Arturo Reverter lleva ya años como una de las voces más autorizadas y solventes en el ámbito de los cantantes operísticos. Conoce los problemas técnicos y estilísticos que implica el ejercicio de la ópera, y conoce y bien la historia de los registros vocales. No es su único conocimiento en el terreno de la música clásica, crítico reputado y veterano, comentarista y ensayista muy probado y, “last but not least”, persona entusiasta, siempre dispuesto a conocer y ampliar su bagaje, Reverter es una referencia en el repertorio lírico.
Todo lo dicho no asegura que algo tan torcido como un libro sea de por sí un logro. Pero este madrileño-gallego, cachazudo, simpático y asequible lleva ya varias publicaciones dando en el clavo. Notables son las últimas, aparecidas también con Alianza Editorial, dedicadas al canto y la voz; El arte del canto es el último antes esta guía verdiana.
¿Guía? Bueno, lo es por decisión del autor y por la inevitable circunstancia de la efeméride, pero es mucho más, es un viaje por la obra del maestro de Busseto donde la miscelánea se da la mano con la precisión técnica desde la ligereza de una buena conversación.
50 arias de 18 óperas
El esquema del libro es simple, de las 28 óperas compuestas por Verdi, Reverter se fija en 18, dejando de lado las reescrituras y las dos primeras, y avanza cronológicamente hasta completar las cincuenta arias previstas. ¿Por qué cincuenta? No hay más respuesta que la que dicta el sentido común; había que hacer un libro manejable, con un formato estándar; cada ópera de las elegidas puede ofrecer dos o tres arias, lo que termina por dar un retrato razonable de cada título.
Otro criterio a definir era el de cuáles serían esas arias: ¿las mejores por criterio de calidad? ¿Las más populares? ¿Una mezcla de ambas cosas? Reverter dice desde el prólogo que lo más sensato es lo último. Con criterios de estricta calidad, habría que haber dejado de lado algunas muy populares. El caso paradigmático es el de “La donna é mobile”, de Rigoletto, aria conocidísima, pero de menor enjundia musical que otras, aunque adaptada milagrosamente al contexto dramático del momento en la ópera. Suprimirla es casi un criterio de especialista, por lo que Reverter opta, lógicamente, por incluirla.
Con todo, lo más interesante es que el tratamiento de cada aria es completo: análisis técnico, desde luego, pero también completa información cultural, contexto histórico, información sobre su peripecia, sus cantantes principales, etc. Además, cada ópera tratada es comentada someramente, lo que incardina el aria en la obra completa.
Pero, más allá de criterios que cualquier buen especialista afrontaría de manera similar, lo que diferencia de otros este libro de Reverter es su propio tono, su opinión en la que el dato objetivo y sus juicios veteranos se mezclan sin pizca de arbitrismo, con encanto y amenidad. Muchos puede que, incluso, lean el texto escuchando mentalmente su voz sonora que lleva años ejerciendo magisterio en Radio Clásica sobre estos temas.
Una postdata interesante: el denso tráfico informativo relativo a cantantes históricos y actuales que desfilan por el libro puede mover a más de uno y de dos a buscar activamente registros grabados de lo que el libro dice. Aquí no hay cedés y, lo más significativo, Reverter ha optado por abandonar las tediosas discografías que, al día de hoy, son casi impracticables. En su lugar, una vez más, aparece el sentido común: una gran parte de los registros pueden hoy encontrarse por Internet, ya sea en YouTube o indagando un poco más en buscadores potentes; simplemente en muchos casos poniendo su nombre y el de el aria buscada. Ya se sabe que en Internet está “todo”, pero precisamente por ello la pereza es majestuosa. Y aquí, este libro ejerce una labor de guía protectora indispensable, ya que valora, selecciona y jerarquiza ese amorfo “todo”.
Libro, en suma, indispensable para aficionados (obligado para verdianos), pero también muy útil para profesionales y especialistas. ¡Qué pena que haya que esperar centenarios para que se publiquen!