Doce Notas

La Villana, de Amadeo Vives, volverá a sonar en el Teatro de la Zarzuela, 30 años después de su última representación

lirica  La Villana, de Amadeo Vives, volverá a sonar en el Teatro de la Zarzuela, 30 años después de su última representación

© Javier del Real

Se da también el caso de que esta obra, con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw –basado en el drama Peribáñez y el comendador de Ocaña de Lope de Vega–, cumplirá en octubre 90 años de su estreno absoluto. Ahora, casi un siglo después de aquella lejana noche de extraordinario éxito, se ofrecen trece funciones desde el 27 de enero al 12 de febrero.

El montaje es una nueva producción del coliseo madrileño y en esta labor de justa reparación histórica cuenta con dos grandes nombres del teatro y de la música. La puesta en escena está firmada por Natalia Menéndez, y Miguel Ángel Gómez Martínez asumirá la dirección musical al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro), del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y de un elenco repleto de grandes nombres de nuestra lírica.

El reparto está encabezado en el papel de Casilda por la soprano Nicola Beller Carbone, cantante habitual en los mejores teatros de ópera del mundo, y por el tenor Jorge de León, una de nuestras voces más privilegiadas, en el papel de Don Fadrique, el comendador. El cantante canario llega a La Zarzuela directo de la Wiener Staatsoper, donde ha interpretado el Macduff de Macbeth, teatro al que volverá para protagonizar Tosca en abril, y ese mismo mes volará a Nueva York para meterse en el papel del Radamés de Aida en el Metropolitan.

La soprano Maite Alberola y el tenor Andeka Gorrotxategi, asumen el rol de Casilda y Don Fadrique, mientras que los barítonos Ángel Ódena y César San Martín se meterán en la piel de Peribáñez. El reparto lo completan la soprano Milagros Martín, que será Juana Antonia, la también soprano Sandra Ferrández, que hará las veces de Blasa, el bajo Rubén Amoretti que tiene el doble cometido de personificar al judío David y al rey, el barítono Manuel Mas, que cantará a Roque, y los tenores Javier Tomé y Ricardo Muñiz, que interpretarán a Olmedo y a Miguel Ángel. El actor Carlos Lorenzo encarnará al lazarillo de Olmedo.

Todos ellos desarrollarán el drama que por culpa del abuso del comendador se les viene encima a los recién casados Casilda y Peribáñez, y lo cantarán entre trigales y cielos de Castilla.

De este mágico efecto se ha encargado el escenógrafo Nicolás Boni con la estrecha complicidad de María Araujo, responsable del vestuario, y de Juan Gómez-Cornejo (AAI), fiel creador, como castellano que es, de la luz exacta que requieren esos parajes tantas veces evocados por literatos y poetas.

La villana es un claro homenaje a Lope de Vega, y así lo reconoce Natalia Menéndez, quien la define como una “tragicomedia que trata del abuso de poder. Un desafío permitido contra la injusticia, donde el vicio, la violencia y la tiranía son castigados, y la virtud, la honradez y la dignidad obtienen su recompensa”. En cuanto a la música que envuelve el drama, la directora de escena afirma que Amadeo Vives “conjuga el fondo tradicional y popular con la melodía elaborada, transita en ellos sin miedo, con contundencia, propio del pensamiento artístico que prevalecía a principios del siglo XX”, y a esto añade que quizás lo más notable y latente, es “la alegría que prevalece en su composición musical. Apuesta por el amor”.

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