Doce Notas

Contar la música

libros  Contar la músicaCada uno, obviamente, “lee” más y mejor a los críticos de la disciplina musical a la que es más afín. Algunos tenemos una cierta multiadicción a la música, nos gusta todo…o casi todo.

A veces los críticos podrían ser calificados igualmente como “crípticos”, escriben para ellos mismos o para un grupo muy cercano de personas que están es “sus claves”. No es el caso del autor que nos ocupa y –por suerte- de cada vez más profesionales. Son “críticos” pero también divulgadores- en el mejor sentido de la palabra- de una forma musical determinada.

El libro que tengo entre manos –bueno, ahora no que estoy escribiendo- pertenece a esa serie de publicaciones musicales que los buenos aficionados echamos de menos. Ya escuchamos la música, nos gusta, pero queremos saber más sobre autores, intérpretes, gestores, mediadores…queremos saber por qué esa música y no otra, en qué contexto cultural, social, político…personal tuvo lugar. Nos mueve también la “sociología musical”…en muchos casos hasta nos “conmueve”. Las circunstancias a veces son deplorables- la historia- o lamentables- las personas- o gozosas –la sociedad-. A veces ser crea y se interpreta música contra viento y marea, contra los elementos.

Se organiza el libro de forma sencilla y muy eficaz, enseguida se ve la estructura, el esquema. Esto hace que puedas empezar a leer- si lo deseas- por alguna de las seis secciones. Yo por ejemplo empecé por el final: la sexta, que nos lleva a los márgenes de la música clásica actualmente: márgenes históricos – conflicto israelí-palestino con el West-Eastern Divan- márgenes sociales – las ideas de José Antonio Abreu y su “sistema de orquestas juveniles” en Venezuela- o márgenes geográficos: la música clásica occidental en China.

El resto de las secciones del libro nos acercan a temas tan interesantes como la evolución desde el final del periodo barroco hasta la actual: de Mozart a Pierre Boulez o Phillip Glass en su primera parte. La segunda nos describe las ideas y modo de abordar las partituras y la carrera musical de los “grandes maestros” de la dirección de orquestas del siglo XX en su segunda mitad: Barenboim, Abbado, Meta. La tercera parte nos habla del “instrumento” por antonomasia: el piano. Algo tan cierto que en cierta ocasión le preguntan al gran trompetista de Jazz Dizzy Gillespie en qué instrumento componía y contesta con rotundidad que “en qué instrumento va a componer, si no en el piano”. Un instrumento que es todo “una orquesta”, como lo son sus grandes intérpretes: Pollini, Zimmermann, Pires, Sokolov.

La cuarta parte nos habla de grandes intérpretes de instrumentos de cuerda: Rostropovich, Maisky, Anne-Sophie Mutter, la quinta sección de la nueva generación de grandes intérpretes y directores españoles: Rosa Torres-Pardo, Javier Perianes, Josep Pons entre los “muchísimos” y grandes jóvenes músicos españoles.

El libro recoge encuentros con estas luminarias musicales, reseñas, críticas de actuaciones, pensamientos y reflexiones…todo aquello que ayude a contextualizar unas opiniones que nunca deben ser negativas o laudatorias solo por razones de cercanía personal a un estilo, a una personalidad musical.

Sin duda un gran libro acompañante a la escucha- mejor siempre en directo- de todas estas personas que conforman cada uno de los peldaños de subida a un olimpo musical en el que el autor – casi seguro- quiere encontrarse con muchos aficionados, como corresponde a su verbo sencillo, alejado del arcano y la excesiva y retórica erudición, algo que a veces nos caracteriza a quienes hacemos reseñas de actividades artísticas, culturales, musicales.

Muy recomendable, muy esclarecedor.

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