Doce Notas

‘La sonnambula’ vuelve al Gran Teatre del Liceu 27 años después

lirica  La sonnambula vuelve al Gran Teatre del Liceu 27 años después

'La sonnambula' © Bill Cooper

La sonnambula es una de las óperas más populares de Vincenzo Bellini. Su tono de comedia sentimental, su velado romanticismo y las delicias de su melodismo la convirtieron pronto en una de las piezas más admiradas del bel canto.

Tras su estreno el 6 de marzo de 1831 en el Teatro Carcano de Milán, no tardó mucho en llegar a Barcelona: el 21 de abril de 1836 en el Teatre de la Santa Creu. Su estreno en el flamante Liceu se produjo en 1848 y allí siempre fue bien recibida hasta las funciones de enero de 1987, las últimas hasta el momento.

El bel canto ha tenido sus momentos oscuros en las últimas décadas. Se dan la mano en este ostracismo la dificultad de encontrar voces limpias y de buena reputación entre el público con la endeblez relativa de las historias y los libretos que soportaban estos títulos en los que brillaron nombres como Bellini, Donizetti, buena parte de Rossini y algo del primer Verdi.

Por ello, ha tenido mucho que ver la afianzada carrera del tenor peruano Juan Diego Flórez para que se hagan posibles títulos aparcados. Y esta reposición barcelonesa tiene mucho de manifiesto ante la posibilidad de contar con el gran Flórez junto a un reparto plagado de buenos especialistas.

Como esta producción prevé doce funciones, habrá dobles papeles para los principales roles. Juan Diego Flórez compartirá el rol de Elvino con Celso Albelo; Patrizia Ciofi hará otro tanto con la soprano Annick Massis; Nicola Ulivieri hará el papel del Conde Rodolfo en alternancia con Michele Pertusi y la intrigante Lisa será encarnada por Eleonora Buratto y Sabina Puértolas.

La dirección musical corre a cargo de Daniel Oren y la dirección de escena y escenografía será responsabilidad de Marco Arturo Marelli, quien ya hizo lo propio en la producción de la Wiener Staatsoper de 2002 y la Royal Opera House Covent Garden de Londres.

La interpretación que propone Marelli de esta ópera es muy sugestiva; la inocente historia de Amina, que se va a casar con el rico terrateniente Elvino y, a causa de su sonambulismo, es acusada de infidelidad por las intrigas de su rival Lisa, es reconstruida por Marelli para proponer un estudio psicológico de la pareja protagonista, así como de los miedos y anhelos de las parejas de la época, esa década de los treinta del siglo romántico, tan exultante como pacata.

En cuanto a la música inmortal de Bellini, su bellísimo melodismo y su sentido de la vocalidad es siempre garantía de contacto con el público y, tras unas décadas de rigurosa dieta belcantista y de un cierto autoritarismo de los directores de escena, puede que esa delicada Sonnambula sea escuchada con auténtica unción por el buen aficionado barcelonés.

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