Doce Notas

A toda cuerda. Polimúsica amplía su oferta con Clemente Pianos

Clemente Pianos se había convertido en la empresa musical más potente y vital de todo el Levante español (con tiendas en Valencia y Castellón) y Madrid era un objetivo natural para su crecimiento. Y Maite, como antes hizo con Microfusa en su apartado de electrónica musical, ha tenido la lucidez de saber que lo mejor para el sector era aceptar la oferta de sus colegas y amigos valencianos.

Los Clemente son una leyenda, siete hermanos volcados en el negocio y el arte del piano: “Estuvimos en Schimmel [Alemania] –cuenta Luis Clemente– realizando los tres años de formación, incluidas las prácticas en una fábrica, con una titulación del gobierno alemán. Allí fuimos todos los hermanos, uno salía y entraba el otro. Inicialmente fuimos Javier y yo, luego vino Juan Carlos, Fernando, Hernando… y luego hay un sexto, el mayor, que no es experto en pianos pero que es un gran carpintero y es el que se ocupa de la reparación y restauración en el taller. En realidad somos siete hermanos, seis chicos y una chica.

También estuvimos en Steinway, donde conseguimos la titulación de Standar academy que es exclusiva para pianos de concierto. Esta titulación la tenemos Javier y yo de todos los hermanos.” La nueva Polimúsica se amplia y, además de su gran oferta de pianos, que sin duda se verá reforzada, contará con un atractivo departamento de cuerda que hará las delicias de muchos estudiantes e intérpretes: “En la actualidad trabajamos ya con seis o siete luthieres, prácticamente todos italianos. Nuestra intención es hacerlos venir para que se pueda valorar con ellos la calidad de los instrumentos. Vamos a disponer de todo tipo de accesorios para los instrumentos de cuerda pues son importantísimos para su mantenimiento.”

Algo más que una tienda
Luis Clemente, principal artífice del salto a Madrid, se muestra un entusiasta de crear un espacio vivo, como lo han conseguido en Valencia y, más tarde, en Castellón, con actividades casi a diario: “No nos queremos dedicar única y exclusivamente a la venta, queremos ver al músico en nuestra casa y que venga no solo a comprar, que venga con otros instrumentos, a una master class, a un concierto, a lo que sea, tenemos que crear esa circunstancia para que haya realmente una circulación. No somos solo una tienda, somos una empresa de servicios.”

Este torbellino de actividades, al máximo nivel de profesionalidad, recuerda poderosamente al desarrollado por Maite Sáenz de Viguera, cuya huella personal va a ser muy difícil de olvidar, pero que ha tenido el olfato profesional de dejar el hueco a la empresa que más se le parece en el panorama español. Polimúsica sigue, pues, viva.

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