Doce Notas

Historia y producción del espectáculo operístico. Una completa introducción al mundo de la ópera

libros  Historia y producción del espectáculo operístico. Una completa introducción al mundo de la óperaLa ópera es un universo complejo que ya ha sido objeto de numerosas publicaciones de diverso alcance. Una vez más sale a la palestra, está vez con una intención principalmente divulgativa gracias al discurso del profesor Jaume Radigales. El Espectáculo Operístico, publicado por la editorial Huygens, aborda el género desde un enfoque dual: la historia y sus fundamentos.

El libro introduce cada uno de los elementos que conforman e intervienen en el espectáculo operístico: la voz, sus formas musicales, los textos que acompañan a la música, la arquitectura del teatro de ópera, las dificultades e innovaciones de la puesta en escena, la labor administrativa de una temporada de ópera, la relación existente entre la ópera y los medios de comunicación, así como su difusión en streaming por canales novedosos como Facebook.

Más allá de resultar monótono, Jaume Radigales innova; y lo hace a través de incluir aspectos que frecuentemente son olvidados por la mayoría de los tratados. Si bien es cierto que no profundiza en demasía en estas cuestiones, las limitadas pinceladas que ofrece el autor nos permiten recordar el trabajo invisible de figuras tan importantes como el director artístico, los técnicos del teatro y el regidor, así como el entramado administrativo de la temporada operística liderado por el ya mencionado director artístico.

La publicación está dirigida tanto a “lectores entusiastas” como a “curiosos por la ópera”, en palabras del autor. Su contenido es elemental y superficial con el objetivo de ofrecer una visión general del cosmos operístico en 346 páginas.

El libro está dividido en dos partes, la primera realiza una aproximación a los fundamentos del espectáculo, ya comentados; la segunda abordará la historia de la ópera desde las camerate florentinas, hasta las últimas tendencias compositivas propuestas en el siglo XX.

Los elogios a compositores del periodo barroco, esencialmente dedicados a Lully y Haendel, serán frecuentes y pletóricos. A Mozart le destinará un capítulo cuyo eje central es su juventud y en el cual terminará estableciendo las diferencias entre la ópera buffa y el Singspiel. Wagner será el núcelo de la ópera alemana del siglo XIX y Berlioz, Gounod, Massenet y Bizet se verán las caras en Francia.

Radigales tampoco pasa por alto la música nacionalista, donde Rusia y el Este de Europa serán el centro de atención; sin olvidarnos de nuestra tierra, España. Arnold Schöenberg, Alban Berg y A. Webern cerrarán las últimas tendencias compositivas; aunque nombres como el de Leonard Bernstein, Philip Glass, Jonh Adams, Zimmerman, Olivier Messiaen, Ligeti y Penderecki tendrán su merecido comentario. Incluso se menciona a Thomas Adès y su ópera The extermianting angel estrenada en Salzburgo en 2016 y representada nuevamente en el Metropolitan de Nueva York en octubre y noviembre de 2017.

El lenguaje es llano, con definiciones fácilmente comprensibles y multitud de ejemplos, tanto conocidos como de música contemporánea. Es destacable su explicación de los números musicales; sin embargo, se echa de menos la traducción al español de algunos ejemplos. Radigales citará a los grandes: Cohen, Harnoncourt y Mortier, lo que da solidez a su discurso.

El capítulo 6, La ópera y el cine, no será su aportación más brillante. El ritmo del apartado es lento y cargado de copiosos ejemplos que enmudecen las exiguas afirmaciones que realiza el autor. La historia, en oposición, la aborda de forma equilibrada. Se centra en el surgimiento de la ópera en profundidad y da luz a las diversas teorías que cuestionan su génesis.

Por otro lado, el escritor entra en terreno pantanoso cuando en el primer capítulo ejemplifica los tipos de voces y los roles escritos para cada una. Se plantean situaciones ambivalentes con relaciones dignas de poner en duda, especialmente en roles femeninos. El personaje de Leonora de La Favorita (Donizetti) que es interpretado mayoritariamente por mezzosopranos se clasifica como propio de contralto, lo mismo sucede con Dalila (Saint-Saëns), además de otras incoherencias en roles wagnerianos. Teniendo en cuenta, que el libro se constituye como una aproximación a la ópera, tales ejemplos más que clarificar o ejemplificar una tipología de voz, enturbian el contexto y pueden generar una idea errónea en el lector.

En los inicios del canto la voz era clasificada en dos grupos, tanto en hombres como en mujeres, tenor y bajo, soprano y contralto, respectivamente. Hoy en día están globalmente extendidas dos categorías para voces intermedias barítono (hombres) y mezzosoprano (mujeres). Siendo habitual que las mezzosopranos sean las encargadas de poner en escena dichos papeles y teniendo en cuenta que la mayoría de las publicaciones atribuyen a esta voz la interpretación de los roles de Leonora y Dalila, no considero adecuada la clasificación de Radigales.

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