Israel Galván © Javier del Real
Galván utiliza como tema principal el exterminio de los gitanos en la segunda guerra mundial, y al mismo tiempo la fascinación de estos mismos nazis por la música y el baile de los flamencos.
Un acontecimiento anuda términos tan contradictorios: en la película de Leni Riefenstahl, Tiefland, utilizó como extras a gitanos centroeuropeos de un campo de concentración próximo, la mayoría de los cuales serían asesinados en las cámaras de gas nazis.
Israel Galván ha girado su cuerpo hacía un espacio más realista, no solo por la veracidad de la historia, sino porque en la depuración de su trabajo, lo simbólico y lo imaginario dejan entrever, cada vez más, algunos pasos de eso inexpresable que es lo real. El flamenco se ha construido por montaje, sumando distintos elementos que, a la vez, mantienen su propia forma. Chicuelo o Tomás de Perrate, músicos de Sistema Tango o del combo contemporáneo Proyecto Lorca, Belén Maya o Isabel Bayón, David Lagos o Bobote y su grupo de gitanos de las Tres Mil Viviendas, funcionan acentuando el relato, no solo con su música o su baile, también con su presencia: en esta representación los cuerpos son muy importantes además de el piano, un lastimoso instrumento rescatado del viejo almacén de un trapero.
Galván estará acompañado por la bailaora Belén Maya y contará con dirección artística de Pedro Romero y Txiki Ibarrondo.
Israel Galván es Premio Nacional de Danza 2005 en la modalidad de Creación, por sus espectáculos Arena y La Edad de Oro. Desde los cinco años vive en los ambientes de tablaos, fiestas y academias de baile a los que acompaña a su padre. Pero es en 1990 cuando encuentra su vocación por el baile.
En 1994 forma parte de la Compañía Andaluza de Danza,Dirigida por Mario Maya, comenzando una trayectoria jalonada de premios. Ha realizado numerosas colaboraciones en proyectos de distinta índole y con artistas como Enrique Morente, Manuel Soler y Mario Maya o Sol Picó. En 1998 presentó ¡Mira!/Los zapatos rojos, primer espectáculo de su propia compañía. Desde entonces se suceden La metamorfosis (2000), Galvánicas (2002), Arena (2004), La Edad de Oro (2005), Tábula rasa (2006). En 2006 coreografía La francesa para Pastora Galván, obra que ha conseguido el premio Giraldillo de la Bienal de Flamenco de Sevilla. En 2007 estrena, Solo, una reflexión personal sobre el baile en la Cinémathèque de la Danse de París. En la Bienal de Flamenco de 2008 estrena El final de este estado de cosas, Redux, que ha supuesto su consagración internacional. Desde 2010 es el primer artista español asociado del Théâtre de la Ville de Paris; ese mismo año estrena su última creación, La curva, en el Théâtre Vidy-Lausanne de Suiza. Y en 2012 recibe los premios Max de las Artes Escénicas como mejor intérprete masculino de danza, mejor coreógrafo por la Fundación Autor y la SGAE de España por su espectáculo La curva, y el Bessie Award por su espectáculo La Edad de Oro en el Joyce Theater de Nueva York.
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