótico, ‘eros’. Es el más rápido, el más trepidante y el que tiene más dificultades vocales para los cantantes”.

“La vida de músico es muy exigente”, comenta. Al día siguiente de este concierto, a las 8:00 impartirá clase de composición en Asturias y a finales de esta semana, él y su música viajarán a Oxford. Allí, su obra será interpretada con poemas de Simon Hermitage en el contexto de un proyecto de investigación sobre la poesía en el lenguaje orquestal. Próximamente, el 5 de mayo el pianista Alberto Rosado tocará por primera vez, dentro del IX Ciclo de Conciertos de Solistas Fundación BBVA, otra composición de Martínez Burgos.

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