
José María Lassalle. Foto: www.lamoncloa.gob.es
La subida del IVA para casi toda actividad cultural, al margen del precio de libros y publicaciones (incluyendo la pornografía) que se quedó en el 4%, ha sido un golpe devastador para el sector cultural. Ningún país del entorno europeo ha tenido ese impuesto en los niveles por encima de las dos decenas.
El Partido Popular, en el Gobierno, quiso hacer creer que ese brutal subida podría compensarse con una Ley de Mecenazgo que nunca llegó. Recordemos que el anuncio de que no habría tal Ley causó el desplazamiento del antiguo Director General del INAEM, Miguel Ángel Recio, hacia otras áreas de cultura.
En suma, que se creó una pinza mortal que ha causado estragos incuantificables en el sector cultural ante el estupor de una ciudadanía que veía, además, que no provocaba siquiera ingresos significativos extra para las arcas públicas. El sinsentido de esta medida terminó confirmando a muchos que se había tomado como una suerte de “venganza” por alguna cuenta pendiente entre el PP (Rajoy en particular) y un sector que era considerado crítico con el Gobierno desde la guerra de Irak.
En los últimos meses de la actual legislatura, corrió el rumor que podría paliarse esa salvaje medida, pero lo que ocurrió es que altos cargos del Partido y del Gobierno comenzaron a decir, a coro, que tal IVA cultural no existía (Lassalle, el Ministro del ramo, Méndez de Vigo, la portavoz Andrea Levy, etc.). El Secretario de Cultura, Lassalle incluso se descolgó diciendo que la no Ley de Mecenazgo era, de hecho, una Ley de Mecenazgo. En suma, que todos éramos idiotas menos ellos.
Pero, con la inminencia de las elecciones generales, el resto de partidos comenzaron a anunciar en sus programas que bajarían el “inexistente” IVA cultural. Solo el PP se empecinó en dejarlo como está. Y a solo tres días de las elecciones, el Secretario de Estado de Cultura acaba de anunciar su posible bajada en una charla con periodistas en un descanso de una sectorial de Cultura organizada este jueves por el partido, según publica El Confidencial
La noticia es, en sí misma, un escándalo. Tras cuatro años de empecinamiento absurdo, la posibilidad de que el Partido Popular no tenga la infame mayoría absoluta que hemos vivido les hace pensar que “quizá”, “tal vez”, “veremos”. Las palabras de Lassalle recogidas por el medio citado dicen: «La perspectiva es que si se dan las circunstancias económicas favorables que en estos momentos mantenemos casi con toda seguridad puede afirmarse, aunque no conste en el programa electoral, que el Gobierno ajustará el IVA al nivel medio del 10 por ciento, manteniendo el IVA superreducido que tienen los libros y que representa el 60 por ciento del conjunto de la actividad cultural».
Mentira sobre mentira
Miente el Secretario de Estado diciendo que los libros representan el 60% del conjunto de la actividad cultural. Pero, aunque lo fuera, dejar ese 40% residual con un impuesto de castigo representa un ensañamiento que el sector cultural (libros aparte) no debe olvidar en décadas.
Tergiversa el señor Lassalle cuando añade toda clase de condicionales a una medida que quizá se escape a su paranoico control: “si se dan las circunstancias económicas favorables…”, “casi con toda seguridad puede afirmarse…”, “aunque no conste en el programa electoral…” Esas circunstancias económicas favorables, son un nuevo insulto al sector, es decir: habrá cultura con impuestos similares a Francia, Italia, Alemania, Portugal, Gran Bretaña, etc., si unas circunstancia que nadie especifica aparecen, y si no la cultura seguirá languideciendo por la política de la venganza que el PP ha quedito infringir, quizá por un puñado de cortos realizados como denuncia por la intervención de España en la guerra de Irak, o quizá por causas aún menos confesables.
¿Cómo se definen esas circunstancias favorables? Si se remiten a que España salga de la crisis (una afirmación que cada cual la mide como le da la gana), y demás es cierto, podríamos tener dinero para copas, ropa barata de franquicia, algunos viajes, unas cuantas hamburguesas y un páramo cultural que todo el mundo dirá que es congénito a nuestros “limitados” artistas.
¿Qué compromiso adquiere el partido que sufrimos con una afirmación que no consta ni en su programa electoral? ¿Queda todo reducido al oportunismo de que el PP tenga que negociar posibilidades de formar gobierno con cualquier otro partido que afirma que va a bajar el IVA cultural?
¿Por qué nos tratan como a imbéciles? La guarrada del IVA cultural bastaría por sí sola para que el sector de la cultura (dejemos a los libros aparte en esto) olvide la existencia del PP durante unos lustros.
Y esta afirmación dubitativa, oportunista y puramente tacticista equivale a echar vinagre en una herida que tardará mucho en curar. Todo esto suponiendo que sea relevante, no sería la primera vez que a Lassalle lo toman por el pito del sereno en su partido, que diga “digo” donde siempre termina siendo “Diego”.
Queda una brizna de esperanza, puede que cuando Lassalle afirma que “casi con toda seguridad”, se esté refiriendo a que las posibilidades de que el PP quede fuera del próximo gobierno son muy elevadas. Y entonces sí que el IVA cultural “superaumentado” pase al baúl de los horrores del pasado, asociado, eso sí, a un partido y a un Presidente de Gobierno cuya memoria podremos olvidar con una velocidad “superreducida”.