Doce Notas

Ramón Gener contra la histeria interminable

libros  Ramón Gener contra la histeria interminable

Como un virus -y bendita enfermedad que ya podía haber infectado antes algunos corazones de piedra- y mediante un lenguaje sencillo y directo, en un acertado intento por dejar atrás muchos tecnicismos de los que pecamos los músicos académicos, Gener se ha ganado una multitud de amantes de la música que cada Domingo encienden sus televisiones para ver This is ópera en la cadena nacional. 

Hace ya bastantes años que se le ha visto en la pequeña pantalla, Él es el hombre que nos invitaba a acercarnos a la ópera en tejanos en un intento por desacralizar el a veces tan estirado espectáculo escénico, o por lo menos a ayudado a que el mundo lírico sea más amado por un público que veía lo lírico como un espectáculo de señoras bávaras con armaduras, lanzas y largas trenzas. Público que también se sintió desplazado al pensar que las entradas a la ópera sólo eran dignas de unos pocos y que a día de hoy, medio enterrado el mito, se han acercado sin miedo a las taquillas para acceder a las salas, aunque sea solo al paraíso -que por otro lado es el espacio más divertido de la sala- y a disfrutar de ese espectáculo tan maravilloso.

Y es que es para quitarse el sombrero. El equipo de Gener le ha dado la vuelta a todo, o por lo menos lo están intentando con seriedad. Hace ya tiempo que no se han visto en los medios este tipo de iniciativas desde que murieron nuestros queridos “Clásicos populares”. Recuerdo de pequeño ir a probarme unas zapatillas y escuchar en el transistor del dependiente a Araceli y Fernando; sería sorprendente a día de hoy que ocurriera lo mismo, ya que mejor se diseñan para nuestros oídos melodías básicas que nos ayuden a comprar y no pensar. Fue una revolución: casi 20 años de música clásica acercándose a nosotros sin complejos, y el público la adoraba. Después, el vacío o los intentos desacertados y sin carisma que más que arreglar ese desaguisado lo que hizo fue que el empeorarlo: el público comenzó a ver este género musical como algo aburrido y estirado. Y peor aún, el desprecio de nuestros jóvenes hacia la misma: el futuro se siente inestable, y entre todos lo hemos conseguido.

Sin embargo, Ramón Gener es una pequeña luz en medio de esta nada. No es un producto revolucionario el que un programa como “Òpera en texans» tuviera su primera emisión hace unos años, ya teníamos otros que lo hicieron acertadamente como se ha comentado, y consiguiera unos índices de audiencia más que notables; lo insólito es que este formato hubiera nacido en un momento en el que el mundo estaba al revés, culturalmente hablando. Se necesitó de una persona carismática que nos hablara desde lo fácil, desde un punto básico para llegar a un nivel más avanzado; o simplemente, que se nos hablara desde el propio conocimiento para realizar un aprendizaje significativo, algo que desde la emoción haga que se nos revuelva algo por dentro. No es la lágrima fácil a lo que me refiero, sino que te entre el contenido para que lo hagas tuyo y lo hagas vivencial.

Ese carisma, esa forma de actuar es la que nos cuenta desde Si Beethoven pudiera escucharme el propio Ramón Gener. Para ser más cercano, es más lógico que el maestro haya vivido en sus carnes el proceso para poder enseñarlo mejor, y por eso es significativo que todo el libro esté salpicado de los procesos que llevaron al autor desde el odio a todo principio musical hasta un amor sin condiciones, desde el olvido hasta el conocimiento. Cierto es que Gener no es acertado en decir que su libro tiene un ápice de autobiográfico, que es como el 70% del manuscrito, pero es una manera de enlazar sus vivencias con las experiencias que han sido tan importantes en sus cambios vitales y no por ello dejan de ser interesantes.

Es interesantísima su lectura; Se te hace muy amena tanto si eres músico como si no porque puedes verte reflejado en cada uno de sus capítulos. La sensación que he tenido es de abordar una literatura en la que se busca la conversión del lector mediante ejemplos musicales; no confundamos este libro con esos manuales de autoayuda que plagan las librerías, libros que en ocasiones confunden más que dirigirte, sino tomemos su lectura como un ejemplo en el cual nos podemos ver todos los músicos en cierta medida reflejados, desgraciadamente seguro que más aún muchos jóvenes en estos tiempos tan delicados, músicos que han determinado que no vuelven a desempolvar un instrumento porque todo lo que le rodea es sufrimiento y nada de disfrute. Gener es e otro de estos ejemplos, el del camino mal tomado que encontró sus “Ángeles” y que le ayudaron a ser quien es.

Su lenguaje directo nos va acercando en cada capítulo a etapas de su vida que moldearon el personaje en el que se ha convertido a día de hoy. A parte, una suerte de citas musicales, de mitos sobre la historia de la música, ejemplos en la vida de los compositores, frases que no deberíamos olvidar de las grandes personalidades que han forjado el mundo en el que vivimos, son las claves que nos invitan a actuar y pensar en nuestras posibilidades, sueños y miedos para crecer como personas, y puede como hasta de músicos. No hay que buscar en este libro palabras de consuelo y un empuje hacia la solución de nuestros conflictos; pongo como ejemplo un capítulo donde el autor se da cuenta que hay sueños que son imposibles, se titula “llorar”, pero que el lector no piense que te anima a perseguir tu sueño, no: el siguiente es “Hibernar” para unos cuantos más delante decirte “¿Quien eres?”. Por lo tanto la intención es servir de ejemplo y a partir de ahí, que seas tú y no lo que te vendan por ahí. Una realidad que no consuela pero que es cierta: es la vida misma.

Si quiero recomendar este libro es porque a veces como músicos necesitamos pararnos a pensar en qué momento vital y profesional nos encontramos, si nos merece la pena estar dándonos de bruces contra la misma pared, como nos ha pasado en nuestros años en galeras o llámese conservatorio, para luego romper nuestros sueños y espaldas tocando el instrumento con el que hemos tenido una relación de amor-odio que en ocasiones ha sido machacante, y nada que decir de los problemas de espaldas, tendinitis y demás. ¿Es rentable? claro que sí, es lo que Ramón nos enseña con esta lectura: merece la pena todo, tienes que ser sincero contigo mismo y no engañarte, salir de toda esta histeria organizada alrededor de la música y reencontrarte contigo mismo. Pongo en valor la referencia que hace del grial, de Wagner y Beethoven, del acorde de La bemol mayor: algo que siempre permanece encendido, algo que espera a que llegue la Primavera.

Por cierto, su lectura ha sido tan amena que hasta hemos leído algunas partes en mis clases de la ESO y nos han hecho pensar…y pensar…

____________________________

Salir de la versión móvil