La Scala di Seta (La escalera de seda) es una ópera cómica de Gioachino Rossini que ha tenido siempre menos aceptación que el celebérrimo Barbero de Sevilla, Y ello pese a la gran popularidad de su obertura, una pieza orquestal subyugante.
Esta ópera, sin embargo, ha sido la elegida para abrir en septiembre la actual temporada del Teatro alla Scala de Milán. Y también es la ópera seleccionada por una ejemplar Asociación de Amigos de la Ópera de Aranjuez para inaugurar sus actividades del curso. Su estreno, el 25 de octubre, será la señal de partida para establecer circuitos en los que asentar un equipo profesional compacto y sólido.
Las compañías líricas que se basan en las reducciones a piano de las partituras para hacer posible la actividad lírica no son solo un producto de la crisis económica, aunque también. Abundan, por ejemplo, en ciudades de alta vida cultural y teatral como Londres, donde no es raro encontrarse con grupos de muy alto nivel vocal y actoral que se forjan en una modalidad que permite la autogestión.
En la Asociación de Amigos de la Ópera de Aranjuez militan artistas muy experimentados, pese a su juventud, y de impecable nivel técnico. Es el caso de los dos nombres principales de este montaje rossiniano: la soprano Elvia Sánchez, que causó excelente impresión en El pimiento Verdi, de Albert Boadella, en donde interpretaba el papel de la cantante wagneriana, o Enrique Sánchez-Ramos, barítono con una trayectoria profesional excepcional en la que se cuentan actividades como la música barroca (participó, con el Grupo Hyppocampus en el ciclo de Cantatas de Bach), la zarzuela (La visita guiada en el Teatro de la Zarzuela) y la ópera (como Tres desechos en forma de Ópera, de Fernández Guerra.
Completan el reparto el tenor Juan Antonio Sanabria, la mezzo Joana Thorné, el tenor César Gutiérrez y el barítono Mauricio Torres. La dirección musical y el complejo papel de pianista recae en las espaldas de Juan Bautista Carmena; el director de escena es Rennier Piñero; la escenografía es de Alicia Sánchez y Enrique Graciani; y la iluminación es de Jesús Antón.
La ópera es una de las más divertidas de un autor que tenía, entre otras cosas, un don excepcional para hacer reír desde la lírica. Y la compañía ha buscado acentuar el lado hilarante con una visión de muñeca Barbie que promete muy buenos momentos.
La presentación del espectáculo en la ciudad de residencia de esta inquieta Asociación va a constar de dos funciones: a las 19 y a las 21 horas, y los precios van de 12 a 15 euros. Todo un regalo y una invitación tanto a la risa como al descubrimiento de una compañía lírica de muchos quilates en la localidad de los “Jardines”.
Libreto en www.teatroallascala.org