Al frente de sus dos principales agrupaciones (el Coro Monteverdi y los English Baroque Soloists), Gardiner ha dirigido la música coral de Bach en incontables ocasiones, marcando un hito en el año 2000 con la interpretación de todas sus cantatas sacras a lo largo de un año en su Peregrinaje de Cantatas de Bach. Actualmente todas ellas se encuentran, además, grabadas. Este trabajo, por tanto, es el resultado de años de estudio, entrega y dedicación a la música de J.S.Bach. Su plasmación por escrito en una obra de valor excepcional, desde una visión muy personal.
Desde su propia experiencia, Gardiner ofrece un relato no falto de subjetividad, y a pesar de ello perfectamente fundamentado, sobre la vida y obra del gran músico. Durante años, la perfección de su música nos ha cegado de tal manera que ha provocado que muchos estudiosos omitieran los defectos de su personalidad, deificando al hombre a través de su obra. Gardiner nos avisa de la necesidad de separar a Bach, el hombre; de Bach, el músico. De desmitificar al compositor y aceptar la imperfección de su carácter, que no impidió la perfección de su obra. A pesar de ello, el libro transmite muestras de una profunda y sincera admiración hacia el gran compositor, de una trascendental experiencia musical a través de la interpretación de su obra coral que ha llevado a Gardiner a querer compartir esta experiencia con el mundo, a, en sus propias palabras: «permitir que el lector experimente realmente lo que debió ser para Bach el acto de hacer música, habitando las mismas experiencias, las mismas sensaciones.»
El eje central del libro está formado por los cuatro capítulos dedicados al análisis exhaustivo de sus principales obras corales: los dos ciclos de cantatas de Leipzig compuestos entre 1723 y 1725, en lo que fue un soberbio ejemplo de disciplina y trabajo autoimpuestos; las dos Pasiones (La más temprana Pasión según San Juan y su gran obra, la Pasión según San Mateo) y su imponente trabajo final, la Misa en Si Menor. Estos análisis pueden plantearse como complemento a la escucha atenta de las obras, pues nos dan la clave no sólo de sus aspectos musicales, sino también sus significados profundos y su conexión inseparable con el luteranismo y la Biblia.
Apenas podemos hacernos a la idea, en un mundo cada vez más descreído, de la importancia de la religión en la música de Bach, su dedicación profunda a componer «sólo para la gloria de Dios». Gardiner demuestra un conocimiento detallado de los relatos bíblicos a los que J.S.Bach puso música, así como del calendario litúrgico luterano y otros aspectos fundamentales del entorno sacro del compositor que son esenciales para una completa comprensión de su música, si bien, nos dice el autor, una experiencia puramente musical no tiene por qué ser menos placentera para el oyente.
Gardiner actúa como intermediario entre el lector y Bach, ofreciéndonos las claves para una comprensión más profunda de su obra y de su persona. No son pocas las ocasiones en que el autor recrea situaciones hipotéticas de la vida del autor, busca razonamientos sobre sus acciones o aporta su propia opinión respecto al por qué de una obra o una decisión tomada por el músico en algún momento de su vida. Elucubraciones todas ellas bien fundamentadas y fruto de un conocimiento y estudio exhaustivos.
Como hemos dicho, es mucho (muchísimo) más que una biografía de Bach. El punto de vista es novedoso y atractivo y son muchos los aspectos periféricos a los que Gardiner dedica una atención excepcional. Desde el contexto histórico de la Alemania de finales del XVII, hasta el desarrollo de la ópera y el drama musical desde el mismo Monteverdi (otra de las personalidades de las que Gardiner es buen conocedor). Es precisamente el tema del dramatismo en la música uno de los hilos conductores del libro, pues, a lo largo de sus más de novecientas páginas, el autor insiste en la importancia de Bach como músico dramático, a pesar de haber desechado el camino de la ópera desde su juventud.
Es la combinación de conocimientos musicológicos con la experiencia interpretativa de John Eliot Gardiner lo que hace de La Música en el Castillo del Cielo una obra excepcional, que merece una lectura atenta y pausada. Una inmersión profunda en el mundo de Johann Sebastian Bach (probablemente el compositor más fascinante de todos los tiempos), que nos acerca un poco más al hombre, a través del mejor testimonio que podemos tener sobre su vida: su música.
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