Muchos profesores contemplaron estupefactos cómo se caía la solemnidad arquitectónica que los estudios de Música merecen. El Conservatorio Superior se desmarcaba del Medio.
Los envases, el formato, el lugar donde una actividad se desarrolla, importa, y mucho. El cava en su copa, la sopa en su plato, cada barrio con su propia vida.
Aquello supuso la llegada de la música a los barrios, a muchos les costó ese tránsito, y 25 años más tarde comprobamos que esa tarea de abrir la posibilidad de los estudios profesionales a las generaciones jóvenes de los barrios, ha dado su fruto. Lucero, Latina que es donde me tocó estar, el Conservatorio Teresa Berganza, es un barrio que se ha nutrido de la existencia del Centro, llenándolo de gente que compra, consume en las terrazas, lo hace vivir, y asiste a los conciertos que se dan en las inmediaciones del barrio. Los vecinos saben que ya somos de aquí, que cuidamos a sus jóvenes, que tocamos en sus escasos espacios.
25 años haciendo Barrio, vida , cultura y educación
En un Centro que desde el principio fue un desatino, pues lo apañaron para poder empezar a dar clase, y nunca, en éstos 25 años, ha tenido Cédula de habitabilidad. Es por esa razón, que se ha reavivado la vieja utopía de un Nuevo Centro en el Barrio, pues un Premio Nacional de educación y la ingente actividad y cantidad de alumnado de otras provincias que acude, además de la presencia constante de exalumnos que acaban de proponer incluso hacer una Orquesta de exalumnos y alumnos…lo merece. El barrio merece seguir creciendo en lo que lleva germinando 25 hermosos y felices años. El mensaje de la administración, es que merece quedar huérfano. En eso han caído, o es que simplemente es un abandono absoluto y una patada encima?
Bullicio en las Terrazas después de significativos actos , y son miles, apertura del Curso, Santa Cecilia, Concierto de Navidad, Semana Cultural, Fin de Curso, Master Class, Talleres, Y audiciones a diario, si, he dicho bien, a diario. Sábados incluidos, y por que no está abierto en fin de semana, sino allí que sigue la actividad.
Traslado para mí significa demolición, cierre, derribo de un proyecto vivo, social, verdadero.
Trasladando a 6 km el Centro a un lugar que ellos mismos desecharon por escrito hace un año, hace pensar que se creen que aguantamos todo.
Hemos aguantado ya demasiado, aulas cerradas en pasillo de 2m cuadrados, aulas hechas en cabinas con ventana al pasillo, aguanta allí seis horas, sin condiciones, sin piano, sin equipo de música, sin armario, NADA. Hemos aguantado el peligro de incendio sin posibilidad de salida. Hemos aguantado los recortes en presupuesto que hacen que no tengamos ni para material de aula, hemos elevado el auditorio-garaje adecentándolo y llenándolo de Música al más alto nivel de entrega y disfrute. Hemos colaborado codo a codo para ofrecer Conciertos pedagógicos a colegios de la zona, hemos trabajado duro para llegar al Auditorio Nacional, con la Banda, con la Orquesta, con la Orquesta barroca, con los grupos de Cámara, con la propuesta de unir a todos los Conservatorios de Madrid, generando el proyecto diez.
Todo eso, todo ese impacto social de gran calado en las generaciones de Lucero y Latina, en vez de ser impulsado, es ….Volatilizado. Por arte de magia. Donde está el dinero para hacer un Centro que responda a las necesidades de un Barrio entero y un colectivo de 1000 jóvenes en constante renovación?
Tal vez en los satélites que intentan buscar planetas allende ni se sabe?
Y para cuándo un Centro Cultural en condiciones para un barrio al que sólo hay que asomarse para ver la gran actividad de las gentes, colectivos, grupos de música, asociación de vecinos que autogestiona unas fiestas en las que por supuesto el Conservatorio colabora. Para cuándo asomarse a este barrio y ver la Vida que se cuece aquí. Para cuándo, hay alguien ahí?
Y quién piensa en Lucero y su orfandad?
No al acoso y derribo, llamado traslado, del Conservatorio Teresa Berganza. Compromiso de Nuevo Centro, Ya.
En el barrio seguirán todas las flores plantadas con Do Re Mi Fa Sol La, volveremos a regarlas Do Si La Mi Fa Sol La.
Por mí y por todos mis compañeros. Por mis hijos, los alumnos del barrio y del Berganza. Por las familias, por el Barrio Lucero. Por la historia, por el presente, por el futuro.
(Mónica Campillo es profesora de clarinete del CPM Teresa Berganza)
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