
Alberto Zedda. Cortesía Teatro de La Zarzuela
Nacido en Milán en 1928, Alberto Zedda se ha convertido en una figura extremadamente popular en España, casi nuestra, tanto como para justificar que el Teatro de la Zarzuela lo acoja en uno de sus ciclos de significativo nombre: “Artistas españoles en La Zarzuela”.
Quizá sea preciso rememorar que Zedda ha dirigido en este Teatro no pocos de los títulos rossinianos de los que es especialista mundial: La cenerentola (1986), Ermione (1988), Il turco in Italia (1990), Il barbiere di Siviglia (1992), L’italiana in Algeri (1994). Y también subrayar que el milanés ha sido asesor artístico del Festival Mozart de A Coruña y una figura en permanente contacto con nuestras instituciones.
Pero lo que le ha proporcionado reputación internacional es su entrega a la causa de Rossini. Zedda ha sido miembro del Comité Editorial de la Fundación Rossini; asesor artístico del Rossini Opera Festival de Pésaro; y continúa siendo director artístico del Rossini Opera Festival y director de la Academia Rossiniana, ambas situadas en la ciudad natal del inmortal creador de El barbero de Sevilla, Pésaro.
Naturalmente, no es lo único que ha hecho este incombustible director y musicólogo, pero será difícil separar su nombre de la recuperación plena del gran Rossini en las últimas décadas. De ello y muchas otras cosas hablará Zedda el próximo viernes, 9, en el Círculo de Bellas Artes (20 horas) con Juan Ángel Vela del Campo, como mantiene la tradición de entregas de estas medallas de oro.
En cuanto al concierto en La Zarzuela al día siguiente, se trata de una cita grande: orquesta (ORCAM), coro (el de la casa) y cuatro solistas (Carmen Romeu, soprano; Clara Mouriz, mezzo; Celso Albelo, tenor y Rubén Amoreti, barítono). A sus órdenes se escucharán fragmentos de la ópera Ermione (Sinfonía y núnero 1), la Cantata La morte di Didone y el monumental Stabat Mater, todo ello, claro está, de Rossini.
En suma, un fin de semana en el que Zedda nos ayudará a descubrir aspectos escondidos y parte de la magnificencia de su autor más amado, Rossini; a la par que la ciudad de Madrid le rinde justo homenaje por la parte que el milanés ha sabido guardar para este país que, con toda justicia, lo proclama “Artista español en La Zarzuela”.