
(Foto: Fernando Marcos)
¿Qué ha significado la Compañía Nacional de Danza en su carrera?Mucho, muchísimo. Cuando llegué a Madrid a principio de los 90, a dirigir la CND, yo era un bailarín conocido que comenzaba a tener fama como coreógrafo. Pero entrar a formar parte de esta institución me permitió crear una compañía, con bailarines formados en mi estilo y evolucionar como nunca había imaginado. Estos 19 años en Madrid han sido, creativamente, los más importantes de mi carrera.
En tantos años al frente de la CND, ¿nunca pensó en tirar la toalla? A lo largo de estos años ha habido momentos bastante difíciles en los que me entraron ganas de claudicar, no en vano soy el único director de una unidad del INAEM que no ha cambiado en tanto tiempo. He tenido duelos con los sindicatos en los que tenía que hacer entender que un bailarín no puede tener un contrato vitalicio. Pero todo se ha superado y evolucionado hacia la modernidad y la calidad.
Pero ahora se marcha… Bueno, técnicamente no me marcho. En aplicación del Código de Buenas Prácticas, implantado por el actual Ministro de Cultura, el 31 de julio de 2010 finaliza mi servicio al frente de la compañía. Me han propuesto hacer un proyecto de trabajo futuro para que defienda mi continuidad, pero ¿qué mayor proyecto que el de todos estos años colocando a la CND entre las mejores compañías del mundo y mis coreografías en los mejores teatros?
Hay rumores de que comenzará con una nueva compañía. Ya he decidido lo que voy a hacer y dónde me voy y estoy muy contento. Tengo un proyecto, crear una compañía de danza, que por respeto no digo dónde es. Será una formación “de élite” independiente a todos los efectos. Aún quedan muchos detalles, pero ya están trabajando en el emplazamiento, unas naves industriales transformadas y muy cerca del mar. Los bailarines de la CND que quieran, que creo serán la mayoría, podrán venir conmigo y mi repertorio de 60 coreografías también me acompañará.
Aún en estas circunstancias sigue estrenando nuevas obras… Siempre me ha gustado ofrecer al público novedades. Ahora, acabamos de estrenar algo que me rondaba por la cabeza hace años, Cobalto, una pieza en torno al erotismo. Con ella viajaremos a Santander y a varias ciudades de Austria y Alemania. Después, con otras coreografías, iremos a Israel, y en España estaremos nuevamente en junio, para presentarnos en el Kursaal de San Sebastián, en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, en Las Naves del Matadero de Madrid y en el Festival de Sagunto. Tenemos muchas actuaciones firmadas con las dos compañías. La 2, después de 10 años, ya es un proyecto consolidado y tampoco para de trabajar, ahora en abril y mayo estará de gira por Estados Unidos, en junio por Alemania y a continuación por varias ciudades españolas. Sinceramente, como profesional, estoy muy satisfecho de tener a casi cien personas, entre bailarines y técnicos, sin parar de trabajar.
Y para acabar la temporada, una pieza de Chéjov…Primero vamos a celebrar, en febrero, el 20 aniversario de la compañía, lo haremos en el Teatro Real con un programa sorpresa. Tras varias giras, en junio-julio nos presentaremos en Moscú, en el Festival Internacional de Teatro Chéjov, que este año celebra el 150 aniversario del nacimiento del autor. Es curioso que sea Rusia, cuna del ballet internacional, donde la compañía vaya a pasar mucho tiempo en su última etapa, primero presentaremos en el Teatro Stanislavsky El jardín infinito, pieza en la que sólo se escuchará la musicalidad de los textos de Chéjov y, más tarde, nuestra despedida también tendrá lugar allí, ya que clausuraremos dicho festival, con el programa Bach: Multiplicidad, formas de silencio y vacío, en el imponente escenario del Teatro Bolshoi.
Nacho Duato