La obra tiene una duración de ocho minutos y plantea no pocas exigencias al intérprete, así como despliega un buen inventario de gestos y técnicas novedosas que el clarinetista actual agradecerá si desea ampliar su repertorio.
La obra tiene una duración de ocho minutos y plantea no pocas exigencias al intérprete, así como despliega un buen inventario de gestos y técnicas novedosas que el clarinetista actual agradecerá si desea ampliar su repertorio.