Culpa importante de todo este redescubrimiento la tiene el maestro Alberto Zedda, quien como cuenta en estas páginas, llegó a Rossini de forma casual y quedó tan fascinado de su obra que le ha dedicado toda su energía y casi toda su vida.
Estas Divagaciones Rossinianas son un análisis, una reflexión sobre la producción rossiniana, un relato escrito por un entusiasta de la obra de Rossini y una de las voces más autorizadas en este compositor y su legado musical. No debemos entender, por tanto, estas palabras como un estudio científico y musicológico, pero tampoco por ello no tomarlas en consideración, pues la experiencia de toda una vida dedicada a su estudio e interpretación avalan la veracidad de sus comentarios.
Zedda llegó a Rossini a partir de la única obra rossiniana que permanecía en el repertorio, Il barbiere di Siviglia. Esto ocurrió en sus inicios como director, a mediados de los ’50. En estas primeras interpretaciones de la obra, el maestro Zedda encontró irregularidades y licencias arbitrarias que con el paso de los tiempos se habían enquistado en la obra. Esto le llevó a la casa editorial Ricordi, depositarios de la única edición disponible en aquel momento de la ópera rossiniana. Allí acudió con una partitura totalmente anotada después de consultar el manuscrito original boloñés. A partir de ese momento, y de la propuesta de Ricordi de que realizara una nueva edición crítica de la ópera comenzó un periplo por la obra de Rossini que dura hasta tiempos presentes.
Tras Il barbiere llegaron otras ediciones críticas: Tancredi, L’italiana in Algeri, La donna del lago, etc. Y con ellas la creación, junto con Phillip Gosset de la Fondazione Rossini de Pésaro, que se encargaría de publicarlas. Más adelante llegarían el Rossini Opera Festival y la Accademia Rossiniana, encargados de poner en escena las nuevas ediciones críticas y de preparar a los interpretes para afrontar este complejo repertorio, condicionado por praxis e ideologías desaparecidas desde hace varios siglos. De todas estas instituciones, Zedda ha formado parte con mayor o menor implicación hasta hoy día.
Con tan impresionante bagaje rossiniano su opinión ha de ser tenida en cuenta, y es por tanto, que estas “reflexiones heterogéneas” como las denomina el autor, se convierten en un profundo tratado que nos permite conocer los entresijos de un compositor único. En estas páginas tienen cabida cuestiones como la dramaturgia, la vocalidad o la ejecución musical del repertorio rossiniano. Así como breves análisis, desde distintos puntos de vista, de cada una de las obras. Acompañan a estos capítulos unos consejos para jóvenes intérpretes que deseen acercarse al compositor y unas notas iniciales donde nos relata una pequeña biografía de Rossini y la historia de su encuentro con él.
A pesar de la modestia con la que el autor nos presenta este libro, estas Divagaciones Rossinianas son una obra imprescindible para acercarse al compositor, disfrutar, si cabe, aún más de la escucha de sus obras y comprender la verdadera trascendencia de una inimitable personalidad desplazada durante décadas, que consiguió volver a dar relevancia a la música italiana reintroduciéndola en la tradición europea con un lenguaje muy personal y característico.
____________________________