Sin una convocatoria de oposiciones para este cuerpo desde 2010, pues las de 2012 quedaron suspendidas por incumplir la tasa de reposición impuesta por el gobierno central, se esperaban las del año pasado como agua de mayo, en su turno, junto a secundaria. La seguridad laboral y personal que ofrece el funcionariado de carrera dista mucho de la inestabilidad de la que goza un interino cualquiera, siempre con las maletas dispuestas para ir de aquí para allá. No obstante, este no fue el primer mazazo de la Junta de Andalucía a sus trabajadores interinos y aspirantes. El primero vino a finales del pasado curso 2015/2016 cuando aprobaron la asimilación del tiempo de servicio en otras comunidades al prestado aquí, por el que alguien que hubiera trabajado en Cantabria quince años y en Andalucía un solo día, pasaba a tener una antigüedad de quince años y un día, remontando la lista de interinos a lo España-Malta, situándose injustamente en una posición que perjudica a todas luces a los trabajadores de Andalucía que no han salido fuera de su comunidad para trabajar, realizando un efecto llamada a cientos de compañeros de otras regiones de España que quieran acabar su vida laboral aquí.
Pero sigamos con la historia. El tercer y último gran golpe fue el confuso anuncio cambiante con los días que hizo la Consejería el pasado diciembre: ofertar las plazas de primaria pero sin convocarlas todas y unir a esta convocatoria las plazas profesores de conservatorio, en un primer momento. Luego vino que convocarían las 57 plazas de acceso a Cátedras (exclusivamente por méritos) a comienzos de este año para que pudiera haber tribunales competentes que evaluaran el ingreso de 83 aspirantes al cuerpo de catedráticos por concurso-oposición en torno al mes de junio, uniendo a ello la convocatoria del cuerpo de profesores. Más tarde, en la Mesa Sectorial del pasado 19 de diciembre, se dijo que la convocatoria sería únicamente de Cátedras (aparte de las 5 especialidades de primaria) sin nombrar en absoluto a los Profesores de Conservatorio.
Ante la posibilidad de convocar Oposiciones del Cuerpo de Catedráticos, entendemos que el proceso lógico de convocatoria debería ser el de cátedras en primer lugar: resolviendo así las comisiones de servicio de los conservatorios superiores y desbloqueando las plazas en los conservatorios profesionales que puedan salir a oposición, haciendo así una previsión más objetiva del número éstas. Una vez resueltas las cátedras, convocar del Cuerpo de Profesores, haciéndolas coincidir con las Oposiciones de Secundaria como tradicionalmente y lo que resulta más importante, con convocatorias en el resto de comunidades autónomas, o, al menos, en un número importante de ellas, evitando así esta circunstancia tan adversa para todos.
Desde nuestro colectivo solicitamos que esta convocatoria de oposiciones se realice en 2018, como le correspondería por turno y agotando los plazos de la Oferta Pública de Empleo de 2016. Así, se haría coincidir con la convocatoria de la mayoría de las Comunidades. A fecha de hoy únicamente el Gobierno Canario se ha pronunciado a favor de convocar un número irrisorio de plazas que ya se están viendo criticadas por los colectivos de interinos de allí por el efecto llamada que pueda tener. Otras comunidades como La Rioja o Navarra han anunciado ya que no convocaran plazas para dicho cuerpo y la Región de Murcia está a la espera de lo que se haga en Andalucía. Respecto a las comunidades que exigen conocimientos de idiomas locales, otro hándicap para los andaluces, aquí no sólo no es que exijamos un idioma o conocimiento histórico-cultural de nuestra comunidad sino que como se ha dicho anteriormente se le abren las puertas de par en par a cualquiera que desee venir, sin importar si esto perjudica o no a los que ya trabajan para la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
Nadie más que nosotros queremos que se convoquen oposiciones y acceder a una plaza de funcionario y a la estabilidad que ésta ofrece. Entendemos también que hay otro colectivo que desde 2010 han visto sus aspiraciones frustradas viéndose avocados al trabajo en escuelas de música y al magisterio particular, gastando año tras año sus esfuerzos y dinero en academias de preparación para unas oposiciones que nunca llegan. Entendemos su frustración pues por ahí hemos pasado todos pero no sería justo que llegado el momento, ante una convocatoria tan jugosa, todos los aspirantes de media España pongan rumbo a Andalucía (pues es más probable que tomar un avión que te lleve a las islas afortunadas) y prueben suerte en unas oposiciones que pueden dejar en la calle a muchos compañeros del colectivo de interinos de nuestra Comunidad
Saturnino Cintas Navarro
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