Como se puede comprender tras leer el volumen que nos ocupa, los tediosos días de estudio no son la única manera de alcanzar los objetivos que nos marcamos. Son necesarios, no existe otra manera de mejorar, pero a través del entrenamiento mental se puede avanzar en diferentes campos del aprendizaje con estrategias que tan solo requieren de una atención y una consciencia adecuadas por parte del intérprete. Basándose en ideas y técnicas traídas del mundo de la psicología -no en vano García Martínez es doctor en psicología por la Universidad de Valencia y maestro en Técnica Alexander- el autor pone al servicio de la práctica instrumental una serie de herramientas que permiten, más allá del punto de vista escolástico tradicional, avanzar y lograr buenos resultados interpretativos haciendo de paso frente a problemas que todo músico sufre en mayor o menor medida como son la tensión acumulada o el miedo escénico.
Con un tono cercano y asequible, el autor hace comprensibles para cualquier lector ideas tan dispares como el autoconcepto, la visualización o la misma creatividad, enfocándolas de una manera directa y concisa. Esta forma de escribir a veces puede recordar a los típicos libros de autoayuda, pero probablemente sea necesaria para algo tan etéreo como puede ser la práctica mental. Si la costumbre y la escuela tradicional nos dicen que la práctica ha de hacerse con el instrumento, García Martínez nos muestra nuevas posibilidades para impulsar nuestro virtuosismo gracias a la práctica mental, algo importante pues el autor dedica un apartado entero para explicarlo.
Otro aspecto que no podemos dejar de lado son los testimonios de distintos artistas, tablas, resúmenes y ejercicios para aclarar conceptos y ayudarnos a entender ciertas formas de trabajo de una manera mucho más visual e intuitiva. Las fotografías además ayudan cuando se habla de hábitos posturales que son más complicados de trabajar en solitario sin un guía presencial.
En cuanto a la edición, sigue los patrones clásicos de la colección Ma Non Troppo, que es excelente a la hora de ofrecer libros de carácter divulgativo como el que estamos tratando. El único pero que se podría poner es que, al ser un libro en blanco y negro, algunas fotografías y cuadros no se aprecian correctamente ya que el balance de grises no ha quedado correctamente resuelto. Es un aspecto nimio al lado de la calidad del texto, pero que tristemente puede deslucir alguna explicación.
Resumiendo, este volumen es útil para todo aquel estudiante que busque nuevas formas de acercarse al estudio diario. Gracias a la fluidez de las explicaciones cualquiera podrá desarrollar nuevas maneras de trabajar -con y sin su instrumento-, avanzando siempre en pro de potenciar al máximo las habilidades como músico e intérprete.
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