Doce Notas

Stradivari, l’estetica sublime

Cremona es conocida por ser la cuna de la lutheria. Desde los tiempos de Andrea Amati en el siglo XVI pasando por Antonio Stradivari – siglos XVII y XVIII– hasta la mismísima actualidad en pleno siglo XXI, Cremona sigue siendo el centro de atención de la luthería mundial tanto por su presente como por su pasado. Actualmente la feria Mondomusica atrae a miles de profesionales del sector para estar al corriente de las construcciones más recientes de arqueteros y luthieres, además de los accesorios y correspondientes.

Pero la ciudad italiana no se contenta con ello y suele organizar magníficas exposiciones que se hacen coincidir con Mondomusica. Después de dos ediciones consecutivas dedicadas a la familia Amati ( 2006 y 2007), a los luthieres cremoneses del XVIII (2008) y a Carlo Bergonzi (2010) –la del 2009 se canceló por falta de esponsorización, debido a la crisis– este año se centrará en un monográfico de algunos instrumentos de Antonio Stradivari.

Se sabe que del taller de Stradivari salieron no menos de 1000 instrumentos, de los cuales un poco más de la mitad han llegado a nuestros días. De todos ellos, existen 10 ejemplares extraordinarios, los llamados “intarsiati”, es decir, ornamentados con gran profusión de marquetería formando dibujos de motivos florales, esfinges y galgos. Estos instrumentos fueron hechos por encargo especial de clientes muy exclusivos. De los 10 instrumentos “intarsiati” existentes hoy día la muestra recoge 5 de ellos:

Es una verdadera lástima no poder ver juntos a todos los diez instrumentos “intarsiati”. Los otros cinco que no estarán expuestos son el violín “Rode” y el famoso cuarteto ornamentado del Palacio Real de Madrid, que sorprendentemente nunca ha salido de España desde su adquisición.

Con la construcción de estos extraordinarios instrumentos, Stradivari demostró todo lo que sabía y fue un reclamo fabuloso para atraer más encargos. Su talento, capacidad de
trabajo y exigencia no tenían límite.

Esta es una ocasión única para poder contemplar los instrumentos más espectaculares jamás construidos, precisamente en Cremona, la ciudad que los vio nacer hace varios siglos.

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