Doce Notas

Alejandro Ramírez, entre guitarras y bajos eléctricos artesanos

entrevistas  Alejandro Ramírez, entre guitarras y bajos eléctricos artesanos

Pocos años después montaría su propio taller en Almería, su ciudad natal, realizando, en un principio, instrumentos para músicos conocidos o encargos que recibía por internet gracias a la difusión de sus trabajos en foros especializados.

Hoy en día cuenta con clientes tanto de España como del extranjero. Sus creaciones han formado parte de importantes exposiciones y certámenes internacionales como Musikmesse Frankfurt, The Holy Grail Guitar Show de Berlín, Le salon de la belle guitarre en París, The Fuzz Guitar Show de Gotemburgo, o el Guitar Fair de Málaga. Y en el año 2007 recibió en Almería el premio “Arte y Creación joven” de manos del Instituto Andaluz de la Juventud.

¿En qué momento decidiste dedicarte a la construcción de guitarras eléctricas? ¿Fue difícil tomar esa decisión? ¿Hubo algún hecho señalado que te hiciera dar ese primer paso?

Fue todo un poco inesperado y orgánico. Yo simplemente empecé fabricando unas guitarras y algún bajo para mí, lo documenté todo en un foro de guitarristas, y de repente comenzaron a llegarme peticiones de trabajos de otros foreros. Al principio era un poco reacio, pero después, conforme fui depurando mis habilidades me di cuenta de que podría ser una buena salida profesional, haciendo algo que me encanta.

Tradicionalmente, la construcción de instrumentos musicales ha sido una profesión transmitida de maestro a discípulo y en numerosas ocasiones de padres a hijos. ¿Es este tu caso? ¿Te formaste en la profesión con algún maestro, o has recibido consejos de alguno?

La verdad es que mi formación ha sido completamente autodidacta. No he tenido la oportunidad de dar clases con nadie ni cursar nada específico sobre fabricación de guitarras. Creo que eso me ha perjudicado en el sentido de la velocidad con la que uno aprende ciertas cosas, pero por otro lado, creo que me ha servido para tener más desarrollada mi propia “inventiva” y estar, a veces, un poco por fuera de las normas típicas de construcción. Aunque, por supuesto, me he preocupado mucho por obtener formación a través de bibliografía especializada y tratando de diseccionar, en la medida de lo posible, el trabajo de grandes lutieres, intentando entender por qué y la física que hay detrás de ciertos elementos.

¿Qué influencias destacarías de tus trabajos? ¿Quiénes son tus referentes o lo han sido en tus inicios?

A mí siempre me han llamado mucho la atención los luthieres originales, aquellos que cuentan entre sus creaciones con modelos que salen un poco de la norma (pero no demasiado, tampoco me gustan las extravagancias excesivas), que cuidan mucho las líneas en el diseño y desarrollan conceptos que yo considero bellos y limpios. También soy un amante del perfeccionismo. A veces te encuentras un instrumento que puede no ser el más original pero que esta llevado a cabo con tal perfección que solo por es resulta admirable. Mi objetivo está en aunar ambos conceptos. Si bien sé que la perfección es imposible, al menos me intento acercarme lo máximo posible a ella, con diseños bellos y personales como bandera.

Como marcas referentes citaría, por ejemplo, a PRS como una de mis favoritas, al menos estéticamente. En cuanto a luthieres, en mis inicios admiraba los diseños que hacia Jerzy Drozd, actualmente me atrae más el trabajo que desarrollan Nik Huber o David Thomas McNaught.

¿Qué cualidades definen a tus guitarras?

Pienso que la cualidad más notable es la comodidad. Este aspecto destaca en cuanto coges en la mano el instrumento, y creo que en los instrumentos de lutier debe ser primordial.

Luego, evidentemente, hay muchas otras cosas, como la ergonomía, y por supuesto el sonido. En mis instrumentos trato que sea muy depurado y definido, que dé muchas posibilidades, excepto si hablamos de un encargo especial que deba estar enfocado a algo muy concreto.

Para cualquier creador cada trabajo es único pero, ¿qué tienen de especial tus guitarras que las hace diferenciarse del resto?

Bueno, pienso que cada luthier imprime su estilo en los instrumentos que fabrica, incluso cuando están muy basados en modelos ya conocidos por todos. Es importante que al cliente le guste ese estilo. Con el tiempo voy centrando mi producción en diseños más personales y dejando de hacer replicas que antes eran más comunes en mi taller. Aunque un par de mis modelos propios tienen influencias evidentes de modelos archiconocidos, no lo voy a negar, el camino a seguir es ese, conseguir la diferencia con modelos propios y características específicas que no encuentras en otras marcas (el largo de escala, el estilo del mástil, la ergonomía de algunos modelos en concreto, las medidas y geometrías concretas en la colocación de partes tan importantes como mástil y pastillas, o las pastillas hechas a medida para o3). Lógicamente, esto te enfoca a un tipo de público más concreto, pero te hace más reconocible. Lo que busco es que con el paso de los años puedas ver una o3 y la reconozcas sin pensar que es otra marca.

¿Cómo es el mercado de las guitarras eléctricas artesanas en España? ¿Has encontrado un hueco en él o se hace imprescindible acudir al mercado internacional?

En nuestro país este mercado está aún en crecimiento y nos falta mucho que decir en el futuro. Por el momento, creo que hay que lanzarse al mercado global, que además es muy sano y te ayuda a estar siempre en constante avance. Nunca dejas de aprender y de mejorar el resultado y eso favorece tanto al guitarrista foráneo como al nacional, por supuesto.

Taller de Alejandro Ramírez

A la hora de diseñar y construir una guitarra eléctrica, ¿crees que es fundamental que el constructor sea o no interprete, o tenga nociones avanzadas a la hora de tocar el instrumento?

Un lutier no tiene por qué ser Steve Vai, pero por supuesto debe saber tocar y tener un buen control sobre lo que está entregando. El lutier debe saber antes que nadie si los resultados están a la altura de lo que el cliente espera o no. Si no es el constructor el que hace el control de calidad lo hará el cliente, y eso puede ser un problema. El guitarrista debe recibir el instrumento totalmente depurado.

¿Qué opinas acerca de esta oleada de jóvenes constructores, entre los que te incluyes, que siendo prácticamente autodidactas, han decidido valientemente dedicarse al difícil y sacrificado mundo de la construcción de guitarras? ¿Tienes contacto con alguno de ellos?

En mi caso, joven pero con 12 años de bagaje ya… que no son pocos.

Que cada vez haya más constructores está muy bien, eso sube el nivel y aumenta las opciones.

Formo parte de LuCE, Asociación de Luthieres Contemporáneos de España, en la cual podréis encontrar a muchos de esos jóvenes y talentosos lutieres, por lo tanto, sí que estoy en contacto con varios de ellos. Desde esta asociación creemos que colaborar entre nosotros es lo mejor que podemos hacer para dar a conocer el mundo de los instrumentos artesanales.

Tras el exhaustivo trabajo y la intensa dedicación que requiere la construcción de una guitarra. ¿Qué sientes cuando el cliente entra en contacto con ella por primera vez?

Mucho orgullo y placer, y también mucha tranquilidad cuando me confirman que el instrumento cumple o incluso sobrepasa las expectativas creadas, que es lo que siempre intento.

www.o3custom.com
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