Se trata de activar la capacidad de observación del niño a través del juego y fomenta la curiosidad por la ciencia. El montaje se enfrenta al reto de acercar el mundo de la ciencia al público infantil, planteando a través del juego cuestiones que tienen que ver con los avances científicos y sus consecuencias, y cómo esto afectará a nuestra vida cotidiana.
El argumento, un caso clínico de chica que aparece un día en una estación y nadie sabe de dónde ha salido. Su cuerpo es como un tubo repleto de resonadores con los que repite continuamente cualquier sonido que escucha de cerca. ¿Podrá hablar o solo emitirá extraños sonidos? Las autoridades no tienen claro qué hacer con ella, pero por suerte no está sola. Alguien tendrá que resolver este caso, y para eso está la ciencia.