Doce Notas

Jacobo Durán-Loriga, nuevo Director del Aula de Música

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Jacobo Durán Loriga

Continuidad y renovación son las claves de su planteamiento, aunque también va a requerir imaginación para capear la galopante crisis económica que afecta sin remedio a las instituciones culturales de nuestro país.

El Aula de Música lleva una brillante trayectoria desde 1990, aunque parecía tener síntomas de agotamiento en los últimos tiempos, ¿qué piensa hacer para revitalizar el proyecto? Jacobo Durán-Loriga: Lo fundamental sigue teniendo validez. Nuestros cursos están destinados a músicos ya titulados, muchos de ellos profesores, lo que nos distingue de las clases magistrales de los conservatorios y de los cursos de verano, generalmente orientados a personas en su última etapa de formación. Cuando nació el Aula, ni era tan frecuente que los grandes maestros internacionales diesen cursos en nuestro país, ni que los estudiantes viajasen tanto al extranjero para ampliar su preparación, tal y como hacen ahora. Tanto la vida musical española como la docencia son más dinámicas y variadas en su oferta, un hecho que, sin duda, nos va a hacer revisar algunos aspectos de la orientación del Aula, ya que soy consciente de que no somos tan “únicos” como hace algunos años. El agotamiento que menciona no es resultado del paso del tiempo, sino de la reducción progresiva de recursos. Hace años había clases de dirección, por ejemplo, cosa que hoy no nos podemos plantear por los costes que supone alquilar los servicios de una orquesta para ello. Por otra parte, se nos plantea un reto en cuanto a la interacción con otras disciplinas artísticas. Desde este curso, el Aula de Música está integrada en el CENAH (Centro de las Artes de la Universidad de Alcalá de Henares), lo que propiciará el trabajo multidisciplinar.

Tradicionalmente los Cursos de Especialización Musical han vertebrado sus actuaciones en el terreno de la composición, la interpretación y la pedagogía, ¿no cree que se podrían abrir nuevas vías, como por ejemplo la musicología? Las que menciona seguirán siendo básicas en nuestra actividad, pero habrá que hacer un mayor hincapié en otras áreas pujantes de la música en España, como la música antigua, cuyo auge es evidente. Ya tenemos algo de actividad en ese terreno, y quizá convenga ampliarlo. También se ha abierto un espacio para la musicoterapia, y me parece interesante reforzar la psicología musical, que tiene aspectos poco trabajados como el control del miedo escénico, asunto al que dedicaremos un curso próximamente. En cuanto a la musicología, ya tiene un peso importante en nuestra programación sin llevar un rótulo específico. Algunos musicólogos que se interesan por la música de nuestro tiempo asisten a las clases de los compositores. También el análisis es una de las herramientas de su disciplina, y en ese terreno nuestra oferta no se limita a la música contemporánea. Hemos abordado la etnomusicología, y habrá que estudiar cómo introducir el campo de la musicología antigua. Más que crear nuevos continentes, me interesa dar a conocer los contenidos, y que cada cual aproveche lo que más le conviene. Hoy mismo, en una clase muy dinámica destinada a profesores de secundaria, he conocido a una persona entre los asistentes que se dedica a la musicoterapia para la tercera edad, y que está apasionada con la aplicación que le va a dar a lo que está aprendiendo y que otros usan con adolescentes… Esto, en mi opinión, muestra que es imposible cubrirlo todo, pero si hay interés, todo el mundo puede encontrar en nuestra oferta de cursos cosas interesantes para casi todas las disciplinas musicales.

En los últimos tiempos han desaparecido del equipo asesor del Aula de Música nombres como el de Almudena Cano o más recientemente el de Elisa Roche, ¿de qué voces se va a rodear para la nueva etapa? Esas dos personas han tenido un enorme peso en la historia del Aula, especialmente Almudena, creadora junto a Avelina López-Chicheri de la institución. Avelina ha abandonado la dirección, pero también ha dejado un magnífico equipo que me toca ahora orientar. Siguen como asesores José Luis de Delás y José Luis Téllez. Probablemente se hará alguna ampliación para cubrir el área de pedagogía, pero primero habrá que capear la crisis.

Sí, la crisis parece invadirlo todo, ¿ha afectado al presupuesto del Aula? No es ningún secreto que las universidades madrileñas sufren un importante recorte presupuestario. La de Alcalá de Henares no es una excepción, y el Aula lo ha notado. Nuestra principal fuente de financiación es la Fundación Caja Madrid, que siempre ha mostrado un gran interés por esta institución, y seguimos contado con su apoyo. Con todo, no va a ser el futuro inmediato el momento de ampliar nuestra actividad, ni de emprender proyectos costosos. Otra cosa es lo que se pudiese hacer si contáramos con una financiación más amplia, pero eso es entrar en el terreno de los sueños, al menos hoy por hoy.

¿Va a tener continuidad la revista Quodlibet en su forma impresa? ¿Se plantea cambios en formato y contenidos? No preveo muchos cambios en Quodlibet a corto plazo. No creo que deje de publicarse en papel. Otra cosa es hacerla accesible en la red, cosa que por ahora no nos hemos planteado. Mi interés es que se parezca cada vez más a los journals musicales más dinámicos y por esa razón quiero potenciar los artículos originales, y dar menos protagonismo a las traducciones de artículos de referencia que son accesibles en otros idiomas. También me parece importante insistir en que la obra que se encarga y se publica como separata de la revista esté realmente dentro de las capacidades de los estudiantes de grado medio. A veces se han publicado obras que causan serios problemas a los profesionales, cuando debieran estar destinadas a estudiantes.

¿De qué manera piensa integrar las nuevas tecnologías -fundamentalmente Internet- en esta nueva etapa del Aula? Internet y las nuevas tecnologías se imponen por sí mismas; tanto los profesores como los alumnos muestran un creciente interés por los recursos que estos medios brindan. Ya trabajamos con ello aunque nos falta poder disponer de un aula informatizada, y convertir el edificio en zona Wi-Fi, cosa de la que espero poder disponer para el curso próximo. Para proyectos de mayor envergadura, pienso en el interés de abordar seriamente la acústica musical o hacer estudios psicoacústicos, pero habrá que esperar.

El Aula de Música es un importante referente en el mundo musical español, pero lo que no tanta gente conoce es la labor de divulgación musical con los habitantes de la propia ciudad, ¿nos explica en qué consiste? En realidad la actividad de cara a los ciudadanos de Alcalá no está entre nuestras prioridades. El Aula organiza algunos conciertos, de profesores o de los alumnos de interpretación, que se realizan en el auditorio del Aula y que están abiertos al público. Pero son pocos, ya que no contamos con un presupuesto para conciertos, no es nuestra misión. Lo que sí hay es una importante actividad en el Auditorio del Aula. Aquí ensayan y tocan el coro y la orquesta de la Universidad. También hay conciertos organizados por Juventudes Musicales, la AIE, conciertos de flamenco, y otras actividades a las que acuden, cada vez en mayor número, los vecinos de Alcalá. Es una gran alegría ver cómo la sala, que también se emplea para realizar grabaciones o programas de radio, entra en la red de recursos culturales para los ciudadanos no universitarios.

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