Doce Notas

LA ÓPERA ENTRE MUSICALES EN LA GRAN VÍA

La Bohème, Madama Butterfly, Rigoletto y La Traviata. Cuatro repartos en cada uno de los títulos harán posible que puedan verse funciones diarias. Los fines de semana, la compañía ofrece sesiones en familia para niños a partir de 5 años con el espectáculo “Jugando con la flauta mágica”.

En un momento en el que los grandes teatros de ópera andan con lazo a la caza del espectador, surge este proyecto independiente –sin el menor apoyo institucional– para demostrar que la mejor manera de crear afición es ofreciendo espectáculos cuyo único lujo es la profesionalidad de sus intérpretes. Como dice Carlos Cuesta, director musical del ciclo, “en nuestro país no existen espacios ni compañías de un nivel medio” donde los jóvenes cantantes puedan entrenarse para el futuro y mostrar su capacidad, como sucede en Estados Unidos o Italia. Cuesta, uno de nuestros más brillantes directores, que ayer, sin ir más lejos, dirigía en el Auditorio Nacional a la Orquesta de la Comunidad de Madrid, bajará hoy al foso del Gran Vía para demostrar lo que se puede hacer con jóvenes dispuestos a dar lo mejor de sí. Él es el responsable del buen hacer de los cerca de 30 músicos que algo apretados caben en el teatro y de guiar, con su experiencia tanto en ópera como zarzuela, a un elenco de cantantes deseosos de que se les escuche. La dirección de escena es de Carlos Bosch y la del coro de Ester Gastaldy. Los precios van de 35 a 60 euros, exactamente lo que cuesta cualquier musical de la Gran Vía.

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