Doce Notas

El Grupo Koan renace de sus cenizas para homenajear al compositor Francisco Guerrero (1951-1997)

contemporanea  El Grupo Koan renace de sus cenizas para homenajear al compositor Francisco Guerrero (1951 1997)

Francisco Guerrero © Ignacio Evangelista

A punto de cumplirse dieciseis años del fallecimiento de Francisco Guerrero Marín (19 de octubre de 1997), la Fundación Autor de la SGAE y el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) han organizado un concierto homenaje para recordar a uno de los compositores españoles de música contemporánea más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Con el título In Memoriam Francisco Guerrero Marín (1951-1997), José Ramón Encinar propone un espectáculo especialmente diseñado para rendir tributo a este creador universal de Linares y donde no faltarán obras singulares de su repertorio y música electroacústica: Sin ánimo de ofender (1974), Acte Préalable (1977-1978), Vâda (1982) o Rigel (1993).

Acerca de Francisco Guerrero Marín

Nació en Linares (Jaén) en 1951 y falleció en Madrid en 1997. Realizó sus estudios musicales en Palma de Mallorca y Granada, dedicándose preferentemente a los de órgano y composición. Desde sus comienzos fue reconocido como un autor de gran talento y con 19 años se le concedió el Premio de Composición Manuel de Falla.

En 1973 representó a España en la Tribuna Internacional de Compositores de la UNESCO, participando el mismo año en la Bienal de París. También lo hizo en el Prix Italia y fue seleccionado para el premio Gaudeamus de Composición con su obra Ecce Opus, estrenada en 1976 en el Festival de Royan. Fue finalista y, más tarde, ganador del Arpa de Oro en el Concurso de Composición de Música de Cámara de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, con cuya obra Actus quedó en cuarto puesto en la Tribuna de la UNESCO.

Según señaló Jorge Fernández Guerra en el In memoriam, que le dedicó en el nº 1 de Doce Notas Preliminares 1997 (pág. 27), como prólogo al ensayo de Stefano Russomanno –y que no llegó a ver publicado el compositor–, Guerrero fue «uno de los más imaginativos creadores de su generación y uno de los talentos más puros de la composición europea de los últimos veinticinco años. Con él se va el más intransigente y riguroso de todos nosotros, el compositor imprescindible por su capacidad de resistencia a todo lo que debilita la posición del creador musical. Queda su formidable música y su recuerdo, pero los compositores españoles de su generación vamos a percibir un hueco inmenso en el flanco más sensible de nuestro frente de actividad…»

Su investigación sobre los fractales fue clave en el afianzamiento de su propio estilo. Como apuntó Russomanno (en el artículo citado de Preliminares nº 1) «a mediados de los años ochenta, Francisco Guerrero elaboró una técnica de composición basada en el desarrollo de los llamados ‘fractales’, esto es, principios tomados en préstamo de las recientes teorías del caos desarrolladas en el campo de la física. En la producción de Guerrero la incorporación de metodologías fractales pasa por una primera fase (1976-1984) dominada por el uso de técnicas combinatorias. Sin embargo, la transición de la combinatoria a la fractalidad llega como lógica evolución de un recorrido atento y coherente. Premoniciones del cambio ya se habían insinuado en las obras anteriores. Así, a posteriori, Guerrero descubrió en Ariadna (1984) los prolegómenos, formulados a una escala todavía intuitiva, de aquellos procedimientos que utilizaría de manera consciente sólo algún tiempo después…»

Sobre Rigel (1992), obra para electroacústica que podrá escucharse en el concierto, Russomanno observa que Guerrero «añade una nota nueva respecto al pasado: la exploración de un universo sonoro dilatado que evoluciona de manera lenta y gradual. La particularidad de la pieza consiste en que está construida con un solo sonido: se trata de una pequeñísima porción de un segundo de los piccolos en Antar Atman (1980). El compositor estaba interesado, sobre todo, en jugar con la tímbrica de los piccolos, transportándola a las tesituras graves y alcanzando una densidad y una expansión extremas a partir de una toma de sonido muy breve…»

Grupo Koan

En la entrevista que le dedicamos a José Ramón Encinar en el nº 16 de preliminares, dedicado a «La creación musical y sus intérpretes», traza la historia de Koan desde sus inicios en Juventudes Musicales de Madrid, fundado por Arturo Tamayo, su primer director hacia 1969. Encinar se hizo cargo del grupo un tiempo después de que Tamayo se marchara a estudiar a Alemania, y él regresara de estudiar en Italia. El primer concierto de Encinar con Koan fue a principios de 1973 y, el último, en 1992, al menos el último importante, que según apuntaba fue un encargo con motivo del nombramiento de Madrid como Capital Europea de la Cultura.

Lunes, 14 de octubre, a las 19,30 horas, Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (Ronda de Atocha s/n), entrada libre hasta completar aforo.

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